Seonghwa me ha pedido que me saque el gorro, dice que necesito mostrarme más, no sólo verbalmente sino que físicamente también.
Tengo miedo, pero confío en él.
Llegando a la escuela lo primero que sentí fueron sus miradas, tan intensas y curiosas que solo lograban causarme escalofríos.
Esta era la primera vez que mostraba mi cabeza casi por completo ante ellos, claro que me iban a ver de esa manera.
En lo que iba avanzando con la cabeza gacha logre sentir a alguien tomando mi muñeca, para mi suerte no era un desconocido. Era San.
-Hongjoong, Seonghwa me mandó a buscarte, vamos, estábamos en el patio de atrás.- inmediatamente el rubio comenzó a jalar de mi mano.
-espera, ¿que hay de mis cosas?- con el volumen de voz con el que pregunté en verdad me sorprendió que me hubiera escuchado.
-oh! Cierto, vamos a tu salón y luego vamos con Seonghwa.
Hicimos como él dijo. Y en menos de 5 minutos ya estaba frente a frente con el pelinegro.
-Hongjoong, me da gusto que me hicieras caso, tu cabello es muy lindo.- en lo que me decía eso, veía como se acercaba a mi y me extendía una bolsa de papel.- toma, te compré un pequeño almuerzo.
-gracias- respondí en un tono apenas audible.
En cuanto tomé la Bolsa, mis dedos pudieron tocar un poco de los suyos. Sentí un escalofrío de nuevo, pero, extrañamente, este escalofrío se había sentido bien.
¿Qué estas haciendo en mi Park?