Noah Coleman
6 años antes...
Cuando entre a la casa de mis tíos ese día, me fijé en que ellos estaban sentados en su sillón mientras leían unos papeles, notaron mi presencia por lo que una sonrisa se dibujó en sus labios.
-Hola, Noah-me dijo mi tía Kendall mientras dejaba los papeles a un lado- ¿Vienes de práctica?
-Así es, tía-mire hacia todos lados sin poder encontrar a una chica en especifico-Dylan se quedó hablando con el entrenador, me adelante ¿Dónde está Brooke? -no pude evitar preguntar al no verla.
-Está en su habitación-dijo mi tío.
-Deberías hablar con ella, tiene algo que decirte-dijo mi tía antes de levantarse-Tengo que ir por Austin.
Le di una última sonrisa a mi tío antes de subir hasta el segundo piso, pude notar la puerta entreabierta de Brooke y una canción de los noventa sonando, antes de tocar su puerta no pude evitar no pensar en el beso que habíamos compartido noches atrás, en su cumpleaños. Estaba nervioso, y no mentiré, pero solo quería compartir ese momento con ella. Pero cuando abrí la puerta un poco más no pude evitar fruncir el ceño al ver las maletas de ella regadas por todo el piso mientras caminaba de un lado a otro. Noto mi presencia y pareció sorprendida al verme.
-Noah.
-Brooke-ella dejó un vestido en su maleta abierta cuando dije su nombre. Brooke podía tener catorce pero sabía que era muy madura para su edad, una de las razones de porque me gustaba tanto- ¿Qué haces?
-Estoy empacando.
- ¿Por qué estás empacando?
Ella me miró y por un segundo vi tristeza en sus ojos.
-Me ofrecieron una beca en Londres, la voy a tomar.
- ¿Te iras a Londres? -asintió y se sentó en su cama mirándome- ¿Por cuánto tiempo?
-Tal vez tres años, tal vez más, no lo se. Es una gran oportunidad, y me gusta Londres, mucho.
¿Qué pasaría con nosotros? Me hubiera encantado preguntarle, pero no había ningún nosotros, y quería cambiar eso pero ella se iría. Me las arregle para darle una sonrisa cómplice, de esas que ella siempre devolvía.
-Te felicito, Brooke. De verdad, eres una chica muy inteligente-golpe suave su frente y ella manoteo mi mano.
-Gracias, y no gracias por el golpe, agresivo.
-Así me quieres-ella apartó la mirada y asintió sin mirarme.
Mis intenciones eran hablar sobre nuestro pequeño beso y declararle que me gustaba más que cualquier otra chica de mi edad, que no quería dejar de verla diariamente porque eso sería no ver una gran parte importante de mi vida, no podía pasar por eso.