Russian Roulette

Felix

Odio todo esto..... odio mi vida, no podría ser peor, ya era bastante mala cuando estábamos en Australia pero desde que llegamos aquí es todavía peor, me costó demasiado trabajo e incluso lagrimas hablar el idioma sin importar el hecho de que mis dos padres lo hablen, mi padre siempre esta enojado por su estúpido trabajo en la policía y ni hablar de mi madre, estar con ella en casa aunque sean algunas horas es insufrible... en serio me odian, me odian como el primer día y aun espero inútilmente que se den cuenta que están mal, que nada de lo que paso fue mi culpa y podamos ser como antes de ese día, se que es muy estúpido e imposible pero, aun trato de convencerme a mi mismo de que un día llegaran y me pedirán perdón y podremos ser una familia otra vez, mi único consuelo desde que llegamos aquí ha sido Wendy, ella es como un ángel, gracias a dios habla Inglés y ella me ha ayudado con todo desde que llegue, desde donde están las cosas en la escuela hasta como mezclare un poco mejor para pasar desapercibido entre las multitudes ya que un extranjero no es lo mas común por aquí, la amo demasiado, es mi mejor amiga y la única de hecho......

-Lixie, Lixie, Lixie -escuché la voz de mi mejor amiga a lo lejos, haciéndome voltear y sonreír.

-Wendy, Wendy, Wendy -respondí al mirarla correr hacia mi mientras sostenía dos vasos con café, intentando no chocar con nadie en su camino.

-Soy la mejor persona de este mundo y te traje un café -dijo dándome una gran sonrisa y uno de los vasos, yo solo reí mirándola y tomándolo

-Yo se que eres la mejor persona del mundo, no hay necesidad de que lo digas -dije mirando de nuevo hacia atrás, llevaba días sintiendo que alguien me observaba pero siempre que volteaba nunca podía ver a nadie, seguramente estoy loco o paranoico o simplemente era una costumbre por el trabajo de mi padre, Wendy siguió mi mirada y me dijo

-Otra vez? -a lo que yo solo asentí y me encogí de hombros mirándola con un perdón grabado por toda la cara.

-Seguro solo estoy loco, no debe ser nada -dije mientras caminábamos hacia nuestro salón de clases y ella me reprendía por decir cosas así de mi mismo, llegamos a nuestro salón, donde las clases parecían eternas y así pasamos el día hasta que fue hora de irnos y para mi también era la hora de regresar a mi infierno personal.

-Estoy en casa mamá -dije sin animo mientras dejaba mis zapatos en la puerta y caminaba hacia la cocina, donde mamá solamente me miro por unos segundos y asintió

-Tú padre llegará para la cena -dijo mientras yo salía de ahí hacia mi habitación, diablos..... casi nunca viene a esa hora por que justamente hoy aunque podía imaginar el porque.......

-Aún no olvidas que día es hoy o si? -dijo ella sin ninguna expresión en el rostro mientras fumaba un cigarrillo recargada en la pared de la cocina y cómo podría olvidarlo, si era lo único que se encargaban de recordarme todos los días a cualquier hora del día, aunque quisiera olvidarlo no podría, no con ellos ahí.

-Si, lo se -dije caminando hacia mi habitación, intentando no llorar ni mostrar ninguna emoción, una vez en mi cuarto, tire todo al suelo y me dedique a acurrucarme contra la pared rompiéndome una vez mas como todos los años en este día, sentía una opresión en el pecho cada vez mas fuerte, no podía respirar, necesitaba huir de aquí pero... donde, cuando, con quien?, esconderme en casa de Wendy estaba bien por unos días pero, aun así no podía escapar de esto, mi vida era como una ruleta que giraba sin control alguno, donde no sabias que era lo que te tocaría a continuación, intente detener mis pensamientos y me subí a mi cama abrazando una almohada para poder llorar un poco mas a gusto unas horas mas. 

-Felix! Baja a cenar ahora -escuché la voz de mi padre desde las escaleras, suspire levantándome de mi cama donde aun me encontraba acostado pero ya sin llorar con una foto de Yerim entre mis manos, bese la foto una vez mas antes de hacerle una reverencia y baje sin ningún ánimo e intentando mentalizarme para lo que seguramente seria la pero hora de mi vida, hice una reverencia antes de sentarme y tomar algo de la comida que había hecho mi madre.