Wei Ying corría a todo lo que podía, su corazón palpitaba tan dolorosamente que parecía retumbarle en los oídos. Atrás de él Yanli también corría, acompañada de Jin Zixuan y un par de guardias betas, los cuales habían sido los encargados de dar la noticia.El pelinegro tropezó varias veces, pero su cuerpo no parecía querer parar. Dobló en una de las esquinas y sus ojos se abrieron más y las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas. Aceleró el paso y al llegar a su objetivo se arrodilló.
-Dios. -Susurró apretando los pequeños cuerpos entre sus brazos, sin importar las demás personas presentes. -Jingyi, Sizhui...
-¡Mamá!. -Dijeron los dos pequeños, aferrandose a la ropa del omega pelinegro.
-Gracias a Dios están bien. -Wei Ying besó las cabezas y mejillas de sus pequeños.
Cuando los betas le habían ido a informar del incidente, sintió su alma resquebrajarse y un frío apoderarse de su cuerpo. Temió lo peor. Gracias al cielo los soldados aclararon rápido que los niños estaban bien, pero el sentimiento se había alojado en su pecho, por lo que sin dudar salió corriendo para ver con sus propios ojos a los dos pequeños.
-Mamá...El tío Jiang Cheng. -Dijo Sizhui sin dejar de llorar.
-Fue un accidente. -Habló Jingyi. -Nosotros no queriamos.
-Ya, ya. Voy a ver como está el tío. -Trató de calmar a los pequeños, a pesar de que no sabía en verdad como estaba su amigo. Después habría tiempo para regaños, ahora lo importante era saber como seguía Jiang Cheng.
Por fin puso atención a los que lo rodeaban y vio a Lan Zhan y Lan Wangji, acompañados por Mian Mian.
-Quedense aquí. -Ordenó.
Lan Xichen no quitaba sus ojos del dormido omega que descansaba en la cama. Se podía ver como los vendajes se cruzaban en su hombro descubierto. Apretó los ojos recordando el instante en que vio la flecha clavandose en el omega y como su cuerpo caía al piso, haciéndose un charco de su sangre rápidamente. Su cuerpo reaccionó antes que su cerebro y corrió a ayudarlo, tomandolo en sus brazos y corriendo llamando a Mian Mian y a los médicos.
Abrió los ojos mirando sus ropas sucias.
Gracias al cielo la herida no fue fatal. Solo debía descansar bastante. Lan Xichen estiró la mano, para acomodar uno mechón de cabello que cubría parte de la mejilla de Jiang Cheng. Vio como el omega arrugo la cara y abrió lentamente sus ojos. Tan hermosos y misteriosos como la noche más oscura, preciosos y brillantes se posaron en el, y una sonrisa perezosa se formó en los delicados y pálidos labios. Jiang Cheng aún no estaba del todo consciente, pero ver ese rostro y aspirar el aroma a rosas que poseía el alfa lo hicieron relajarse.
En ese momento un dolor se volvió más grande en el corazón de Lan Xichen.
¿Podría soportarlo de nuevo?.
No. La respuesta llegó inmediatamente.
Ver caer al omega y sentir como su corazón se destrozaba una vez más, se dio cuenta que no podría soportar una perdida así.
No otra vez.
La puerta sono y Lan Xichen alejó la mano que, sin darse cuenta, todavía estaba en el cabello del omega. Vio hacia la puerta, notando a los dos omegas amigos de Jiang Cheng.
-Perdón. -Dijeron al entrar. -Venimos a ver a Jiang Cheng. -Habló Wei Ying después de una pequeña reverencia.
-No hay problema. Yo ya me voy. -Dijo Lan Xichen y volteó a ver al omega que ya estaba más despierto. -Espero que se mejore pronto. -Y sin más el alfa se retiró, ante la mirada analítica de Wei Ying y Yanli.
-Siento que caí de una torre. -Se quejó Jiang Cheng al sentir el dolor en su cuerpo.
-No te muevas. -Lo regaño Yanli al ver como este quería sentarse. -La herida se puede abrir.
-¿Como estan los cachorros?. -Preguntó mirando a Wei Ying.
-Bien. -Dijo acercándose a la cama. -Gracias Jiang Cheng.
-¿Quien te hubiera aguantado chillando después?. -Contestó el omega. Wei Ying sonrió, sabía que siempre podría contar con ese par y que ellos querían a sus hijos como si fueran de su propia sangre. -Tengo sueño. -Dijo sobandose un ojo. -Creo que dormiré otro rato. -Y sin más cerró los ojos.
-Yo me quedaré con él. -Dijo Yanli. -Ve con tus hijos. -El pelinegro asintió y se propuso a salir de la habitación, pero antes de hacerlo, escuchó unas voces afuera.
-Niños ¿por que estaban en el campo de entrenamiento?. -Preguntó Lan Zhan, mirando a los niños.
-¿No deberían haber estado con los demás niños?. -Preguntó Lan Wangji.
Wei Ying pegó más el oído en la puerta.
-Es que ...-comenzó Sizhui. -Queriamos hablar con ustedes.
-¿Nosotros?. Habló Lan Zhan.
¿Ellos?. -Se preguntó Wei Ying.
-Si.... -Habló esta vez Jingyi. -Queriamos saber, que intenciones tienen con nuestra madre y...
-Y qué.
-Saber si querían ser los alfas de mamá y cuidarlo. -A Wei Ying se le secó la garganta y se le hizo un nudo en el estómago. -Escuchamos que bailaron con nuestra madre y por eso creemos que sienten algo por nuestra mamá.
-Estariamos muy contentos si ustedes hicieran feliz a mamá. -Dijo Jingyi. -Además que tendríamos como padres a los alfas más fuertes.
-No queremos que mamá este triste y preocupado, tampoco que nadie lo trate mal. -Dijo Sizhui. -No sabemos quienes son nuestros padres, pero sabemos que no habría mejores que ustedes.
Las lágrimas comenzaron a descender por las mejillas del pelinegro. Sin saber sus hijos habían aceptado a sus padres.
-Estamos interesados en Wei Ying. -Respondió Lan Zhan. - Solo falta que él quiera.
-Haremos todo por hacerlo feliz y le arrancaremos la lengua a quién se atreva a insultarle. -Dijo Lan Wangji.
Wei Ying no sabía si reir, llorar o salir a golpear a ese par de alfas por decir tantas tonterías a unos niños.
-Entonces ¿si serán los esposos de mamá?. - Wei Ying se sorprendió por como a sus hijos no le importaban que practicamente tuviera dos alfas.
-Como dijo Lan Zhan, si el acepta será un honor. -Habló Lan Wangji. Pudo escuchar los gritos de alegría de sus cachorros.
Soltó un hondo suspiro.
Ahora ¿que iba a hacer?.
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MI CAMINO
FanfictionEl destino une caminos haciendo lo imposible. ¿Que pasará cuando el destino los junte? Adaptación.