Epílogo

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— ¡Agárrala, papi!

Joel alzó ambas manos instintivamente, al ver llegar una pelota de béisbol que, sorprendentemente, iba a directa a su pecho, nada más salir del garaje.

— Eh, espera a que me cambie de ropa y vaya a por un guante, ¿de acuerdo, Liv?

Olivia Pimentel escupió en el suelo, como solo un niño de cuatro años sabe hacerlo, y corrió al encuentro de su padre.

— Vale.

— ¿Y tu hermana? —preguntó Joel mientras tomaba en brazos al terror de la casa.

— ¡Olivia! — gritó Julieta abriendo una ventana en el segundo piso—. Acabo de acostar a Tyler, y como lo despiertes te juro que te asaré para la cena. ¡Ah, hola! —saludó contenta a su marido—. Ahora mismo bajo.

— Lanie está ayudando a Finn a pintar la habitación de Matthew —le informó Liv a su padre—. Yo también he estado ayudando, pero me he cansado de pintar.

— Comprendo.

Al abrirse la puerta trasera de la casa, Joel alzó la cabeza por encima de los rizos de su hija y observó con los ojos la figura de su mujer, de píe en el dintel de la puerta.
Julieta  llevaba a otro pequeñuelo en las caderas, y se apartaba el pelo de la cara resoplando, mientras sonreía a Joel.

— Hola, terremoto —saludó Joel a su hijo de tres años y medio, tomándolo en brazos con la mano que le quedaba libre y besándolo sonoramente, mientras observaba que estaba manchado de pintura—. Tú también has estado ayudando a Finn, ¿verdad?

— Uh—huh —asintió Matthew enseñando las manos—. Sucias.

— Sí —dijo Joel dejando a ambos niños en el suelo—. ¿Por qué no van los dos a decirle a Finn que ya es hora de dejar la pintura? Luego se lavan las manos y se preparan para la cena.

Joel se enderezó, observó sonriente a sus hijos, que echaron a correr, y abrió los brazos para recibir a su mujer. Julieta  se abalanzó sobre él y acarició su cintura y su espalda por debajo del abrigo.

— Hola, precioso.

El corazón le latió acelerado, al ver el brillo del amor en los ojos de Julieta.
Inclinó la cabeza, buscó su boca, y disfrutó de las curvas de su delgada silueta contra sí. ¿Se acostumbraría algún día a que Julieta  lo amara? Incluso en ese momento, tras cinco años de matrimonio y cuatro hijos, ella era capaz de derretirlo solo con una sonrisa. El amor de Julieta  era el milagro de su vida.

— ¿Qué tal el día de hoy? —preguntó Joel—. ¿Sigue Tyler igual?

Su hijo más pequeño cumpliría seis meses al día siguiente, y estaba echando los dientes. La noche anterior Joel y Julieta se habían turnado para levantarse y acunarlo.

— Bueno, no tan mal —contestó Julieta besándolo en el cuello y susurrando a su oído—: Por fin le ha salido el diente. Hoy se ha echado buenas siestas, y apuesto a que esta noche va a dormir bien.

Una ola de excitación recorrió el cuerpo de Joel al sentir la boca de Julieta en el cuello.
Joel deslizó las manos por su espalda hasta aferrarse a las curvas de su trasero.

— Eso espero, porque tengo grandes planes para esta noche.

— Apuesto a que sí —contestó Julieta riendo y presionándose contra los evidentes «planes» de Joel.

— Pero solo si no estás muy cansada —advirtió Joel, comprendiendo que cuidar de cuatro niños y un negocio, aún con la ayuda de Finn y de Penny, resultaba agotador.

— Hoy me he echado una siesta.

— Bien —contestó Joel volviendo a besarla profundamente—. Te amo —susurró contra sus labios—. El día en que decidiste que querías tener un hijo fue el más feliz de mi vida.

— Y el día en que decidí que el padre de mis hijos sería un eminente soltero de oro fue el mío— contestó Julieta con ojos brillantes, mientras Joel la tomaba en brazos y entraba en el ruidoso hogar lleno de niños que habían creado juntos.

FIN —







''Dicen que amor solo hay uno , que todos los demás son historias pasajeras ,que  dejan huella pero  no marcan.
Confía que todo lo que ocurre en la vida tiene un propósito  de ser . Aveces cuando las cosas parecen estar derrumbándose puede que más bien se estén colocando  en su lugar''

Att: AdriZ

[[ UN HIJO TUYO]]JOEL PIMENTEL //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora