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Capítulo dedicado a mi mejor amiga, tu eres mi Mia, mi Sarah y Rachel. Gracias por tu apoyo incondicional. ¡Te adoro!
Brooke Stewart
Noah cumplirá veintitrés pero para mi mala suerte él no pensaba ir a Los Ángeles, no importaba que le hubiera pedido mil veces que no se quedará solo en Nueva York para su cumpleaños, él no tenía ganas de ir así que termine aceptando su decisión y no rogué más. Las luces de la fiesta eran tan fuertes que estoy segura que me estaba mareando a este punto.
No me importaba mucho contando el hecho de que Rachel estaba comiéndose con la mirada al chico que está hablando a su lado.
Pero ahora él dicho de ella al decir que no comas pan en frente de los pobres, era para mí. Estaba hace dos meses en Londres encontrandole sentido a todos los pensamientos en mi loca cabeza sin ver a mis amigos, o a mi familia. Y para ser lo más sincera posible ya estaba necesitando volver, o ver a alguien de mi familia.
Me levanté de la mesa sabiendo que Rachel estaba demasiado ocupada a punto de besar a ese chico como para saber qué me había ido. Mi vestido era de corte sirena por lo que tenía un poco de dificultad para caminar pero nada que no se arreglara con el último sorbo en mi botella de champagne. Tuve que sostenerme del lavamanos cuando casi me resbalo por mis tacones.
El amor estaba en el aire por toda esta fiesta y yo me sentía lo suficientemente inteligente que estaba fracasando en este momento al estar apoyada contra un lavamanos con mi novio a miles de kilómetros de distancia. Fije mi mirada en mi celular pero sobretodo en su fondo de pantalla donde mostraba una foto de pantalla en la que Noah está besando mi mejilla mientras yo me reí tomando una selfie con la playa de Santa Monica detrás de nosotros.
Trate de aclarar mis ideas pero me di cuenta que ya no había cosas que aclarar. Todos mis locos pensamientos, tristes o malos habían desaparecido en estos dos meses. Pero aun así seguía en Europa como si algo me amarrara a este lugar que no me dejara ir. Salí del baño con la idea de encontrar a Rachel pero la vi demasiado ocupada así que le deje un mensaje en su celular diciendo que iría a casa.
Cuando salí de la fiesta el chofer de esta noche estaba esperándome recostado en el auto, me abrió la puerta y entré acomodando mi chaqueta negra.
Al entrar a mi apartamento vi todo el lugar y no pude evitar pensar qué era lo que me retenía aquí. Sé que no era Rachel por que yo era la que la retenía aquí, o tal vez los chicos que tenia cada noche. Yo estaba sola en esta gran ciudad y el sentimiento de tristeza y soledad me golpeo por primera vez.
Sinceramente ya no quería estar aquí...
Había venido a este lugar para sanar todas las posibles heridas, y me refiero a todas. Y por fin lo había hecho. Pero sentía miedo.
Miedo de que cuando volviera todo los sentimientos de dolor volvieran y no me sentía preparada para dejar ir la paz que sentí en estos momentos.
