CAPÍTULO XXII

1.1K 157 28
                                    


Wei Ying caminaba a paso apresurado. Él no quería que las cosas se dieran de esta manera. Vio la tristeza en los ojos de sus hijos antes de que salieran corriendo. Lan Zhan y Lan Wangji se habían ofrecido a hablar con ellos nuevamente, pero el omega se negó y alteró, alegando que era algo que él debía tratar.

Llegó hasta las puertas de su habitación, apoyo las manos en la fría madera y suspiró. Desde que habían aprendido a gatear, sus pequeños cuando estaban asustados o enojados siempre buscaban el mismo lugar para esconderse. Caminó hasta su armario y se arrodilló frente a éste.

-Lo siento. -Dijo el castaño. -Se...que debería haberles dicho apenas me di cuenta, pero... -Wei Ying se mordio el labio. En verdad no se sentía listo para hablar de esto, pero no podía dejar las cosas así. -Se que les puede parecer confuso y causar enojo, pero quiero que entiendan que las cosas con su... sus padres, no se dió en el lugar, ni el momento indicado, no como debería darse.

-Ellos te abandonaron. -Una vocecita se escuchó dentro del armario. Wei Ying sonrió ese era Sizhui.

-Es más complicado que eso, pero quiero que sepan que ellos no me abandonaron o al menos no porque quisieran. Ellos no sabían que yo estaba embarazado, ni yo lo sabía. Estabamos en plena guerra y ellos no pudieron buscarme y yo...con lo de los abuelos no tenia cabeza para más. Me di cuenta mucho después que ustedes estaban dentro de mi.

La puerta se abrió levemente mostrando las dos cabecitas de sus hijos. Sus ojos rojos de llorar. El corazón de Wei Ying se estrujo. Abrió sus brazos y sus cachorros no demoraron en refugiarse en ellos.

-¿Ellos...nos quieren?. ¿Por qué no nos habían dicho?. -Preguntó Jingyi frunciendo el ceño.

-Creo que tanto ellos, como nosotros nos dimos cuenta al mismo tiempo y yo les pedí que no les dijeran nada, quería ser yo quien hablara con ustedes.

Miro con ternura a sus cachorros. -Y claro que los quieren, creo que se dieron cuenta que siempre andan a sus alrededores cuidandolos.

-¿Y tu los quieres?. -Preguntó Sizhui.

-Creo que los puedo llegar a querer. -Dijo Wei Ying.

No podia decir que sentía algo por los alfas, además de la atracción física, pero claro, eso no se lo iba a decir a sus hijos.

-Como me imagino que escucharon cuando estábamos en el jardín, vamos a intentarlo. Aceptaré el cortejo.

-Pero aún así necesitan ser castigados por haberte dejado solo. -Dijo Jingyi y Sizhui asintió.

-Niños. -Dijo en forma de advertencia, pero sabía que cuando algo se le metía en la cabeza a sus hijos, no había poder humano que pudiera con ellos.

 -Dijo en forma de advertencia, pero sabía que cuando algo se le metía en la cabeza a sus hijos, no había poder humano que pudiera con ellos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Los días siguientes fueron caóticos para Lan Zhan y Lan Wangji, pero divertidos para Wei Ying. Después de que el omega hablara con los niños, estos habían decidido castigar a los alfas, por lo que habían hecho de todo para que los alfas no pudieran acercarse al omega, además de llenar las espada con cosas pegajosas cuando los capitanes iban a entrenar, recibiendo ayuda de Wen Qing.

MI CAMINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora