Llave 10

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—¿Y bien?

La sala se encontraba en completo silencio, ahora el pelirrojo no sabia que hacer o decir, de cierta manera se sentía culpable, quería ayudar al mayor pero si este desde un principio lo evadió, debió dejarlo.

Aun así albergaba algo de esperanza de que JongDae aceptara.

—Oppa—llamo la pelinegra. El mayor la observo, ella indicando que hablara con el chico cabizbajo frente a ellos.

JongDae se rascó la nuca nervioso.

—P-Park—le llamo desviando la mirada cuando el mencionado elevo la suya.

—¿Hyung?

El castaño suspiro rendido.

—Lo...lo siento—logro articular—perdóname por tratarte de esa manera, por no decir de mierda—carraspeo arrepentido.

Como si se tratase de un maravilloso ser, los ojos contrarios se iluminaron de inmediato.

—Hyung—llamo nuevamente, esta ves tomando sus manos con algo de confianza. Sonrió cuando estas no se alejaron—no tiene por que disculparse, si ese el es caso, yo también me disculpo por mi necia conducta.

Y de cierta manera, el mayor ya no sentía ese pequeño peso sobre sus hombros, sonriendo y correspondiendo a los sentimientos del pelirrojo, aliviando el ambiente.

—Bien, ahora que ambos están bien, voy por un aperitivo en la cocina, ¿gustas algo ChanYeol?—ofreció la pelinegra antes de salir por completo de la sala.

—Solo un poco de agua, gracias—respondió cortes.

Cuando esta se retiro al fin, ambos hombres conectaban el silencio de la sala con algo mas allá de simples carraspeos.

—Hyung, otra cosa que quería decirte es que ya no voy a insistir mas en el tema y lo deja de lado para-

—No.

ChanYeol observo al castaño con sorpresa. Tal ves escucho mal.

—Pe-Perdón Hyung, no le escuche—dijo algo cohibido.

—Dije que no—afirmo—¿sabes? después de esa noche, recapacite en lo que me dijiste y...

—Y...—alentó de manera inconsciente el contrario.

—Quiero salir adelante, ya no quiero consumirme mas por el pasado, que ya no me afecte cualquier indirecta, quiero poder ser libre ahora, como debí serlo desde entonces.

El pelirrojo lo escuchaba atento sin poder creerlo.

—Entonces...

—Ayúdame ChanYeol, por favor—el mencionado sintió una gran calidez al notar algo de brillo en esos ojos que creyó perdidos por la tristeza y deprecion del tiempo.

Antes de que el mayor agregara algo mas, el pelirrojo lo abrazo con fuerza, sorprendiendo a JongDae, incluso a una chica pelinegra que escucho todo desde marco de la sala.

—Te ayudare en todo lo que pueda Hyung, Te lo prometo.

[......]

—Bienvenido a casa, cariño.

Despojándose de la mayoría de sus incomodas prendas, ajusto un como par de sandalias en su pies y gustoso correspondió al beso de su pareja.

—Gracias, mi amor—respondió cargando al peligris, ambos dirigiéndose a su habitación.

Ambos con alegría se dejaron caer en la suave superficie y pronto comenzaron con una sesión de dulces besos.

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