El agua salpicaba por todos lados, las risas y gritos llenaban el lugar y la arena se elevaba debajo de nuestros pies.
Por primera vez en mucho tiempo, habíamos vuelto a sentirnos unos niños, sin preocupaciones ni responsabilidades, sólo disfrutando el momento y guardándolo en nuestras memorias.
Todo era tan bueno que me pregunté si en verdad era correcto sentirse de ésta manera y me enojé conmigo al darme cuenta de todas las cosas que me había y me pude haber perdido debido a mis miedos.
Sin embargo también me sentí agradecido de haber elegido enfrentarlos.
Decidí dejar mis pensamientos a un lado y regresar con lo que estaba, guerra con agua. Si bien no había forma de medir quién estaba más mojado que el otro, era divertido pelear por un ganador.
Y así fue como transcurrió una linda mañana.
Ya llegando la hora de comer, Seonghwa se ofreció para ser el chef del día, preparando así unos ricos cócteles que fueron acompañados con diversas bebidas.
En la mesa las pláticas eran variadas, unos hablaban de lo que harían después de la comida, otros sobre lo que harían en el día siguiente y otros simplemente sobre lo bien que lo habían pasado en el rato anterior.
Dejando así que el silencio en esa casa fuese inexistente.
- Chicos, recuerden planear bien sus días, estaremos poco tiempo aquí así que aprovéchenlo.
Todos estuvimos en acuerdo con las palabras de Yunho y terminamos la comida alegremente con nuestros propios planes en mente.
Pasó el día, el sol iba cayendo y los ocho chicos se encontraban sentados en la arena, admirando el fenómeno del atardecer.
Ninguno hablaba, en ese momento no había necesidad de palabras.Las parejas se tomaban las manos y se prometían cosas en silencio, un momento romántico para los que tenían con quien vivirlo. Sin embargo, había gente que no tenía la suerte.
- Esto ya es demasiado, ¿por qué no puedo estar así con alguien también?- Preguntó Yeosang en voz baja, sin embargo la persona a su lado logró escucharlo.
- Porque Hyung es muy bueno para estar con cualquiera, no se preocupe, ya llegará la persona correcta.- Yeosang se conmovió por las palabras de Jongho y se abrazó a él dejando su cabeza apoyada en el hombro del menor, quien sólo sonrió y lo dejó estar. Él también se daría el gusto de pasar un buen momento.