CAPÍTULO XXV

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El aroma a Flores bailaba en el viento, una suave brisa sacudió sus cabellos, arrugó el entrecejo y lentamente abrió los ojos, lo primero que vio fue el cielo azul completamente despejado, estaba acostado en el pasto, aún un poco aturdido se sentó y vio alrededor varios rosales blancos.

-Jiang Cheng...-murmuró -¿Jiang Cheng?. -Lo último que se acordaba es que estaba con el omega en ese enorme tronco, esperando a qué dejase de llover, no reconoce el lugar dónde estaba ahora y se puso de pie con sus sentidos alertas. -¡¡¿Jiang Cheng?!!. -Grito ya alarmado.

-Aún está durmido. - Una suave voz le hablo, Lan Xichen trago grueso.

Nunca olvidaría esa voz que lo persiguió hasta en los sueños. Se dió la vuelta encontrándose con unos ojos negros brillantes, un cabello largo que se movía con el viento, con una cálida sonrisa. -Hola Lan Xichen.

-Jin Guangyao... -El pequeño omega estaba sentado en una roca. Lan Xichen comenzó a caminar hacia él.

-Alto ahí. -Dijo Jin Guangyao. La sonrisa del omega se desapareció. -En verdad has sido un idiota. -Lan Xichen intentó hablar pero Jin Guangyao alzó la mano en señal de que callara. -Lan Xichen, te amo y te amaré por siempre, pero yo estoy muerto y tú estas vivo y lo último que quiero es verte solo e infeliz.

-Jin Guangyao yo...yo no sé como seguir sin ti, no se si podré...amar a alguien más como te amé a ti. -Jin Guangyao salto de la roca y se acercó al alfa.

-No amaras a nadie como a mi, porque el amor que tu sientes como el que yo siento son únicos. Pero si podrás amar de nuevo, quizás hasta con mayor intensidad. -Jin Guangyao estiró su mano y acarició el rostro del alfa. Lan Xichen se inclinó hacía la amorosa caricia. -Si no lo intentas jamás lo sabrás.

-Te extraño. -El alfa se permitió llorar.

-Y yo a ti. Nuestro tiempo juntos se acabó quizas muy rápido, pero el destino lo quizo así, ahora solo queda seguir adelante. Hazlo felíz, se que él también te hará felíz a ti.

-Siempre sabes que decir. -Dijo Lan Xichen acariciando la mejilla del omega, el cual sonrió.

-Ya es hora que vuelvas, tienes que cuidarlo. -El cuerpo de Jin Guangyao comenzó a desvanecerse.

-Jin Guangyao...gracias. -Dijo antes de que desapareciera completamente.


Lan Xichen fruncio el ceño y abrió los ojos. Su cuerpo se sentía adolorido por la posición en la que había dormido y por el peso encima. Miró al omega que aún tenía en su regazo, el cual se removía a punto de despertar.

-Jiang Cheng. -Lo llamó mientras acariciaba su rostro. La fiebre había bajado. El omega abrió sus ojos, aún nublados por el sueño, mirando fijamente al alfa. -Buenos días.

-Tú... -Sentía su garganta seca y su voz salió áspera. -¿Tu que haces aquí?... -Trato de alejarse del cuerpo del alfa, notando así su desnudez. -¡¿Porqué estoy desnudo?!.

-Ya, ya, no te preocupes. -Lan Xichen libero un poco de su aroma, aunque igual se trataba de alejar pero el alfa no tenía intenciones de soltarlo. -Estabas en el bosque, la tormenta te atrapo y yo te vine a buscar. Como estabas con fiebre y con la ropa mojada tuve que quitarla. -Explicó rápidamente.

-Listo entendí ¡Ahora suelteme!. -Grito Jiang Cheng.

Aún recordaba la discusión de ayer. Dolía aún. Y no quería que el alfa notara como su cuerpo reaccionaba a la cercanía.

-No lo haré. -La voz firme del alfa hizo que el omega lo mirara detenidamente.

-¿Qué fue lo que dijo?. -Jiang Cheng estaba en cólera. Estaba seguro que en cualquier momento le soltaria un puñetazo a ese perfecto rostro. Antes de poder insultar al alfa este lo atrajo más a su cuerpo, envolviendolo en sus brazos. -¿Qué...?

