Capitulo 16: Todo por algo

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Pronto una imagen, no se por que no se quería subir.

Protagonista:

-Iyan

Todo siempre es por algo, las acciones, las situaciones, hasta nuestra mera existencia tiene una razón. ¿Por qué el villano no tendría una? Claro que tiene una razón de su actuar, no llevó gente a este extraño mundo a jugar duelos a muerte por nada; y tampoco empezó la guerra del Ajedrez por que sí. Vamos a un año desconocido, cuando Iyan era solo un niño.

Iyan: (Pensando) No me puede ganar, ya le hice muchas veces Jaque.

Gustaf: Ya se que piensas, hermano, crees que me ganarás por la cantidad de jaques; pero te diré algo, los jaques no son la victoria, sino que son la demostración de que tu plan no es perfecto.

Iyan: No pensaba eso, solo pensaba en que es muy bueno este juego.

Gustaf: Pues si, lo juego desde que tengo memoria, pero... (Mueve la reina en el tablero) Jaque mate.

Iyan: ¡No! (Enojado tira lejos el tablero de ajedrez en el que estaban jugando) Siempre me ganas.

Gustaf: (Comienza a recoger el juego) Las victorias son buenas, te dan aprendizaje para ser mejor en el futuro. (Mira sonriendo a su hermano) Aunque claro, tu, Iyan, nunca aprendes.

Al escuchar esta parte de la historia todo parece muy feliz; pero hay que ponerse en contexto; Iyan era un huérfano que escapaba cada día de la policía que se lo quería llevar a un centro de adopción. Y, en una de las grandes corridas que hizo para alejarse de estos, se encontró con Gustaf, un simple vagabundo, que lo empezó a llamar hermano al cuidarlo.

Iyan: Perdón por romper el juego.

Gustaf: Tranquilo, se le puede arreglar, además solo era un tablero de cartón con cuadrados dibujados y unas piedras pintadas de diferentes colores.

Iyan: Lo sé, pero igual, lo hiciste con tu tiempo.

Gustaf: Tampoco es como si tuviera mas que hacer. Enseñarte esto me gusta, aunque te enojes al final.

Pasaron unos años, Iyan llegó a los 20 y su hermano Gustaf a los 35.

Iyan: Jaque mate; otra vez.

Gustaf: Te has vuelto muy bueno en esto, es genial. Pero oye, encontré un juego muy genial ayer en la noche; mira. (Le muestra unas cartas algo rotas).

Iyan: ¿Yu-Gi-Oh?

Gustaf: Si, es un gran juego, se las robe a unos chicos que jugaban en unas mesas; si quieres te enseño.

Luego de un par de días, los dos chicos dejaron de lado el ajedrez y comenzaron a jugar estas extrañas cartas; pero Iyan se dio cuenta de la obsesión que estaba teniendo su hermano con este juego. Gustaf, un hombre que siempre fue humilde comenzó a buscar lugares para robar mas y mas cartas; hasta que un día, mientras jugaban los dos hermanos, apareció un grupo de jóvenes.

Iyan: ¿Qué ocurre?

Joven: Ustedes, tienen nuestras cartas, devuélvanlas.

Iyan: (Asustado, decidió entregar las cartas que tenia en su mano) Toma, ahora Gustaf, entrega las tuyas.

Gustaf: No, nunca lo haré, me costó tenerlas.

Joven: Maldito. (Empujo a Iyan a un lado, fue fácil ya que este, al igual que su hermano, era delgado, en cambio el joven era corpulento) Pásame mis cartas, o te voy a matar. (Comienza a darle patadas a Gustaf).

Gustaf: (Comienza a sangrar a través de su boca y nariz gracias a que las patadas lo lastiman de gravedad) Nunca, nunca te las daré.

Joven: ¡Tu!...

Iyan: ¡Espera! (Le muestra un mazo de cartas al joven) estas son sus cartas, tómalas y váyanse.

Joven 2: No molestes. (Le da un combo en la cabeza a Iyan) Ellos deben resolver sus problemas.

Iyan: (Cae al piso, tiene la mirada borrosa, pero logra ver cómo le seguían pegando a su hermano) Gustaf... (Un joven le dio una patada en la cabeza y lo noquea).

No se sabe cuánto tiempo estuvo inconsciente Iyan, pero fue suficiente para que, al despertar, su hermano estuviera muerto frente a él; con una nota que decía que, si él volvía a robarles, le harían lo mismo.

Iyan: (Llorando por su hermano) Todo esto por unas miseras cartas... ni siquiera son tan caras; esos chicos me las pagaran. (Intenta levantarse, pero se marea y su cuerpo no le responde) Ellos... me quitaron lo que mas amo, a la única persona que se preocupó por mí.

Gustaf: (Abre los ojos milagrosamente, para decir sus ultimas palabras) Mis cartas, ¿están aun guardadas?

Iyan: (Sintió un gran impacto, un dolor en su pecho; al ver a su hermano abrir los ojos creyó que este le diría una despedida; pero solo se preocupo por sus cartas) Si, tenían razón. (Iyan, con rabia, toma lo mas a mano que tenía, lo levanta e el aire y mira a su hermano) Tu, eres un maldito. (Mientras su hermano lo miraba a los ojos, comenzó a golpearlo con el objeto en sus manos) Pero... (Cuando la sangre hizo un gran charco, y Gustaf ya no tenia ninguna reacción) Gracias por cuidarme y enseñarme esto... (Resulta que, en sus manos, el objeto con el que terminó de matar a su hermano, era un tablero de ajedrez de madera que habían hecho) El ajedrez es divertido; jaque mate.

Así es como, un peón inocente que solo pasaba el rato jugando ajedrez; se volvió una reina, fuerte y sin piedad.

Yu-gi-oh! Entre dimensionesWhere stories live. Discover now