Brooke Stewart
El primer mes de Rose fue una experiencia única. Me daba cuenta de que aprendía algo de nuevo de la bebé todos los días y cada vez nos adaptamos mejor a la vida de padres. Rose era una bebé tranquila la mayoría de las veces, pero también nos dimos cuenta de que era demasiado consentida para tener un mes, lloraba como todos los bebés cuando tenia hambre y necesitaba un cambio o se sentía sola. Y como cualquier bebé de un mes, Rose nos mantenía despiertos en la noche pidiendo que la amamantara. Pero me había hecho a la idea de que esto sería así y que no podía hacer nada más que esto pasara con él tiempo, que son experiencias que vienen con Rose.
Me sentí aliviada al ver que mi cuerpo después de haber dado a luz se encontraba mucho mejor y casi estaba a la normalidad de nuevo. Y aunque ya me había acostumbrado a ver un vientre grande, no había nada igual como tener la misma figura de siempre, bueno casi la misma. He de admitir que aun extrañaba un poco mi embarazo, como lo que tenía que ser ver las patadas de mi bebé y sentirla. Nada como no tener vómitos, insomnio y cansancio, pero valía pena cuando veía a Rose durmiendo pacíficamente.
Al mismo tiempo nos sentimos aliviados cuando nos dimos cuenta de que Rose tenia una relación especial con su padre, ya que habíamos leído que había casos en los que no era así. Pero Noah y Rose tenían un vínculo especial y conmigo también. Amaba verlos a ambos juntos.
Noah desde hace unos días había empezado a trabajar, no de tiempo completo, pero si pasaba varias horas en la oficina. Rose lo extrañaba y yo también, pero habíamos aprendido a hacer varias cosas en la ausencia de papá. Como a ver una película, bueno más bien yo veía la película mientras ella dormía tranquilamente a mi lado, o me dedicaba a alimentarla.
Me senté tranquilamente odiando el sol que entraba por la ventana, pero me conformé sabiendo el itinerario que tenía para hoy. Pase una mano por mi cara y después mire a mi lado donde mi prometido dormía tranquilamente, me recosté de nuevo y puse una mano en mi cabeza apoyando mi codo y me quede viéndolo. Sus largas pestañas acariciaban sus pómulos y su pecho desnudo subía y bajaba tranquilamente, con cuidado de no despertarlo pasé una mano por su cabello negro y sonreí al saber que este hombre era solo mío. El abrió un ojo adormilado, pero volvió a cerrarlo, sin embargo, a los segundos se puso bocarriba y suspiro.
-Nada mejor como despertarse viendo a la mujer más hermosa de todo el mundo-dijo mientras abrió los ojos y pasaba una mano por ellos.
- ¿Te desperté? -le dije acariciando su mejilla.
-No, para nada-giro la cabeza para verme y me sonrió. Amaba esa sonrisa.
Antes de que pudiera hacer un solo movimiento me tenía debajo de el besándome, así era Noah ¿Qué podía decir? Bese sus labios y pase una mano por su desordenado cabello, pero cuando se distrajo un segundo aproveche para cambiar de lugar, el se sentó y yo quede con las piernas rodeando su cadera.