Abro con dificultad mis ojos, haciendo que una horrible jaqueca llegue hasta mí. Toco alterada el lugar afectado por el dolor y me quedo así por un instante en espera de que termine.
—Pero... ¿Dónde estoy? —pregunto confundida observando a mi alrededor mientras me pongo de pie un poco mareada.
El lugar en que me encuentro
está lleno de polvo, muy sucio y repleto de inmensas cajas amontonadas unas sobre otras. Sin duda alguna me encuentro en el interior de un almacén.Camino un poco por su interior en busca de una salida, hasta que alcanzo a ver un rayo de sol entrar a través de una puerta metálica. Corro hasta la salida pero con la misma velocidad regreso sobre mis pasos al ver una sombra acercarse a la puerta desde el exterior.
—¿Dónde estás pequeña? —pregunta el chico revisando el lugar con su mirada.
Consciente de que preguntaba por mí, me oculté asustada tras una de las grandes cajas, agachándome contra ellas mientras cubría mi boca para evitar ser escuchada.
¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Qué daño le he hecho a este mundo? Soy muy joven para morir en manos de esas personas. Con tantas chicas que hay en el mundo tenían que capturarme a mí.
—No juegues a las escondidas. —Camina y el resonar de sus pasos me altera al punto de que una lágrima se me escapa en señal de debilidad— ¡Joder, que salgas de una buena vez! —grita y me encojo aun más en el rincón en que me encuentro, rezando por mi vida—. Como sigas escondida, no volverás a ver el sol, no quieres conocer cómo se acaba el juego de las escondidas para mí. —Escucho el sonido del cargar de un arma—. Te doy una pista, el que no sale a las buenas acaba escondido bajo tierra —dijo dejando escapar un tiro.
Aprieto mis manos contra mis labios evitando que un grito se me escape tras el susto. No comprendo la manía que tenían todos ellos de disparar al aire, aunque siempre será mejor eso a que me terminen disparando a mí.
—Te encontré —dijo con una ladina sonrisa apuntándome con el arma—. Niña estúpida, te dije que ocultarte de nada serviría. —Ríe con malicia mientras me pongo en pie con ambas manos en el aire.
Sin dejar de apuntarme toma con fuerza de mi brazo y me arrastra violentamente hasta la salida del almacén.
—¡Suéltame! —grito a todo pulmón intentando liberarme de su agarre— ¡Suéltame! Yo se caminar sola. —Me libero de sus manos, aunque no del apuntar de su pistola.
—El camión ya llegó, las demás están dentro —otro de los chicos le informa a quien me estaba apuntando distrayéndolo por unos segundos.
Muevo mi cuerpo sigilosamente mientras ambos hablan y viendo la oportunidad de huir no dudo en salir corriendo. Paso por el lado del camión que antes había mencionado el chico, alcanzando a escuchar el llorar de un grupo de chicas, claramente asustadas.
—No puede ser. —Me detuve al lado del camión recordando que mi amiga había sido capturada junto a mí la noche anterior—. Vamos, vamos. —Me apuro en abrir la puerta— ¡Salgan! —les grito una vez vi el grupo de chicas que se encontraban en el interior.
Todas me miran fijamente, asustadas, aterrorizadas... un momento, no me están mirando a mí, noto y me doy la vuelta para encontrarme con un grupo de chicos vestidos de negro apuntándome a la cabeza.
Es que soy tonta ¿que podía conseguir yo sola en una situación como esa? debí seguir corriendo sin mirar atrás en ningún momento. Me regaño mentalmente antes de que uno de los chicos tomara de mi cabello zarandeándome como si fuera una muñeca de trapo.
—Pensabas escapar —se burló aun sin soltarme el cabello—. Déjame aclararte un detallito. —Levanta mi cabeza halándome el pelo y acercando su asquerosa boca a mi oído—. Ahora eres de nuestra propiedad —me susurra y lo miro con furia.
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Con los ojos vendados
FanfictionUn secuestro transformó la vida de la joven Lee Young Mi. Será convertida en dama de compañia, sin embargo, su caracter fiero y osado le trae muchos problemas y puede que alguna solución. ¿Podrá esta chica librarse de su encierro? ¿Todos dentro de e...