Capítulo 7 // Finn

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- Las cosas no ocurren, tú haces que ocurran.

- Quizá -se encogió de hombros Joel-, pero también cuenta la suerte. Tuve la idea adecuada en el momento adecuado, y además tuve la suerte de encontrar respaldo financiero -explicó Joel enseñándole el cuarto de estar, más informal que el resto de la casa-. Espera un momento, voy a averiguar a qué hora piensa Finn servir la cena.

Tras hablar con Finn, que estaba a su servicio desde antes de la muerte de Wendy, Joel volvió al cuarto de estar.
Julieta contemplaba el jardín por los ventanales. Al oírlo entrar se volvió y sonrió, diciendo:

- Ya sé qué intentas hacer.--dijo ella audaz

- ¿Sí?, ¿el qué? -preguntó Joel acercándose a ella y ofreciéndole una copa de vino.

- Quieres que me enamore de tu casa para que acceda a vivir aquí.--contestó ella

- ¿Y crees que voy a conseguirlo? -preguntó Joel dando un trago y saboreando el vino.

- Seguramente. Siempre he querido vivir cerca de la galería, pero esto no está tan lejos, y es precioso -contestó Julieta dando un sorbo de vino, vacilante-. Pero si te molesta quedarte a vivir aquí... quiero decir, tú vivías aquí con Wendy...

- No, no pasa nada. ¿Has pensado en si volverás a trabajar después de que nazca el niño?-preguntó él

- No quiero hablar de ello, soy muy supersticiosa para esas cosas. Tú sabes muy bien que no es tan fácil quedarse embarazada.--dijo ella sin precipitarse al futuro

- Tengo la sensación de que vamos a tener suerte -afirmó Joel.
Julieta  lo miró mordiéndose el labio. Aquel gesto lo volvía loco-. Deja de hacer eso -ordenó Joel acercándose a acariciarle el labio- Tienes una boca demasiado bonita, para estropeártela así.--dijo de lo más normal posible

- Ah, gracias -contestó ella con voz ronca, dejando de morderse inmediatamente.

- Mira, quiero enseñarte una cosa -continuó Joel volviéndose de espaldas con la mayor naturalidad, como si aquel instante de intimidad fuera de lo más habitual entre ellos.

- ¿Qué es? -preguntó Julieta tomando asiento junto a él en el sofá.

- Fotos -contestó Joel-.. Tenía un montón de cosas de mi familia guardadas en el trastero, y hace poco las saqué. La semana pasada encontré este álbum. Tú sales en algunas de ellas.

- ¿Yo? -preguntó Julieta  abriendo los ojos-. Apenas tengo fotos mías, aparte de las del colegio. Se podrían contar con los dedos de una mano. ¿Te importa si hago copias?--dijo ella un poco tímida

- No, claro. ¿Quieres verlas?--dijo Joel

Julieta se acomodó mejor  en el sofá. Los brazos de ambos se rozaron. Juntos abrieron el viejo álbum de fotos.
Joel no lo había visto entero. No había tenido tiempo, ni coraje.
Su infancia había sido feliz, pero sus padres habían muerto. Su padre, de un ataque al corazón mientras él estudiaba en la Universidad, y su madre hacía solo cuatro años. Gabriel, su hermano, vivía a unas cuantas horas de distancia. Los felices días de correteo por las calles de Charlestown, con Julieta persiguiéndolos de niños , no eran más que un recuerdo.

- ¡Mira! -exclamó Julieta -, el Big Brown Bomb.

El Bomb.
Joel rió. Había olvidado aquel viejo coche de su padre. Solía invitar a un montón de chicos del barrio, solo por el placer de oírlos durante todo el camino, riendo y gritando en los baches.

- Te acuerdas de aquella vez que Willy  Smit se aferró al cuello de mi padre mientras conducía?--dijo él sonriendo recordando su feliz infancia

[[ UN HIJO TUYO]]JOEL PIMENTEL //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora