Capítulo 26

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Iara:

2 años después

-Mamá, esa señora tiene un gorro de panda, lo quiero. -un niño que estaba por la calle me señala y fulmina con su mirada a la madre.

¿Me dijo señora?

-¿Me dijiste señora? -digo acercándome a él, el niño asiente. -Señora tu abuela, tengo 20 años, no soy una señora. -pongo mis brazos a los costados de la cintura.

La madre me fulmina con la mirada y empuja al niño por la espalda para irse al tiempo de que Dylan se acerca a mí.

-¿Estabas molestando a ese niño o me pareció a mí?

-¡Me dijo señora, Dylan! Sólo espero que cuando tenga un hijo no se le pase por la cabeza decirme señora.

Dylan sonríe y sé que es porque toque el tema hijos.

-¿Lista para ver a tu madre, reina?

Bajo la cabeza al recordar que hoy se cumplían 2 años desde la muerte de mamá.

-Supongo... Tú sabes que nunca estaré lista.

-Lo sé, linda.

-¿Me comprarás helado?

El asiente feliz y nos metemos en su auto para ir al cementerio.

Cuando llegamos voy arrastrando mis pies, como si estar ahí fuera como este en el infierno, hacia la tumba de mamá

Larissa Stevens Weber

Yo insistí en que pusieran su apellido de soltera aunque en su cédula decía solo el de casada.

Dejo el ramo de tulipanes rojos y empiezo a llorar.

La extrañaba, siempre necesitaba que ella me diera sus consejos de madre. Me costó despertarme y no tenerla en la cocina apuntándome con un sartén, que me hiciera café y galletitas.

Levanto la cabeza hacia Dylan y el se apresura a abrazarme.

-La extraño, Dylan, todo sería más fácil si ella estuviera aquí.

-Reina, ella está aquí, lo estará siempre, solo que no es como antes.

Era verdad, mamá estaba pero no como antes. Mis sueños sobre ella aún seguían y a veces ella me hablaba como si supiera todo lo que yo estaba viviendo.

(...)

Dylan me deja en la puerta de la casa de Zoe porque si, todavía vivía ahí.

-Iara.

-Ajam. -digo buscando la llave en el bolso. Mi novio me agarra por la cintura obligándome a darme vuelta.

-¿Te gustaría mudarte conmigo?

-Sono como que me propusieras matrimonio. -digo riendo.

-Algun día, reina, pero necesito que contestes.

Dylan vivía solo en un departamento muy lindo a unas cuadras de la playa.
Muchas veces me había pedido que me mudé con él incluso mientras vivía con sus padres, pero a ver, ¿Qué chica quiere que sus suegros la escuchen gemir noche por medio? Supongo que ninguna.

-Mmm... Dejame pensarlo -me paro de puntitas para darle un beso. -. Adiós, mi rey.

Espero en el umbral de la puerta hasta que veo como Dylan se va en su camioneta.

Subo al cuarto de Zoe y me la encuentro acostada en la cama hablando por teléfono.

-Te llamo después, besos.

Mi Sol Después De La Lluvia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora