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La canción de multimedia me pareció tan apropiada para la relación de ellos en este momento, así que si quieren escuchen mientras leen.
Brooke Stewart
Dos semanas pasaron desde mi llegada a Los Ángeles. Dos semanas donde no hecho nada más que estar acostada en mi cama haciendo reposo total como los doctores dijeron. Son pocas las veces que me permiten ir abajo y cada vez que lo hago papá o Dylan cuando está acá me carga hasta el sofá.
He pasado la mayoría del tiempo leyendo o incluso he visto una nueva serie con todas sus temporadas que termine en cuestión de pocos días. Incluso empecé a trabajar, solo un poco, en la empresa de mi abuela. Daba lo mejor de mi aunque mis padres no me permitían desgastarme más de lo que soportaba aunque estuviera en cama.
También pasaba mucho tiempo con mi hermano menor que se había convertido en una clase de ayudante ya que era quien me alcanzaba cada cosa que necesitaba eso si jugaba videojuegos con el o dejaba que fuera su modelo ya que se interesaba cada vez más en la fotografía.
Esa mañana después de vestirme me levante con cuidado hasta el espejo que estaba en mi habitación y tomé la cámara que Noah me había dado. Ya tenia varios videos porque me dedicaba mucho tiempo a hacerlo, me ilusionaba la idea de que nuestro hijo pudiera ver estos videos cuando fuera grande. Además, disfrutaba hacerlo porque se los enviaba a Noah al final del día y sabía que él amaba poder ver cada cosa que pasaba por nuestra vida.
Noah...
Solo de pensar en el sentía que las mariposas revoloteaban en mi estomago. Lo extrañaba cada vez más, y cada minuto que pasaba era como sentir que faltaba una parte de mi, y por una parte era muy enserio porque Noah era como mi otra mitad y me sentía vacía sin verlo. Aun me seguía preguntado como pase tantos meses sin su compañía, sin sus besos y sin sus abrazos. Solo habían pasado dos semanas, pero yo sentía que era una eternidad sin verlo.
Hablábamos cada noche porque la mayoría del día el se la pasaba en la oficina. Se que el no me lo decía, pero yo tenía en claro que el trataba de acelerar las cosas para poder llegar a L.A lo más pronto posible. Yo no me sentía apresurada por su llegada, sabía que lo que hacía ahora era muy delicado y que, si no lo hacía con cautela podría tener consecuencias grandes, pero Noah estaba dividido en dos. La tenía una responsabilidad con muchas personas en Nueva York, pero, aunque yo lo tranquilizara, o eso tratará, el tenía una responsabilidad conmigo también. Bueno con el bebé que crecía dentro de mi.
Me cepille el cabello y agradecí internamente que el doctor me permitiera caminar un poco para la salud también pero que no extendiera. No lo hacia, solo caminaba del baño cuando tenía síntomas recién al despertar, y hasta la sala, pero alguien de mi familia siempre me acompañaba. Me sentía como una niña de cinco años de nuevo.
Sin embargo, aunque tantas cosas pasaran por mi mente diariamente. Todo parecía ser tan pequeño e insignificante cuando me miraba al espejo. Mi pequeño vientre de catorce semanas mostraba ya con mucha importancia que estaba embarazada. La verdad es que la imagen aun me parecía extraña pero no me importaba porque, aunque mi cuerpo estaba empezando a cambiar y aunque estaba abultado esto solo era el principio. Subí un poco mi blusa para dejarlo ver mejor y acaricié con una sonrisa en mi rostro. Saqué la tapa de la cámara y la puse mirando hacia el espejo.
