11

154 40 93
                                    

Comienzo a abrir mis ojos mientras dejo escapar de mis labios un gran bostezo. ¿Qué hora es? Me pregunto mientras observo la habitación en la que me encuentro en busca de algún reloj; así alcanzo a divisar uno que cuelga de la pared a mi costado marcando las 5:30 de la tarde. ¡Había dormido prácticamente todo el día!

Confundida me pongo de pie con rapidez y la tensión de mis músculos me hace soltar un quejido de dolor. Verdad que había pasado toda la noche corriendo como estúpida por el salón por culpa de Jungkook; ya se me había olvidado.

—Este cuarto es… —lo observo con detenimiento—, es el cuarto de Jimin —concluyo caminando por su interior.

Todo parecía indicar que fue él quien me tomó en brazos y me trajo hasta aquí para que pudiera descansar. Siempre estaré agradecida por eso, realmente lo necesitaba.

Con cansancio y aun adolorida camino hacia el baño de la habitación para darme una ducha. Nada más entrar me percato de la ropa limpia perfectamente doblada que se encuentra a un costado del lavamanos; entre las prendas se hallan un short, una blusa fresca de tirantes y un abrigo gris, obviamente todo dejado de ante mano ahí para que yo pudiera usarlo al despertar.

—Gracias… —pienso en voz alta en algo que me salió como un delicado susurro.

Sin más demora dejo mi cuerpo al descubierto y me adentro en la ducha dándole vuelta a la llave para que el agua comience a caer sobre mí. Las gotas de agua fría refrescan todo mi cuerpo, relajándome y espabilándome un poco. 

¿Qué habrá pasado tras mi desmayo? ¿Ambos simplemente dejaron de pelear? Varias preguntas llegan a mi cabeza, así que decido dar el baño por terminado saliendo de la ducha y colocándome la ropa con rapidez para salir por fin de la habitación.

Sigo enojada por la actitud que  tuvo Jungkook ¿qué lo molestaba tanto? Al comienzo todo parecía un simple castigo tras perder el juego, pero después todo terminó siendo mucho más intenso. Todo comenzó como un juego, pero acabó con un castigo supuestamente por haberle mentido; aun así su ira era demasiada, algo más estaba provocando que su sangre hirviera cual volcán, pero sigo sin saber qué es.

Como enfrentó a su hermano, aquello era tan extraño. Jimin cuando lo conocí me había dicho que ellos eran muy cercanos y que de todos era con el que mantenía mejor relación. ¿Por qué entonces llegar a los puños? ¿No se supone que hablando se entiende la gente?

Aun así, no me malentiendan, estoy feliz de que Jimin llegara para acabar con mi tortura pero igual la intensa pelea me parecía demasiado. Quizás así se resolvían todos los problemas en esta casa, a base de puños, pleitos y disparos; seguro esa fue la educación que recibieron.

—Young Mi —escucho que me llaman haciéndome regresar a la realidad.

Había estado tan metida en mis pensamientos, debatiendo con tanta concentración lo ocurrido en la noche que no me percaté de que ya estaba en el borde de la escalera que lleva al salón del primer piso.

—Young Mi qué bueno que ya estés despierta —menciona Jin desde el inicio de la escalera mientras me observa bajar por ella— ¿Cómo te sientes? —interroga una vez estuve parada frente a él—. Sé que estuviste metida entre una de las violentas discusiones de los chicos y…

—No te preocupes, estoy bien —respondo abrazándome con mis brazos mientras observo el salón a sus espaldas— ¿Es común que se peleen? —pregunto con curiosidad sin verle directamente a los ojos.

—No, la verdad es que no —Volteo a verle algo sorprendida tras su respuesta—. Nunca los había visto causar tal destrozo; normalmente los que siempre acaban discutiendo a tal nivel son Namjoon y Yoongi, pero de Jungkook y Jimin nunca me lo hubiera imaginado.

Con los ojos vendadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora