Capítulo 22: Que malo es beber

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CAPÍTULO 22:

Cada vez que me pongo con el papeleo la verdad es que o puedo evitar, pero acordarme de María y la capacidad que tenía de liar las cosas de tal manera que las cosas más simples, terminaban como si fueran un caso de asesinato múltiple con una sola prueba. Por suerte, a mí se me daba mejor, asique, aquella mañana, intento dejarle la mayoría del papeleo que teníamos atrasados, terminados.

Asique, estando metida en el mundo del papeleo, escucho de repente la puerta del despacho abrirse. Vuelvo a ver una cara antigua:

-Mateo- murmuro al verlo- ¿Qué estás haciendo aquí?

-¿Visitarte?- sonríe un poco tímido- Que desde la última vez que fui un capullo contigo no hemos hablado- lo miro, no digo nada, mientras que Mateo solo sonríe- Que se fue Sebas y ...- se calla- Solo venía a hablar un poco... Extraño pasar tiempo contigo.

No sé por qué, pero en lo primero que pienso es en que vuelve a las andadas y la verdad es que estaba suficientemente cansada del tema como para volver a luchar con él de lo mismo:

-Mateo, ya te he dicho...

-Que nada va a pasar contigo.... Lo sé. Hace tiempo que lo sabía- ¿y por qué siempre seguía con lo mismo?- Te juro que solo es por los viejos momentos. Que me gustaba cuando pasabas tiempo en la radio, con tus tonterías... Ahora ni a la radio vas. Todos te echan de menos. Hasta Marina dice que te hecha de menos...

-Marina- murmuro avergonzada- Casi puedo decir que me siento avergonzada porque la he dejado literalmente ignorada.

-Ya me lo ha dicho. Que ni los mensajes muchas veces le respondes...

-Es verdad- asiento- Aunque para mi defensa... digamos que he estado ocupada.

Ocupada en medio de una telenovela de las malas, pero una mala.

-Bueno. Entonces, ¿por qué no...?

Pero el pobre Mateo no llega a poder formular su pregunta cuando Gonzalo, que llega como un huracán, irrumpe en el despacho. En su mano, trae un gran paquete.

-Hello, hello...- llega casi gritando, cuando vé a Mateo- Oh, hola- lo saluda con una sonrisa, aunque a Mateo se le ve que le está constando aceptarlo, literalmente- No sabía que estabas reunida, Luisita- me dice a mí entonces.

-No, tranquilo- Mateo es el que responde- Yo me iba. En realidad, solo pasaba para decir hola, que tengo que volver al trabajo. Un placer verte...

-Igualmente...- Gonzalo asiente, lo más serio que puede.

Aunque nada más termina de salir Mateo por la puerta, este se gira a mí y estalla en una gran risotada. Me siento mal en ese momento por el pobre Mateo.

-Que malo...- le digo.

-¿malo?- me dice colocando el paquete a un lado de la habitación- Que se le nota que a ese le gusta a leguas...

-Ya...- murmuro- Dime algo que no sepa- respondo cuando miro el paquete que traía en las manos- ¿Qué traes, por cierto?

-Ah. EL cuadro de Amelia.- me giro a mirarlo cuando Gonzalo ya se ha adelantado a lo que le iba a preguntar- Y sí, fui solo a recoger y pagar el cuadro. Además, que tenía curiosidad por lo que fuera a pasar cuando estuviéramos a solas.

-Gonzalo, no habrás metido la pata, ¿verdad?

Porque la verdad es que, después de todo lo que había pasado el día anterior; lo menos que necesitaba era que ahora encima, destruyera todo en un minuto. Sin embargo, es Gonzalo y le gusta el drama más que a mí y a María juntas. Asique, me niega.

Body Paint- A Luimelia FanFic (COMPLETADA) Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora