El día de hoy ninguno de ellos me ha saludado, no se me han acercado siquiera.
Muchas dudas negativas sobre su comportamiento llegaron a mi mente.
Pensaba que finalmente se habían rendido conmigo, que se habían dado cuenta de que solo soy un estorbo, un rarito que no vale la pena.
Pasé la mitad del día solo. Me sentía extraño.
Extrañaba las risas de San y Wooyoung, Extrañaba las tonterías de Yunho y Mingi, Extrañaba la seriedad de Yeosang,
Extrañaba la voz de jongho y sobre todo,
Extrañaba la cercanía de Seonghwa.
¿A que se debía eso? No tenía idea. Quizá era sólo por el inicio de una pequeña costumbre.
Todo se volvió aún más confuso, cuando, de la nada, apareció San con su hermosa sonrisa blanca, tendiéndome su mano.
-Ey mudito, eres peor de lo que creí. - jaló de mí con fuerza hasta llevarme al patio trasero, donde esperaba todo el grupo de amigos.
-Hongjoongieee, te tengo malas noticias, no has logrado pasar esta prueba.- Seonghwa estaba haciendo esta situación más extraña que al principio con sus palabras.
-P-prueba?- pregunté con voz baja mientras los miraba uno a uno con nerviosismo.
-¡Sí! Ya sabes, esa en donde tu debías ser quien nos hablara primero. - Claro, todo tenía sentido ahora. Park no iba a rendirse tan fácil.
-Pero no te preocupes Hyung, con el tiempo lograremos sacarte las palabras de la boca.- dijo un efusivo Wooyoung mientras le quitaba el último pedazo de pan a Yunho.
-Muy bien, hora de regresar a clases. Y tú- dijo Seonghwa señalándome y acercándose a mi- espérame en la entrada del salón. Te llevaré a tu casa.
Luego de un ligero asentimiento de mi parte, comenzamos a movernos por los pasillos de la escuela hasta que cada uno de nosotros ingresó a su salón correspondiente.
