CAPÍTULO XXXVII

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Terminando de vestirse. Volvieron a la sala donde sus hijos estaban con Jaz, se despidieron dándoles un beso a los dos. Salieron de la casa y David le entregó las llaves a Lissa de un Mercedes Benz.

¿Qué? —miro las llaves en sus manos.

Tu conduces querida —sonrió y se subió al auto mientra Lissa estaba atónita mirando el auto.

¿Te quedaras ahí parada observando? —respondió David mientras bajaba el vidrio de la ventana.

No, ya voy —bajo corriendo los escalones y se acercó al auto, abrió la puerta, se subió y metió la llave y arrancó saliendo de una de la casa.

—No había visto este auto en el garaje —pregunto mientras se movía audazmente entre el tráfico.

Es nuevo amor mío —la observo de reojo —De hecho ni siquiera es mío.

—¿A no? Y entonces de quien es —movió la palanca de velocidad.

Tuyo —sonrió complacido al ver la cara de Lissa.

¿Me vacilas? —respondió con una risa.

No tendría porque. Todos los autos también son tuyos y lo sabes pero...pense que querrías al más tuyo —le guiño un ojo.

El lujoso auto entró en un espacio entre dos autos para estacionarse. David bajo, Lissa tomó sus cosas y bajo, activo la alarma del auto y se guardo las llaves en su bolso.
Entraron al reclusorio, en la entrada los detuvieron unos guardias para hacerles las revisiones correspondientes. Lissa se quito sus anillos, aretes, reloj y cinturón paso por el detector y el oficial quizo hacerle otra revisión e  la ropa a Lissa.

Aunque sea usted policía no me va importar, usted la toca y vamos a tener un serio problema —respondió David fríamente, mientras se quitaba el anillo de bodas y su reloj.

Es mi responsabilidad revisarlos así que lo siento... —el hombre sonrió con malicia y se agachó frente a Lissa para tocarla.

—¡¡Con un carajo!! Usted es ciego o que. ¿Que demonios podría traer yo con un vestido puesto? —miro furiosa al oficial. David se puso de nuevo sus cosas y se paro justo delante de Lissa, el hombre se puso de pie inmediatamente y miro los fríos ojos azules del hombre de 1.90 de altura.

—¿Díganos donde está la oficina del director del reclusorio? —pregunto Lissa aferrada del brazo de su marido.

Siganme —respondió de mala manera el policía.

Caminaron atrás del policía mientras David aferrada a su esposa de la cintura a él, no la quería ni un centímetro separada, ese policía había mostrado lo descarado que era así que David no quería que posara sus ojos en Lissa. Pasaron por varios pasillos largos hasta toparse con una puerta de madera oscura con una placa colgada en la misma que decía "Direc. Alonso Ferrer", el oficial abrió la puerta, David dejó pasar a Lissa y detrás de ella él.

Señor la abogada y el Señor quieren hablar con usted.

Claro, tomen asiento por favor —levanto su mano haciendo seña de que tomaran asiento frente a él.

David Hoffmann tanto sin verte ¿Cuanto a pasado? ¿2 o 4 años?

2 años para ser exactos. Mira te presentó a la Licenciada Lissandra Hoffmann —miro a Lissa que estaba sentada derecha y con las piernas cruzadas.

Es tu sobrina ¿Pero tu hermano no es tan grande? —el hombre miro fascinado a Lissa mientras David tomó aire y soltó.
—Mi esposa, Alfonso. La Señora Hoffmann —respondió David, el hombre abrió mucho los ojos mientras tragaba saliva difícilmente —Y representante de la familia Jhonson y de nuestra familia —sonrió con orgullo, mientras apoyaba su espalda en el respaldo de la silla, y se desabrochaba el botón del saco.

Lamento la confusión Señora Hoffmann, un honor conocerla —respion nerviosamente.

El gusto es mío —Lissa estiró la mano para estrechar la de Alfonso.

Pero diganme que los trae por aquí.

Lissa por favor... —respondió David cediéndole la palabra.

Muy bien, hemos venido dado que mi cliente el Señor Jordy Johnson fue atacado antier en una de las celdas.

En efecto, pero no sabemos aún que pasó —respondió el hombre recargándose en su brazo derecho apoyando la mandíbula encima de la mano.

Pero nosotros si. Mi cliente despertó hoy en la mañana y dijo que el recluso Peter Stewart lo atacó, sobornando a los guardias para que lo dejaran entrar a su celda...

—¡Eso es imposible, todos aquí no son tan fáciles y menos por dinero!

—Pues parece que si y tenemos pruebas del intento de asesinato de Peter hacia Jordy, así que...

Si de lo que vienen a hablarme es de un posible traslado eso va a ser muy difícil, tu más que nadie sabe que peligroso es ese muchacho.

Ese muchacho es mi hermano Alfonso, no te están pidiendo que lo dejes libre, solo te pido que lo traslados a otro reclusorio. No puedo dejarlo ni un minuto más aquí, la próxima ese maldito lo va a matar... —respondió fruncido el ceño.

Esta bien, haré los tramites, pero a la Señora le haré un documento para que pueda valer el hecho del traslado —dijo mientras tecleaba frente a la computadora.

En cuanto a sus polícias tiene que haber una sanción para lo que aceptaron el dinero de Peter y ese policía que se quizo pasar de listo con mi esposa —dijo con seriedad, mientras Lissa los observaba.

Investigarse quiere fueron los del soborno en cuanto al otro también me encargaré inmediatamente ¿Algo más en que pueda ayudarles? —tomó de la impresora la hoja y se la entregó a Lissa y ella la guardo en su maletín.

Sí, una cosa más. Quiero ver a Peter —se cruzó de brazos.

Muy bien —le llamó a un policía para que los guiará hasta donde verían a Peter.

Del Deseo A La Tentación Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora