CAPÍTULO LXV

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Y así sin más, la caída llegó a su fin, dejando dos personas tiradas en el suelo, derramando poco a poco sangre de la cabeza. Todos llegaron hasta ellos, David corrió hasta acercarse, dejándose caer al suelo tomando entre sus brazos el cuerpo inconsciente de su esposa que estaba manchada de sangre.

David soltó un grito desgarrador al aire, mientras buscaba la manera inconscientemente de hacer algo por ella, sus ojos se le pusieron cristalinos, húmedos y comenzaron a brotar lágrimas rodando por sus mejillas, mientras la mecía una y otra vez con un muy desesperado intento por despertarla, Jordy se arrodilló frente a él y comenzó a llorar igual, Peter estaba detrás de ellos también tirado.

Las ambulancias llegaron rápidamente, los paramédicos bajaron inmediatamente, se acercaron a los cuerpos de Peter y Lissa. A él lo subieron a la camilla y se lo llevaron de inmediato; otros paramédicos se acercaron a Lissa pero David parecía gruñirles como un animal salvaje para que nadie la tocará.

-Señor tenemos que llevárnosla, porque si está viva aún necesita atención urgente, para poder salvarla, fue una caída muy dura  -le dijo un paramédico.

-¡NADIE LA VA A TOCAR, NO SE LE VAN ACERCAR ME ESCUCHO!  -grito furioso, mientras la piel del rostro se le teñía de rojo.

-MALDITA SEA -se acercó Jordy desesperado junto con un policía, le arrancó el cuerpo de Lissa de los brazos a David y éste comenzó a gritar y a patalear dando puñetazos a quien fuera -CON UN CARAJO. TIENEN QUE LLEVARSELA, ENTIENDE, TIENEN QUE TRATAR DE AYUDARLA PARA SALVARLA. SE PONDRÁ BIEN.

Cuando lograron quitarle de los brazos a Lissa, los paramédicos la subieron a la camilla y se la llevaron rápidamente al hospital más cercano, esperaban muy en el fondo poder hacer algo y que realmente se recuperará.

Los abogados en cuanto amaneció se alistaron para ir a los juzgados a entregar las pruebas reunidas contra Peter y contra su hermana, dejando a Jordy y a David en el hospital, ese mismo día le llamaron a Jaz y Támara para que regresan a Los Ángeles con los niños y darles la terrible noticia de lo que a Lissa le había pasado.

Tamara y Jaz hicieron las maletas pronto, en cuanto escucharon a Jordy decirles que había sucedido en estos días.

Por unas horas los médicos estuvieron con Lissa no salían a dar informes a David, éste estaba cada vez peor, Jordy estaba preocupado tanto por la salud de su cuñada, como en el estado en el que estaba su hermano, no quería comer ni siquiera tomar un vaso de agua, a este paso estaría de un rato a otro acompañando a su esposa en una camilla del hospital.

Un rato más tarde por fin un médico salió a dar noticias.

-Parientes de la Señorita Lissandra Clowen -dijo el médico.

-Yo -se levantó David de la silla -Soy su esposo.

-Me disculpó la Señora Hoffmann. Mire el golpe en la cabeza fue duro, le hicimos una tomografía, pero no hay derrames en la cabeza, ni daño en el cráneo afortunadamente. Así que esperamos que reaccione por que esta inconsistente y veremos que pasa con su estado -dijo el médico.

-¿No le traerá problemas en un futuro? -pregunto Jordy.

-No, ya que la cabeza es delicada, pero al caer la otra persona amortiguo su golpe y solo fue un golpe no tan severo como el paciente que llegó con ella -respondió.

-¿Y ese...paciente como esta? -pregunto David inseguro, no quería escuchar un esta bien.

-A él lo inducimos a coma, en él si hay daños en la cabeza severos -le respondió -Bueno, si gustan pasar a verla esta en la habitación 250 en el tercer piso, me retiro.

-Gracias doctor -dijo David, mientras Jordy le daba un abrazo.

-Te dije que ella estaría bien -le sonrió -Ve a verla yo aquí estaré, por si Eve, Robert, Elizabeth o Richard llegan.

-Gracias -y camino a los ascensores para subir a verla.

Cuando David llegó a la habitación abrió la puerta lentamente. Y ahí estaba ella, tendida en la cama con unas vendas en la cabeza, agujas metidas en las venas, una bolsa de suero y un aparato a un lado de la cama, la observó por unos instantes realmente le dolía verla así, hasta donde llegaba la maldad pero al menos estaba tranquilo de que estaba fuera de peligro, de que simplemente haber sufrido un golpe no tan severo como el de Peter. Se acercó a ella tomó asiento a su lado y le tomó la mano, le dio un beso donde debían estar sus anillos de boda pero ninguno estaba, se los habían entregado a él cuando la habían ingresado.

-Hola mi vida -dijo él -se que estas dormida, que me escuchas gracias a Dios -callo un momento y continuó -Vengo a decirte que nuestros hijos estarán de regreso pronto -sonrió -Pero...ahora no creo que me permitan traértelos para que te vean -la miro detenidamente -Tu papás están de camino. Richard cuando llegue me va a matar por esto -paso un dedo delicadamente sobre la intravenosa -Quiero decirte que eres una mujer muy valiente, defendiste a nuestra familia y que nada te dio miedo...debo reconocer que contigo a mi lado no necesito nada más... -ella movió la mano un poco -Espero que despiertes rápido quiero volver a ver tus bonitos ojos verdes, tu sonrisa -entre el sonido del monitor y sus palabras no se alcanzaba a distinguir la respiración suave de ella, pero ahí estaba, tranquila y viva.

Del Deseo A La Tentación Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora