Camila tiraba de la correa sonriente mientras observaba a Pez enrollarse en sus propias patas gruñendo a Mariano. El hombre era la única persona que al perrito no le gustaba, incluso Jennifer y su manía de atar cosas al azar en su cola parecían más aceptables para el perrito.
Para su suerte, aunque no le agradaba el hombre, seguía siendo inofensivo. Los episodios de mal humor sólo generaban risas por lo lindo que se veía Pez haciéndose el valiente.
- Él me odia.
El hombre dijo con su fuerte acento italiano. Su expresión siempre era confusa al toparse con el odio injustificado del animal.
- Podría decir que no, pero creo que es verdad.
Camila dijo con risa en la voz, encajando la llave en la cerradura del apartamento. Normani había advertido que pasaría el fin de semana con su novio, así que no tenia sentido golpear.
- Me gustaría entender por qué, pero no puedo encontrar una razón plausible.
Camila rio bajo entrando en el apartamento. Era divertido ver a un hombre tan grande quedar malhumorado al no tener el afecto de un perrito. Tal vez estaba demasiado acostumbrado a ser irresistible para todos los seres vivientes.
Era alto, con cabellos tan negros que llegaban a brillar. Su piel morena formaba un buen contraste con la sonrisa blanca y brillante. Los ojos verdes rodeados por grandes pestañas negras parecían ser la cereza del pastel. Bastaba con que sonriera de lado, con la cabeza inclinada en el ángulo correcto, para arrancar suspiros encantados.
-Pobre Mariano, encontró a alguien que no cae a sus pies. Creo que el eje de la tierra saldrá del lugar con tal anormalidad.
El hombre rio bajo, apreciando el sarcasmo. Extrañamente le gustaba cómo Camila no lo adulaba, la mayor parte del tiempo lo hacía sentirse bobo.
- Bueno, técnicamente ya son dos. Apuesto a que sólo está siguiendo el ejemplo de la dueña.
Cuando iba a responder terminó tropezando con un cuerpo que salía de la cocina. El grito se quedó atascado en su garganta al toparse con otros ojos verdes mirándola. Ojos verdes acompañados por manos pálidas que sostenían su cuerpo impidiendo que cayera.
Conocía esos ojos, esas manos y sobre todo la sensación de ser sostenida de esa manera. Incluso después de tanto tiempo su cuerpo reconocía aquello.
- Hola, Camila.
Tardó un poco en procesar toda la información allí. Parpadeo varias veces intentando asegurarse de que no soñaba. Miró a Mariano un poco detrás de ella, que estaba confundido observando la interacción.
- Hola, Lauren.
Habló finalmente, volviendo a mirar los ojos verdes en su frente. No se acordaba de ellos brillar tanto. Casi gruño cuando dejaron a los suyos, quería apreciar la visión por más tiempo.
- Hades, no lo golpees. Dios mío, necesitan ser amigos.
¡Hades!! Hades estaba allí, su corazón parecía a punto de explotar. Siguió los ojos de Lauren encontrándose con la gata que aparentemente había derribado a Pez, que lloraba al tener las garras arañando su hocico.
- ¡Hades!
Dijo eufórica. Su llamado hizo que los ojos felinos la encontraran, bastó pocos segundos para que reconociera a Camila. No fue más que un parpadeo para tenerla en tus brazos.
El ronronear satisfecho hizo que sonriera. Había extrañado mucho a aquella gatita.
- Qué gato linda.
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Stop The Bleeding - Camren [Traducción]
ספרות חובביםLauren está cayendo, no literalmente, esa sería la descripción de Camila. Después del suicidio de su novia, Lauren trata de juntar sus piezas en una mala copia de sí misma. Ella encuentra a Camila de una forma inusual, a pesar de intentar alejar a l...