Noah Coleman
Me consideraba un hombre tranquilo, no me gustaba hacer las cosas sin pensarlas antes y sentía que me gustaba planear cada cosa antes de hacer la acción. Tal vez por eso me llevaba tan bien con Brooke, era demasiado parecida a mi en ese sentido, no como Dylan.
Sin embargo, con cada día que pasaba sentía que la situación se salía de mis manos.
Llevaba ya más de tres semanas sin ver a Brooke, y nunca tres semanas habían parecido tan eternas. Para mi cada día eran tres, o eso se sentía. Los días los pasaba trabajando con más cosas de las que hacia antes, necesitaba terminar muchas cosas para irme de Nueva York. Sin embargo, transferir todo estaba siendo más difícil de lo que pensaba.
Tiempo atrás yo me encargue de pasar la gerencia de los hoteles, de Los Ángeles a Nueva York después de que terminara con Brooke. Al igual que estaba vez había sido complicado, pero no tanto, podría ser porque el cambio relativamente había sido hace poco o porque las estadísticas últimamente están mejor que antes, lo cual me enorgullecía. Pero estaba siendo más difícil. Mis padres estaban al tanto de cada decisión que tomaba diariamente y al igual que Brooke estaban preocupados porque el trabajo me podía pasar factura en poco tiempo. Mamá me dio el consejo de dejar a alguien encargo aquí para que pueda volver, pero eso seria demasiado riesgoso, jamás encontraría a alguien en quien confiar con este puesto en tampoco tiempo y además si lo hiciera tendría que volver a Nueva York para acabar lo que empecé, lo cual seria más largo y no estaba dispuesto a perderme más momentos con mi novia o mi bebé.
Últimamente empezaba a sentir impotencia porque no podía hacer dos cosas al mismo tiempo, Brooke era lo más importante en mi vida desde hace años y ahora el bebé también lo era y el hecho de que no pudiera estar con ella allí, me mataba. Siempre me imagine tener hijos con Brooke, la verdad jamás lo había hecho hasta que empezamos a salir. En silencio me imaginaba una versión pequeña de ambos y sonreía para mis adentros, ella jamás lo supo hasta que me lo pregunto. Ahora que estaba hecho me enojaba no estar allí. Así mismo me daba cuenta de que todas las veces que Brooke y yo hablábamos era en la noche. Tampoco era un idiota porque sabía leer muy bien a mi novia. Como el hecho de que callaba y ocultaba bien las palabras para no afanarme y hacer que me sintiera tranquilo con él hecho de que no estaba con ella.
Algo que me hacia sentir mejor sin duda era poder ver los videos que ella me enviaba, adoraba verla hablándole a la cámara contándole a nuestro bebé sobre nosotros, de cómo lo amábamos sin estar aquí aún. Ella le contaba porque no estaba allí, y agradecía eso no quería pensar que en un futuro mi hijo o hija se enojara conmigo porque no estuve en el principio del embarazo de su madre. Pero, aunque adoraba escucharla prefería detallarla en los videos, se veía más feliz, sonreía más y el brillo que había perdido había vuelto, pero con más intensidad que nunca. Recibía fotos de ella casi a diario donde me mostraba su vientre que ya era totalmente notable, y amaba eso.
-Nosotros no somos la familia perfecta, de hecho, nadie tiene una familia así. Pero algo que si te puedo asegurar Mini Me es que la que tu tienes es una que ama incondicionalmente. Empecemos por tus padres, se han amado desde siempre y tu eres la prueba de ello, te amamos como nunca creímos que podríamos amar a alguien. Tus abuelos, tus tíos y nuestros amigos también te aman y te consentirán mucho, todos porque tenemos la suerte de estar rodeados de personas que nos cuidan y que nosotros cuidamos, pero mientras creces de darás cuenta de eso.