-Perdóname. -Dijo Lan Xichen enterrando su rostro en el cuello del omega. -Lo siento...por favor perdóname.

-Yo...

-Soy un idiota. -Siguió hablando el alfa. -Tenía miedo y lo único que hice fue lastimarte y lastimarme. -Lan Xichen se alejó un poco mirando fijamente a esos ojos oscuros que brillaban en sorpresa. -Al único que había amado en toda mi vida fue a Jin Guangyao y cuando lo perdí, sentí que parte de mi había muerto.

Jiang Cheng no pudo evitar desviar la mirada, pero la fuerte mano de Lan Xichen lo tomo del mentón y lo hizo mirarlo de nuevo. -Y cuando te conocí te desee. -El alfa pasó su nariz por la mejilla del omega. Jiang Cheng se estremeció. -Te desee tanto que me asuste. Mi corazón latio doloroso al ver tu sonrisa y mi pecho se inflaba orgulloso al ver como rechazabas a los alfas que querían cortejarte. -Lan Xichen se volvió a alejar mirando a los ojos del omega. -Pero también mi miedo creció. Pensaba que estaba traicionando la memoria de Jin Guangyao y me odie. Y cuando sucedió lo del accidente sentí morir nuevamente y no quería vivir lo mismo otra vez.

Jiang Cheng comenzó a entender muchas cosas.

-Pero a pesar de que me quise alejar, tu aroma me llamaba y tu imagen estaba siempre en mi cabeza, por lo que varias veces, cuando caminaba sin rumbo terminaba frente a tu puerta. Y con mis intentos de sacarte solo logre hacerte daño. Pero ahora entiendo que nunca te podré sacar de mi corazón y de mi cabeza. Entendí que soy adicto a ti y que puedo volver a amar. -El corazón de Jiang Cheng parecía que en cualquier momento saldría de su pecho. -Quiero que seas mi omega y te cortejare hasta que te enamores de mi. -Dijo firme el alfa, demostrando esa decisión que solo un alfa y rey pueden tener.

-Eres un idiota. -Dijo Jiang Cheng. Lan Xichen sonrió al ver el leve puchero que hacía el omega. -Quiero...quiero vestirme. -El omega estaba algo incómodo con la mirada penetrante encima de él.

Lan Xichen se relamió los labios, viendo la suave piel del omega. Por todo lo sucedido no habia detallado bien, pero ahora podía ver el hermoso cuerpo del omega; Sus largas piernas y amplias caderas. Sus muslos anchos en los cuales habían leves lineas blancas. Sus pezones rosados y su plano abdomen. Sus manos cubrían su hombría. No pudo evitar gruñir al sentir un fuerte tirón en su pene. Pero debía controlarse, iba a cortejarlo. Además en el estado débil del omega no era recomendado entregarse a los placeres.

Respiró profundo, tratando de calmarse. Acomodó a Jiang Cheng para poder vestirlo, aunque este alegaba que podía solo. Cuando estuvieron listos caminaron fuera del tronco. Pasaron la noche fuera y ahora los rayos del sol iluminaban el cielo. Lan Xichen montó a Jiang Cheng en su espalda y tomaron el camino de regreso.

Jiang Cheng se sentía feliz y tranquilo. Apoyó su rostro en el hombro del alfa. Estaba pasando el lago. Los ojos del omega divisaron una figura encapuchada que estaba sentado en una roca que movía su mano como despedida. Jiang Cheng se demoró, pero se acordó de que alguien lo había ayudado cuando estaba a mitad de la tormenta.

Movió su mano contestando el saludo.

-¿Pasa algo?. -La voz de Lan Xichen lo hizo mirarlo por un instante.

-No, solo estaba... -Volvió a mirar donde estaba la roca, pero no había nadie. -Nada... -Dijo Jiang Cheng.

-¿Estás seguro?. Si quieres paramos un momento.

-No, está bien. Es mejor volver o Wei Ying destruirá toda la ciudad. -Lan Xichen rió entre dientes.




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Primero que nada espero que estén bien de salud. ¡¡¡Ya entramos a la recta final de esta lectura!!!!.

Muchas gracias a todas las personas que han leído, votado y comentado, muchas gracias sin ustedes esto no sería nada.

LeidyZuigaHerrera2 sin ti esta lectura no se hubiera podido desarrollar. Gracias por darnos tu talento.🤗🤗🤗

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