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Narrador omnipresente.

El aire frio de la noche se estrelló contra el rostro sorprendido de Jungkook haciéndolo reaccionar. La escena ante sus ojos le resultaba alarmante, su hermano se había matado y no le cabía esa idea en la cabeza; a pesar del odio que profesaba hacia él por sus cuestionables acciones no lo creía capaz de acabar con su vida de esa forma.

Sin poder decir nada se acercó a su cuerpo en busca de algún signo vital, pero como supuso el tiro fue mortal y no había forma de hacerle reaccionar; su respiración había cesado al igual que su corazón.

Con un nudo en la garganta lo tomó entre sus brazos y acomodó para poder verle bien el rostro; pero lejos de apreciar este se detuvo en mirar la herida mortal que no se encontraba en la sien como es común en los suicidios, sino que se hallaba en su pecho justo en el corazón. Aquello le resultó extremadamente sospechoso y comenzando a atar cabos tomó el arma de la mano de su hermano comprobando que como acababa de suponer no se encontraba con un silenciador.

Juraría que el sonido que escuché no fue el de un disparo común sino el de uno modificado por un silenciador. Pensó sin dejar de observar el arma que anteriormente tenía su hermano sujetada en su mano.

—¡Jungkook!  —exclamó Jin con la voz quebrada—. ¿Qué has hecho?

El mencionado volteó su cabeza con sorpresa en busca de Jin con la mirada; sabía perfectamente lo que este estaba pensado  y las conclusiones precipitadas que su cabeza estaba maquinando.

—No es lo que parece —mencionó con torpeza intentando manejar la situación.

—¿Y qué parece según tú? —interrogó con hostilidad — porque lo que alcanzan a ver mis ojos es claramente un asesinato.

—Y es justamente eso  —respondió sin titubeos poniéndose nuevamente de pie—, pero no soy el asesino como estas pensado —continuó diciendo sin mirar a Jin.

Sus ojos y su cuerpo solo se dirigían hacia la puerta con rapidez, era obvio que el causante de la muerte de Namjoon había escapado por ahí y no debía estar lejos porque no se había alcanzado a escuchar ningún motor de auto, aunque todo podría ser posible.

—¡Mírame a la cara! ¿Cómo creeré en tus palabras si tan solo te das la vuelta ignorando la importancia de la situación? —exclamó con fuerza intentando captar la atención de Jungkook quien continuaba metido en sus pensamientos mirando al exterior como buscando algo; una pista, una respuesta a sus interrogantes.

Para Jungkook las palabras de Jin se desasían en la distancia llegando como un pequeño susurro sin importancia a sus oídos, no obstante comprendía lo que él podía estar pensando al respecto de la situación, y era consciente de que su  nula reacción ante sus palabras solo incrementaban sus sospechas, pero no podía evitarlo, su corazón palpitaba con sobresalto ante el inminente peligro que sentía que se avecinaba.

—¿¡Que no me escuchas!?  —continuó gritando Jin con mucho enfado—. ¡Tu hermano se encuentra tumbado en el suelo lleno de sangre con una herida de bala que acabó con su vida y lo único que haces es observar por esa maldita puerta como si nada estuviera pasando! —exclamó en ráfaga sin permitirse siquiera el respirar.

Cada segundo que pasaba sin que Jungkook le diera alguna respuesta o explicación sobre lo ocurrido solo conseguían hacer que su ira fuera incrementando. La impotencia comenzaba a derrumbarlo  y por más que intentaba permanecer fuerte y pedirle explicaciones, no pudo evitar estallar en llanto dejándose caer junto al cuerpo sin vida ante sus pies.

—Nam….joon —sollozó con voz quebrada.

Jungkook escuchó su llanto y estuvo por voltearse y decirle algo pero su cuerpo tan solo no pudo, se había quedado estático una vez sus ojos enfocaron un movimiento extraño entre los árboles.

Con los ojos vendadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora