CAPÍTULO XIII

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Cuando terminaron las fotos, todo el grupo comenzó a levantar sus cosas para retirarse, la entrevistadora se acercó a la pareja.


Ya hemos terminado, de verdad les agradezco su tiempo para esto. Para nosotros es muy valiosa esta información que han decidido confiarnos —sonrió la entrevistadora.


Ya lo habíamos pensado, en dar una nota sobre nosotros, pero jamás pensamos que tan rápido, hasta que George mi vicepresidente me lo menciono antes de llegar aquí —admitió.

Sí, George es algo intenso... —susurro, mientras David y Lissa la miraban con los ojos entre cerrados, mirándola con algo de sospecha —...Con ese tipo de cosas, creo que le gusta demasiado la atención de los paparazzis -sonrió.

¿Se conocen tú y él? —pregunto.

Sí, desde hace 4 año, pero casi no nos hablamos... —de reojo miro a los chicos que subían las cosas a las camionetas —Volviendo al tema, mañana a primera hora se estará lanzando su entrevista en primera plana de la Revista, el vídeo quizá para mañana pasado medio día se suba, gracias en verdad Señores Hoffmann —se acercó y les dio la mano a los dos.

De nada. Y gracias a ti —sonrió Lissa, dándole la mano.

Mañana se les enviará el ejemplar y las fotos tomadas —se dio la vuelta y subió a la camioneta, y salieron de la casa. Lissa miro a David.

¿Piensas en algo? —lo miro mientras ladeaba la cabeza.

Si...que quizá George tuvo una de sus típicas jugadas, y esa pobre mujer sufrió por la culpa de ese desgraciado —se pasó un dedo por los labios.

¿Tan malo es George? —abrió mucho los ojos.

No es malo, en cierto sentido de la palabra. Pero ese hijo de puta, solo se divierte con las mujeres haciéndolas creer lo que no, con tal de pasar la noche acompañado —se pasó una mano por el pelo.

Eso si es malo...

Ni que lo digas -se sentó en el sofá —Lissa ya término lo que nos había traído aquí, así que en el momento en que decidas volver dímelo.

¿Tan rápido? Pensé que te querrías quedar más tiempo.

Sí, pero quiero estar en nuestra casa, técnicamente aquí solo estamos cuando venimos de vez en cuando —miro a su alrededor.

Hagamos algo —se sentó a su lado —Porque no, nos quedamos una semana, tu puedes ir a la beneficencia a ver cómo van las cosas y a saludar a Melissa, mientras yo aprovecharé para pintar las habitaciones de los niños —le sonrio, mientras se acercaba a él para besarlo.

¿Porque no contratas alguien que se encargue de eso, como la casa en Los Ángeles? —le pasó la mano por el pelo.

Por que casualmente las habitaciones las pinte yo ¿No recuerdas?

La de Caroline si lo recuerdo, pero de la de Dav no sé.

No, en la habitación de él no decore yo, contrate a gente para que lo hicieran rápido y no te dieras cuenta... —bajo la mirada, mientras se sentó un poco alejada de David.

Hey —se acercó a ella —Déjalo estar, ya pasó, míranos aquí con dos niños, sin dormir mucho, corriendo por toda la casa para alcanzar a Dav.

No sabes lo arrepentida que estoy...

Ven, acá —la tomó de los brazos, la sentó en su regazo y la acurruco como a uno de sus hijos —Te amo y entiendo que el miedo te invadió en ese momento, tu mente se bloqueo y pensaste que el no decírmelo te ayudaría a saberlo mientras él crecía en tu interior. Pero te lo dije y lo vuelvo a decir, no fue la manera, porque tus miedos te atacaron más estando sola en el proceso —acarició su cabello mientras le dio un beso en la frente.

Si... —susurro, mientras se aferrada a su marido.














Continuará...
Mañana abra más capítulos,
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Cuídense de la pandemia.
Saludos.

Del Deseo A La Tentación Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora