La noticia de que Harry Potter no era hijo de Lily Potter fue algo que no estaba contemplado en sus planes. ¿Cómo se supone que procedería ahora? El niño ya no estaba a su disposición por lo que no podría asegurar su lealtad ciega una vez entrara al colegio. Tendría que modificar varios planes para que el objetivo principal no se perdiera, sus seguidores podrian ayudarle.
Los Weasley parecían los más indicados para comenzar un acercamiento con el niño, después de todo Molly tenía un hijo de la edad y una pequeña niña que podría cautivar el corazón del pequeño Potter y de ésta manera encaminarlo por el buen camino, alejado de todas las barbaries que los Black podrían inculcarle.
Con una sonrisa satisfecha por la manera en que los planes estaban tomando el rumbo adecuado y sin que cupiera la posibilidad de fallas, tomó uno de sus caramelos de limon para empezar a redactar la carta que enviaría tanto Sirius como a los Weasley. Sabia que las pociones que habia suministrado a Black aún estaban vigentes, la sumisión con la que se dirigió a él en el banco lo comprobaba.
Sí, todo tenía solución no tenía porque estresarse por pequeñas complicaciones en sus planes, una vez hablara con Sirius y le hiciera ver los "beneficios" que tendría dejar al bebé Potter con su adorable tía Petunia, no podría negarse. Porque de algo estaba seguro y es que ese niño sí era de la pelirroja, después de todo, el se había encargado de que así fuera.
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Walburga Black, respetable sangre pura, miembro de los sagrados veintiocho y distinguida dama de la sociedad mágica se encontraba en el centro de su sala con el pequeño Harry Potter. Aprovecharía que su hijo habia salido a atender unos asuntos en el ministerio para darle unas pequeñas clases al infante. En los pocos días que llevaba ahí habia notado detalles que la alarmaron y que debían ser corregidos para evitar la humillación pública y la vergüenza del niño.
-Muy bien, Harry, di Walburga-. Dijo por sexta vez la mujer, llevaban la mayor parte de la tarde tratando de que bebé Potter pronunciara bien su nombre. Era inaceptable que el niño se dirigiera a ella como "Wabu". No, no y no. Su dignidad se lo impedia.
Harry frunció su ceñito y miró a la mujer frente a él. Estaba sentado en el sofá, cansado de repetir siempre la misma palabra. De repende, sus lindos ojitos se abrieron en entendimiento, recordando la palabra que había utilizado su padrino para referirse a la mujer. Dandole una sonrisa medio desdentada pronuncio lo que él pensaba que querían oir, sin notar como Regulus entraba a la sala.
-¡Abu!-. Walburga se quedó atonita, ¿de dónde había sacado el chiquillo aquella palabra? La risotada que había soltado su hijo la trajo de nuevo a la realidad, lanzandole una mirada que prometia un buen castigo sin importarle que ya era mayor de edad y que sin duda cumpliría.
-Harry, cariño, ¿dónde escuchaste esa palabra?- el niño la observó un momento antes de contestar, aunque algo le decía que muy dentro suyo ya sabía la respuesta.
-Nuto- la confirmación sólo la hizo rodar los ojos mientras una idea se iba formando en su cabeza, sonriendole dulcemente procedió a seguir con las clases, después de todo era el trabaja de toda abuela encaminar a sus nietos por los buenos modales y costumbres mágicas.
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Lupin sólo podía ver al lindo bebé que ahora dormia en sus brazos. Era tan lindo y pequeño, sus suaves cabellos rubios aún consevaban el olor a bebé, tanto que no podía dejar de olerlo, no podía creer lo que estaba sucediendo pero tenía que enfrentar a las personas que se encontraban detrás de él.
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Serle
FanfictionLa vida de Sirius Black ha terminado y ahora sólo puede lamentar el dejar a su querido ahijado en manos de aquel brujo lider del bando de la "luz". Más no todo ha terminado, es hora de que el destino se ponga a trabajar y todo tome el lugar que le c...