CAPÍTULO XXVII

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Wei Ying suspiró al tener su cuerpo completamente sumergido en el agua fría de la tina. Según Mian Mian era normal que le dieran oleadas de calor antes de que llegara su celo, las cuales lograba calmar con baños de agua fría. A medida que pasaban los días, se hacían más frecuentes y mas largos, por lo que quizás solo faltaban, suponiendo, unos dos o tres días más para que éste llegara.

Sus hijos se habían comenzado a comportar más sobreprotectores con él; No dejaban que ningún beta o alfa se acercara mucho a su madre, a excepción claro, de sus padres. Wei Ying rió al recordar a sus pequeños gruñendo. Fijó su mirada en el techo, recordando a los gemelos Lan.

Yo...no sé. Perdón.

Esa había sido su respuesta. Ya habían pasado cinco días de eso. Los dos alfas dijeron que no tenía que preocuparse, pero no pudieron evitar que algo de tristeza pasara por su mirada, lo cual estrujo el corazón del omega. Los aceptaba como alfas. Su cuerpo y su corazón les pertenecía, pero algo en el fondo le hacía sentir miedo y lo peor es que no sabe a qué o el porqué.

Hundió su rostro en el agua, antes de salir de la bañera.

-Pense que te ibas a quedar ahí metido todo el día. -Wei Ying se sobresalto, viendo a Jiang Cheng sentado en su cama. -Tus cachorros se fueron con Yanli a buscar a Xiao Xingcheng y conseguir algunos dulces. -El pelinegro rió y negó con la cabeza. -Si que apestas.

-Buenos días para ti también Jiang Cheng. -Dijo Wei Ying secando su largo cabello con una toalla y caminado a sacar ropa para vestirse.   -¿Que te trae por aquí?. Pense que el rey te había lisiado. -Sonrió picaro, disfrutando el sonrojo del otro omega. -Apestas a él.

-Aún no...Recuerda que aún me sigo recuperando. -Dijo Jiang desviando la mirada.

Era verdad, no habia podido llegar hasta el final, ya que el cuerpo de Jiang Cheng aún estaba débil por las heridas y la fiebre que le había dado esa noche de lluvia.

-Pero si que se a encargado de impregnar su aroma en ti. -Dijo ya vestido el pelinegro. El sonrojo en Jiang Cheng parecía haber aumentado. Wei Ying soltó una carcajada. -Vamos a dar una vuelta.

-¡No se porque Yanli insiste en que esté acompañado!. ¡Y lo peor es que ese alfa rey la apoya!. -Bufo poniendose de pies y caminando junto al pelinegro fuera de la habitación.

-Nos asustastes mucho esa noche omega berrinchudo, así que no te quejes.

-Pero eso fue por culpa del alfa idiota. -Jiang Cheng fruncia las cejas.

-Ya, ya, sabes que nos preocupamos por ti y recuerda que empeorastes tu estado con esa escapadita.

Jiang Cheng no dijo nada más. Los dos caminaron por los pasillos. Cada día había menos omegas en esa parte del castillo, por lo que se sentía cada vez más el silencio.

-Mian Mian dijo que ya no harían más incursiones en busca de omegas. -Comenzó a hablar Jiang Cheng. -Es decir que ya pronto esta zona del castillo será ocupada por las familias que se formen. ¿Que te ha dicho de tu celo?.

-Dijo que es posible que los remedios no hagan efecto en mí y posiblemente sufra todos los síntomas más fuerte, teniendo en cuenta que llevaba mucho tiempo sin que éste se presentara.

-¡Oh vaya!. -Exclamó Jiang Cheng.-¿Y que te han dicho ellos?.

-Que me esperaran. -Wei Ying suspiró. -Siguen trayendo regalos, aunque...ya no me visitan tanto tiempo como antes.

-Tu aroma es cada vez más fuerte.

-Lo sé...-Respondió mirando al piso. -Pero eso no evita que me sienta algo...triste...solo. Quisiera tenerlos cerca, pero siento miedo, ¡Y no se porqué! Ellos se han portado tan bien conmigo. Estuve años pensando que los alfas eran unos imbéciles, unos salvajes y llegan ellos y...me piden perdón, me cortejan y me permiten elegir. Se preocupan por mi y por mis hijos. Siento que mi corazón palpita cuando los veo y duele cuando estan lejos y yo...

Wei Ying no se había dado cuenta que se había detenido, volteo a ver al otro omega. Jiang Cheng lo miraba con una ceja alzada y sonrisa divertida.

-Estonces ¿que es lo que te detiene?

El pelinegro se le quedó mirando unos segundos antes de sonreir y salir corriendo.

-¡¡Siempre es bueno hablar contigo!!. -Grito Wei Ying.

-¡Te voy a empezar a cobrar!. -Contestó divertido el omega.-¡Gracias por acompañarme, eres genial cuidandome!.

-¡No estas solo!. -Fue lo último que escuchó Jiang Cheng de Wei Ying, antes de sentir unas grandes manos posarse en su abdomen y los brazos que lo abrazaban por la espalda y el delicioso aroma que lo rodeara.

-Eres muy bueno. -Susurró Lan Xichen sobre el cabello de Jiang Cheng. El omega se dejó sostener por el alfa.

-Ese tonto se merece ser feliz.

-Vamos, tengo tiempo libre y quiero pasarlo contigo. Lan Xichen dio un suave beso en la coronilla de Jiang Cheng.

-Mas bien te escapastes de tus responsabilidades. -Dijo el omega girando, mirando los ojos del alfa. Enredó sus brazos en el cuello del alfa y le dio un beso. -Vamos.


Wei Ying corrió a todo lo que su cuerpo daba

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Wei Ying corrió a todo lo que su cuerpo daba. Sabía que los alfas deberían estar entrenando. En verdad era muy tonto, no sentía miedo de ellos o de lo que sentía, solo era lo que había sentido por años. Lo que se había repetido una y otra vez sobre los alfas. Pero ellos eran distintos. Ellos lo amaban y él los amaba. Logro ver por una de las ventanas donde estaba el par de alfas practicando.

-¡Lan Wangji, Lan Zhan! ¡mirenme!. -Grito llamando la atención de ellos.

Los dos alfas no perdieron tiempo y se dirigieron al encuentro con el omega.

-Wei Ying ¿Qué pasa?. -Preguntó Lan Wangji.

Wei Ying se apoyó en Lan Zhan tratando de recuperar la respiración. Definitivamente tantas comodidades lo estaban afectando.

-Si...-Dijo aún agitado. Los dos alfas lo veían sin entender. -Si quiero pasar mi celo con ustedes. -Dijo al fin.






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