CAPÍTULO XVIII

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A la mañana siguiente Wei Ying se sentía cansado, no había dormido nada en la noche. Ahora caminaba junto a sus hijos hacia el comedor.

En verdad tampoco tenía apetito. No sabía que hacer. Las palabras de aquellos alfas estaban grabadas en su mente.

Tenía que reconocer que en parte era verdad aquello de que los tres habían estado en celo esa noche en la cueva. Era imposible que algo no sucediera. Pero la amargura que llevó durante tanto tiempo no se va a quitar de la noche a la mañana.

-Ese es. -Wei Ying escuchó un murmullo tras de él.

-¿Segura?.- Comento otra.

-Si ese es el omega que estaba bailando con los dos capitanes.

-Pero el tiene hijos. ¿Como se van a fijar en alguien así?.

-Yo tampoco lo entiendo. Habemos tantas omegas decentes y lo escogieron a él.

Wei Ying fruncio el ceño. Se contuvo de girar para encarar a las que hablaban a sus espaldas. Aunque nada disimuladas, pero no podía hacer un espectáculo en frente de sus hijos. Agradeció a los dioses que estos estuvieran más entretenidos en hablar entre ellos, que en lo que decían los demás.

-Y con los dos. ¿Puedes creer eso?.

-Por omegas así, nos tratan a todos como putas.

El pelinegro agradeció llegar al comedor o de seguro hubiera revivido el cadaver de algún general sanguinario para que les arrancara el pelo a esas odiosas omegas. Suspiró y buscó a sus amigos por las mesas. Podía sentir las miradas sobre el, pero eso no le importaba.

-Te ves muy mal. -Dijo Jiang Cheng cuando el pelinegro se sentó a su lado.

-¿Gracias?.

-Estas en boca de todos. -Le susurró el omega. Wei Ying miró a sus hijos, los cuales parecían entretenidos contandole algo a Yanli.

-Lo sé. -Dijo con un puchero y comenzó a jugar con los alimentos en su plato. -Y es muy fastidioso.

Sizhui y Jingyi estaban reunidos con los demás niños del castillo

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Sizhui y Jingyi estaban reunidos con los demás niños del castillo. Caminaron un poco alejandose de los demás.

-Lo escuchastes ¿verdad?. -Preguntó Sizhui.

-Los capitanes bailaron con mamá. -Respondio Jingyi. -¿Ellos querrán cortejarlo?. -Sizhui se llevó la mano a la barbilla, poniendo una expresión pensante.

-No lo sé...Ellos son los alfas más fuertes. Podrían cuidar a mamá. -Dijo Sizhui.

-¿Y si no quieren?.

-Tendremos que hablar con ellos. -Respondió Sizhui. -Además no quiero que hablen mal de mamá.

-¿Vamos ahora?. -Su gemelo asintió. Se escabulleron aprovechando que la profesora estaba distraída.

Ya habían recorridos bastante ese palacio, así que no les fue difícil burlar a los guardias. Caminaron un buen rato, hasta que vieron a sus objetivos. Al parecer estaban vigilando el entrenamiento de otros soldados.

-Listo ya solo debemos llegar a ellos.

Jiang Cheng refunfuñaba mientras iba por uno de los pasillos

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Jiang Cheng refunfuñaba mientras iba por uno de los pasillos. Se habia ido a buscar a Wei Ying, el cuál dijo que iba a ver como estaban sus hijos. Yanli habia sido llevada por Jin Zixuan y el había quedado con el grupo de omegas solteros aprendiendo costura, cosa que en verdad no le interesaba.

Lo malo fue lo que escuchó estando con ellos, pero no fue de parte de los omegas, sino de las betas encargadas de su cuidado y enseñanza.

-No se compara con el principe Jin Guangyao.

-No parece estar al nivel de un alfa como el rey.

-El principe era más hermoso y delicado. Era un angel.

Eso y más escuchó murmurando a las viejas odiosas. El no sabía quién era ese tal Jin Guangyao, asi que no tenían porqué compararlo con él. No pudo evitar que un dolor en el pecho se le alojara. No era tonto. Rápido se dió cuenta que ese era el nombre del omega del rey Lan Xichen y por la forma que hablaban al parecer el omega había fallecido.

Jin Guangyao.

-Por eso está triste. -Susurró para si mismo. -Tsk. -Chasqueo la lengua y paso sus manos por el cabello con desespero, tratando de quitar esos pensamientos de su cabeza.

A él no le debería importar nada de ese alfa rey. -Necesito aire. -Jiang Cheng se asomó por una de las ventanas.

A lo lejos, vio que estaban entrenando. Fruncio el ceño al distinguir a dos pequeñas figuras escondidas entre los arbustos, pasando por un área donde estaban los soldados. -¿Pero que están haciendo alli?.

Jiang Cheng sin pensarlo saltó por la ventana. La cual estaba en el primer piso. Y corrió para alcanzar a los pequeños traviesos. Wei Ying los iba a regañar cuando se esterara que se habían escapado.

Jingyi y Sizhui agradecieron una vez más que su madre les había enseñado a ocultar su aroma

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Jingyi y Sizhui agradecieron una vez más que su madre les había enseñado a ocultar su aroma. Ya estaban cerca de alcanzar a los capitanes. Salieron de los arbustos al estar cerca.

-¡¡Capitanes, Lan Zhan, Lan Wangji!!. -Gritaron los dos niños corriendo hacia ellos.

Los dos alfas apartaron la mirada de los soldados, al escuchar las familiares voces. Los dos niños niños sonreían y agitaban sus manitas.

-¡¡CUIDADO!!. -Gritó alguien. Los alfas vieron como una flecha iba desviada hacia los niños.

Los dos comenzaron a correr para alcanzarlos antes que el objeto, pero este les llevaba mucha ventaja. Los niños se dieron cuenta muy tarde y solo atinaron a abrazarse uno al otro asustados.

-¡¡¡NO!!!.




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