Sonica se ha estado sintiendo rara e incómoda respecto a la nueva relación de Tails con Zooey. ¿Qué es lo que pasará por su cabeza?
Por otro lado, Tails se ha sentido muy confundido también al respecto, pero también molesto ya que según él, Sonica n...
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—¡Jamie! —tocaba la puerta— ¡Jamie! —volvía a tocar— ¡Jamie! —y tocó una vez más.
—¡Cielo santo, Tails! Hay un timbre, ¿Sabías?
Dijo el erizo rosado al abrir la puerta de su casa, un poco molesto sobre todo porque lo habían despertado. Traía las púas enmarañadas y una mascarilla verde en la cara. Tails hubiese preferido no haber visto eso pero ya estaba aquí. Así que mejor pasó saliva y se dió valor.
—Jejeje, si... Lo siento, Jamie, pero... ¡Es urgente! ¡Tenemos que hacer algo!
—¿Tan urgente como para venir a despertarme a las 7 de la mañana? ¿No podías ir a molestar a Knuckles?
—¡No! ¡Sería inútil! ¡Te necesito a ti!
—Oh, vaya... No sé si sentirme halagado pero... Tengo cosas que hacer antes de salir así que-
Estaba por cerrarle la puerta en la cara cuando Tails metió el pie para impedir su cometido.
—¡Es sobre Sonica!
Jamie aún no abrió la puerta nuevamente, pero detuvo en seco cualquier movimiento que planeara hacer. Su corazón volvió a latir fuerte.
Esos últimos días después de su decepción en el crucero se había estado aislando, no había querido siquiera ver a la mencionada. No sabía si iba a poder hacerlo y seguir actuando como si nada hubiese pasado en sus emociones. Su alma estaba dolida y se notaba.
Y uno de los "culpables" era el mismo Tails, a lo que él pensaba.
Eso hasta que el zorro, en su desesperación de que le abriera la puerta; dijo algo más.
—Ella... Ella... ¡Ella está mal, Jamie! ¡Tiene un nuevo novio!
"Si, claro, y ese eres tú. Espera..." Había empezado a hilar su cabeza, pero su foco se encendió al analizar lo que había oído. Abrió la puerta de golpe.
—¿Un nuevo novio, dices? Pero yo pensaba qu-
—¡Si! ¡Un novio! ¡Y es Shadow!
—¿¡Shadow!? ¿¡El emo darketo!? -Jamie casi se va para atrás.
—¡Si! ¡Ese mismo!
—Tienes que estar bromeando...
—Ojalá lo estuviera, Jamie. ¡Ojalá lo estuviera!
Por el rostro que aquel inventor le ofrecía, aquello iba en serio. ¿Cómo podía ser eso posible? Muy bien, ahora sí que estaba interesado.
—De acuerdo... Pasa y toma asiento. Subiré a darme una ducha y no tardaré. Tenemos que hablar de esto.
Tails asintió seriamente, con el ceño fruncido.
El zorro tomaría asiento justo como se lo dijeron, admirando una vez más el fanatismo por el color rosa que tenía ese chico. Estaba en muchas partes de su casa, pero Tails ya estaba acostumbrado.
