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Maka....

Hola niñas que las trae por aqui tan temprano?...- nos levantamos de las sillas que estábamos ocupando en el patio trasero de la abuela Nora cuando la vemos llegar y ambas le damos un abrazo, una vez sentadas comenzamos a hablar.

Vinimos porque necesitamos contarte algo...- comienza a hablar Mara.

Necesitamos que nos ayudes a decidir que hacer...- agrego y nos mira preocupada mientras le sirvo te.

Me asustan niñas...

Es... es sobre...

Abraham...- finalizo al ver que Mara no sabia como seguir.

Qué pasa con el?...

Voy a ser directa abuela...- Mara se sienta derecha y la mira seria.

Como siempre, adelante hija....

Notamos cierto interés de Abraham en una de nuestras chicas...- nos queda mirando un momento y luego suspira.

Nunca me gusto que se mezclen los negocios con el placer, pero primero está la felicidad de mi nieto...

Ok, eso en parte nos deja más tranquilas...- conteste tomando de mi te.

Acaso es una mala chica?...

Ese sería el menor de los problemas abuela...- Mara.

Vayan al grano chicas, me ponen nerviosa...

Iré al grano...- mire primero a mi hermana, esta asiente y luego miro a la abuela.

- la cuestión es que nosotros sabemos un secreto que no le hemos contado a él para respetar la privacidad de nuestra empleada por decirlo de alguna forma...- hago comillas con mis dedos ante lo último.

Es una asesina?....- negamos.

La busca la policía?...- negamos.

Es amante de mi hijo?...

¡¡NO, ABUELA, QUE COSAS DICES!!..- decimos a la misma vez riendo de sus ocurrencias.

Todo puede ser, ¿no? uno nunca sabe...- se alzó de hombros.

Es un hombre...- larga mi hermana como si nada y la abuela la mira con su taza a medio camino.

Es un chiste?...- pregunta luego de unos largos segundos y negamos.

A nosotras nos tuvo que decir la verdad por el tema de los papeles...- continuo hablando.

¡¡Mierda!!...

Eso no es todo abuela...- continua mi hermana.

Que falta?...

Un detalle muy importante...- vuelvo a hablar.

¡¡CUAL!!...

Que por el nombre que figura en los papeles...

Y por nombre que Abraham nos dijo la otra vez cuando nos contó lo que pasó cuando fueron a merendar....- dejo de hablar cuando la abuela abrió grande sus ojos y para sorpresa nuestra comienza a reír, con Mara nos miramos sin entender.

De que te ries abuela?....

Les contaré algo para que se relajen...- comenzó contándonos cuando vieron al doctor, lo que le dijo a el y por último el secreto del abuelo, para cuando finalizó las tres moriamos de risa.

Sabes que él nos matará, ¿no?...- con Mara nos miramos preocupadas y ella niega aun riendo.

No tranquilas, él no les hará nada, para cuando eso pase ya estará hasta la coronilla, pero debo admitir que me sorprendió saber que tengo un doctor con doble vida, como are para mirarlo a la cara sin imaginarlo bailando en un caño...

¡¡ABUELA!!...- decimos riendo y ella se une.

Ahora hablando enserio ¿y si no lo toma bien?...- pregunto logrando borrar la sonrisa de la abuela.

Eso sí me preocupa, tengo mis dudas de que el lo acepte por más enamorado que esté...

Entonces qué hacemos?...- Mara.

Por ahora nada cariño...- contesta tomando la mano de mi hermana.

Pero...

Pero nada Maka, dejemos que las cosas fluyan por si solas, mas adelante si vemos que es necesario lo contamos, sino no, ¿de acuerdo?...

Ok... como tu digas abuela...- contestamos, luego la abuela cambia de tema y cuando nos damos cuenta ya están nuestros padres aquí junto con los padres de Abraham, el cual está más atrás hablando por celular.

Deja de mirarle el trasero a mi hijo...- Karen me reta fingiendo enojo y todos reímos.

Es que es imposible tía, mira el trasero de tu hijo...

Eres un caso perdido Maka...- todos reímos comenzando a hablar de otras cosas hasta que Abraham se nos une, comenzamos a almorzar cuando llegan mis padres con las cosas, luego la sobremesa, luego a la abuela quiso ir por helado y todos tuvimos que caminar hacia la heladería hasta Caro tuvo que venir con nosotros, pero nadie se quejo, era una costumbre más que se dejó de hacer con la muerte de los abuelo.

Extrañaba estas caminatas hacia la heladería...- todos miramos a Emiliano y luego reímos con nostalgia, porque todos estábamos pensando lo mismo, hubiera sido mejor con ellos aquí.

Jonathan y Francisco deben estar feliz de que lo hiciéramos, ellos no querían que dejemos de hacer nada de lo que solíamos hacer...- agrega la abuela Nora.

Extraño a mi padre...- dice Karen de repente y todos nos quedamos en silencio, porque creo que es la primera vez que la escucho decir que extraña a su padre. Con Abraham y Mara no lo llegamos a conocer al abuelo Francisco pero la abuela Nora sí porque eran mejores amigos en la escuela y siempre cuentas las incontables veces que tuvo que salvar su trasero, fue muy difícil para ella superar su muerte pero según ella lo logró gracias a su compañero de vida, el abuelo Jonathan.

Prometemos volver más seguido y no quedarnos solo un fin de semana...- dicen mis padres mirando a karen.

Y nosotros prometemos visitarte mas seguido abuela...

Ustedes tendrán que turnarse chicas para tener una vida durante el día, no es bueno estar despiertas solo por la noche...

Mara tu ya no sales a correr por las mañanas como tanto te gustaba y tu Maka dejaste de ir al gimnasio o a salsa por estar todo el dia metidas ahi o durmiendo...- agrega la abuela al comentario de mi amigo y con Mara nos miramos porque ambos tienen razón.

Nos turnaremos abuela, tu tranquila....

No es necesario que estén todas las noches metidas ahí ya se los dije, Emiliano va dia por medio a los otros Romas...

Es que a nosotros nos gusta nuestro trabajo...- Karen madre de nuestro amigo-hermano asiente mirándonos y seguimos caminando hacia la casa.

Y cómo sigue el padrino?...- pregunta Abraham.

Bien hijo, el doctor dice que va mejorando por suerte....- le contesta mi madre.

Es bueno saberlo, yo aun no e podido ir a verlo, mañana iré...

Iremos...- aclara Mara y asentimos mirándola.

Una vez en la casa merendamos algo liviano y al terminar nos comenzamos a despedir, todos teníamos trabajo y cosas que hacer, aunque en realidad todos nos excusamos para poder irnos y que la abuela descanse, ya se la notaba cansada, pero tuvimos que mentir para que nos dejara ir, una vez fuera de la casa comenzamos a despedirnos de todos y nos fuimos en diferentes direcciones, con una gran sonrisa por haber pasado un gran día.

El Chico de Tacón RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora