Abraham...
Ya han pasado otros meses en el que mi relación con Mirco va en ascenso, después de ir a lo de la abuela y de hacer el amor casi toda la noche, a las pocas horas me e levantado con hambre y para mi sorpresa Mirco estaba cocinando en boxer, lo que causó no solo que mi amigo se despertara, sino que tuviéramos que calentar la comida nuevamente cosa que no me gusta pero lo ise sin quejarme porque esta vez sí tuve la culpa yo, como en la mayoría de las veces en la que lo agarro en cualquier parte de la casa ya que es como una droga para mi, cuando finalmente logro que me quede quieto, nos pusimos a conversar para conocernos mejor, fue una gran idea, eso causó un click en nuestro relación, porque ahora todo es mejor ya no hay incertidumbres ni miedos, ahora sabemos como somos tanto íntimamente, como públicamente y personalmente, obviamente yo soy más demostrativo en palabras, pero Mirco en acciones y ahora que lo se eso me deja más tranquilo, aún me sigo sorprendiendo cuando me dice te amo o te quiero o te extrañé lo cual hace que ría pero no me importa, mi teléfono suena sacándome de mis pensamientos y sonrio al ver el nombre de Mirco en la pantalla de mi celular.
Buenas tarde-noche Mir...
Hola, como estas? Como va tu dia?...- otra cosa que amo de el es que cuando no nos vemos siempre me pregunta lo mismo, no importa si hablamos antes o no o si ya lo preguntó.
Bien y casi terminando para ir a casa...
Eso suena genial...
Vienes o quieres que vaya?...- una de las pautas que pusimos es que no dejaríamos nuestro espacio por el otro hasta que nos casemos y eso me gusta, porque me encanta su casa, pero no hay nada como la propia.
Ninguna de las dos, hoy tengo que hacerle el favor a las chicas, ¿lo olvidaste?...
Si...
No me gusta el hecho de que baile para otros hombres por más que estos no sepan quien es, yo si se quien es y eso me hierve la sangre, pero hay un contrato firmado y aunque se que lo puedo deshacer en cualquier momento no lo hago porque sería pasar sobre las chicas y usar un poder que no me gusta, también me enojé mucho tanto con las chicas como con mi abuela, pero es como el dijo, es su vida, su decisión y no tengo opción si quiero estar con el y lo apoyo porque lo amo y porque por suerte quedan cuatro meses de contrato al ser en Roma los contratos anuales, prometió una vez acabado no volver a renovarlo y confio en el, no solo por el amor que le tengo, sino por la razón por la cual lo hizo, de su familia aún no conozco a nadie, no viven en el país y no tengo intenciones de viajar por lo que estoy bien con respecto a ese tema.
Sabes que no puedes mentirme, ¿no?...
Si lo se amor, solo que no puedo evitarlo... perdón...
No, tu perdoname a mi, yo no debí...- su tono de voz cambia y me maldigo mentalmente por ponerlo así.
No se te ocurra decirlo...- lo interrumpo.
- tu eres lo mejor que me a pasado y no quiero que vuelvas a decir que no debiste fijarte en mí hasta que no terminara tu contrato, porque de ser así hubiéramos perdido mucho tiempo...
Es verdad..- su voz volvió a ser alegre y se que se debe estar riendo.
Que yo no me acostumbré y que sea celoso no quiere decir que no te apoye, yo confio en ti ciegamente porque te amo no lo olvides nunca..
Yo también te amo...
Ahora ve a cumplir con tus responsabilidades y yo te espero en casa, ¿de acuerdo?...
Ok, te veo en un rato... Abraham...
Dime...
Te amo mucho... no lo olvides nunca...- una gran y estúpida sonrisa se forma en mi rostro al escucharlo como cada vez que lo hace y contestó.
Te amo, besos....
Corto la llamada, termino de firmar unos papeles y me voy rápido para casa, le daré una sorpresa a Mirco pero antes quiero estar bañado y presentable con el estilo de ropa con el que me devora con la mirada cada vez que me ve, llego a casa, camino rápido hacia mi cuarto para dejar la ropa sobre el perchero que me a regalado Mirco porque odia que deje un camino de ropa en la casa, que tengo que cuidar la ropa y mas los trajes y bla bla bla. Termino de darme una ducha rápida, me meto dentro del primer boxer que encuentro al igual que las medias de vestir y el gin, cambio la remera negra por una blanca con escote en V, busco mis botas marrones y me las coloco haciendo juego con mi tapado, acomodo mi pelo, un poco de desodorante, perfume, mis lentes para descansar la vista y me voy, cuando llego al burdel entro por la puerta de servicio pero enseguida me topo con un arma apuntando directamente a la cabeza.
Marcus soy yo Abraham...- levanto la cabeza a medida que me saco la gorra y al verme baja el arma respirando tranquilo.
Que mierda haces entrando por aquí?...
Quería darle una sorpresa a mi novio?...
No lo tomes a mal pero... ¿desde cuando eres gay?...- me mira desconfiado yo sonrio.
Desde que lo conocí...- paso por su lado para salir del área de vestuarios siendo seguido por el.
-y créeme, tú también te enamorarias de el...
Yo no soy gay....
Yo no dije que lo fueras, pero te e visto como miras a la bailarina nueva, la colorada...
Cómo no mirarla, es una hermosura...- me doy vuelta para mirarlo a la cara.
Ves, te lo dije...
Salgo del área de servicio justo cuando la luz roja se prende y la música de el comienza a sonar, camino entre las mesas, ubico una silla vacía y me la llevo para sentarme bien en frente del caño, comienza a bailar al subir solo un poco el tono de la luz lo suficiente como para dejarlo visible ante el público, sigo cada uno de sus movimientos totalmente fascinado, me saco la gorra cuando me da la espalda al bajar del caño y cuando me ve se queda quieto. Me he sentado con el tapado abierto, con mi pie izquierdo sobre mi rodilla derecha, me e cruzado de brazos y llevo puestos mis anteojos de descanso los cuales ama, veo que e logrado mi objetivo cuando me devora con la mirada sin disimulo, sonrio indicandole con la mirada que continué y eso hace, pero ahora no siento que le baile a todos, sino que lo hace solo para mi, eso me excita y mucho. Queda en el borde de la plataforma sobre la cual baila y en un movimiento ágil queda sobre mí, llevo una de mis manos a su cintura y la otra a su espalda cuando veo que se tira hacia atrás, hace un par de movimientos más cuando vuelve a la plataforma, se trepa al caño y cae justo cuando la canción se acaba y las luces se apagan, los silbidos y aplausos no tardaron en hacerse escuchar lo cual me hace tener ganas de matarlos a todos, pero sonrio triunfante al saber que solo me bailo a mi. Le doy una nota a una de las camareras para que se la entregue y me voy hacia la oficina de mi abuelo, nunca e entrado aquí sin el, pero hoy no puedo esperar a llegar a casa para ver a mi hombre, apago las cámaras de la oficina, le aviso a las chicas que estaré aquí y que si vienen las mato, solo se rieron cortando la llamada, siento la puerta siendo abierta, me levanto rápido para agarrar a Mirco apenas pasa la puerta, lo arrincono devorando su boca trabando la puerta con mi mano derecha y en cuestión de segundos esta cabalgandome en el sillón del living.
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El Chico de Tacón Rojo
RomanceMirco es un chico que ama bailar y lo que menos le importa es tener que vestirse de mujer para hacer lo que le apasiona, con lo que no contaba es que Abraham entre en su vida...