A partir de ese momento, Joel se mantuvo apartado de ella. Conocía sus propios límites. La besaba púdicamente a diario, pero evitaba que volvieran a surgir aquellos momentos de erótica sensualidad entre los dos.
A principios del mes de junio Joel se vio obligado a viajar a Seattle por negocios.
Era la primera vez que dejaba sola a Julieta tras su estancia en el hospital. Ella lo miró con tristeza, con una expresión que Joel no supo interpretar, cuando se lo comunicó.- ¿Acaso has estado posponiendo ese viaje por mi culpa?
- No, en realidad no -contestó Joel faltando ligeramente a la verdad-. Nadie ha requerido mi presencia con tanta urgencia, hasta este momento.
- Pero normalmente tú viajas mucho más de lo que lo has hecho últimamente -repuso Julieta_.
- Sí, pero he estado pensando en dejar de hacerlo. Durante estas semanas he estado haciendo una prueba. He enviado a algunos de mis ejecutivos más capaces, para ver qué tal iban las cosas. Y no ha ido mal. No quiero ser uno de esos padres para los que el trabajo es más importante que la familia -añadió tomándola por los hombros-. Voy a empezar a delegar la responsabilidad de salir de viaje en mis empleados. Tendré que seguir viajando de vez en cuando, es inevitable, pero me quedaré en casa casi todo el tiempo. Volveré cuanto antes -continuó sin dejar de observar tristeza y algo indescifrable en los ojos de Julieta-. Lamento no poder ir a la próxima consulta del médico.
- No importa -sonrió ella-. Ya soy mayorcita, Finn cuidará de mí. Tampoco esa consulta es tan importante. Ni siquiera me toca hacerme una ecografía.
- Sí, lo sé. ¿Me echarás de menos? -preguntó Joel vacilante.
- Sí -afirmó ella en un susurro, asintiendo sin dudar con la cabeza, para sorpresa de Joel.
- Volveré en cuanto pueda -añadió él estrechándola en sus brazos.
Julieta asintió, cabizbaja y llorosa. Cuando él la soltó, Julieta dio un paso atrás y añadió:
- No te preocupes por mí, últimamente estoy muy sensible y emotiva.
Pero Joel sí se preocupaba.
Detestaba abandonarla, pero sabía que no podía confesárselo. La forma en que Julieta se había aferrado a él lo enternecía hasta límites insospechados.
Joel dio un paso adelante, la atrajo una vez más hacia sí y la besó, antes de decir:- Volveré antes de que te des cuenta.
Pero no fue así.
Joel estuvo fuera nueve días. Para Julieta, fue una eternidad. Al segundo día, después de haberse marchado Joel, Julieta acudió al médico.
Una vez más este le rebajó paulatinamente la medicación, pero en esa ocasión, para su sorpresa y alivio, las náuseas no volvieron a aparecer. Y hubo otra novedad, mucho más excitante aún.
Julieta apenas podía esperar el regreso de Joel.Todas las noches, a las ocho en punto, él la llamaba por teléfono, pasara lo que pasara.
Ella sabía que debía de costarle un gran esfuerzo porque, con la diferencia horaria, para él no eran más que las cinco.
Tras la consulta, Joel la apabulló a preguntas sobre el peso y el crecimiento de las niñas, sobre la medicación. Ella contestó con paciencia, y le preguntó a su vez por los negocios. Entonces él le preguntó por la galería y por el préstamo que había solicitado.- ¿No esperabas que te contestaran por fin esta semana?
- Sí, no me lo han concedido -respondió Julieta.
- ¡Maldita sea!, ¿qué le pasa a esa gente?
- Te echo mucho de menos -dijo ella antes de colgar.
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[[ UN HIJO TUYO]]JOEL PIMENTEL //
De TodoSi alguien le hubiera dicho a Joel Pimentel que acabaría casándose con Julieta ,su mejor amiga y la mujer de sus sueños más secretos y que estarían esperando gemelos,jamás lo habría creído. Pero ni siquiera en sus sueños más salvajes se le habría...