Serle

Custodia (1)

El regreso a la mansión Black fue diferente para cada uno. La información que habían recibido era bastante impactante y aun debían procesar como utilizarla. Un nuevo mundo se presentaba frente a ellos y debían tratar de mantenerlo en secreto por lo menos algunos años más, hasta que la sociedad mágica estuviera preparada para conocer la otra parte de la historia. Ahora lo importante es que los niños se mantuvieran seguros y no levantaran sospechas de su herencia. Serían unos fines de semana bastante pesados con el entrenamiento de los niños pero al final todo valdría la pena.

Walburga los observaba, hace pocas horas que habían llegado y aun no le informaban que era lo que había sucedido pero ella tenia sus maneras de enterarse por lo que sin importarle lo que en esos momentos se encontraran hablando se encamino a la habitación donde se encontraban los dos niños, esos dos angelitos que tanta felicidad habían traído a la familia y que en un futuro pondrían en alto el nombre de sus familias y mas que nada cambiarían el mundo mágico.

-¿Qué tal el viaje, niños?-. dijo sonriendo para después tomar asiento en uno de los sillones que se encontraban en la estancia.

Harry le sonrió a su abuela para después con toda la alegría que podía tener después de ver a sus padres-. ¡Fue muy divetido! Conocimos más peditos, así de grandes-. Dijo Harry mientras expresaba con sus manos el tamaño de los lobos adultos que jugaron con ellos mientras los adultos seguían con sus conversaciones aburridas-. Mami y papi me dieron mushos mua mua, mami dice que Daco seda mi... Mi...

-Padeja-. Completó Draco bastante seguro, él no tenía dudas de lo que había dicho la mami de su ahora mejor amigo, algo en su interior le decía que lo mejor era estas al lado de Harry.

-¿Cómo?, ¿mami y papi?-. Walburga no estaba comprendiendo lo que los niños decían. Ella estaba segura de que los padres de Harry estaban muertos, por algo su hijo tenía ahora la custodia. Sabía que en algún momento el niño se tendría que enterar sobre ellos pero aun no era el momento indicado, o por lo menos eso es lo que ella creía-. ¿Viste a tus padres, Harry?-. Preguntó con calma para que el niño pudiera pensar una respuesta coherente o que por lo menos ella pudiera comprender.

-Sí, tambe abu Hope-. Ok, eso era más de lo que podia comprender por lo que sólo les dedicó una pequeña sonrisa junto con una caricia en sus cabellos. Lo mejor sería que conversara con su hijo sobre lo que había pasado ese fin de semana.

-¡¿Pero qué mierdas es esto?!-. El grito de Sirius se escuchó hasta donde se encontraban por lo que un poco exaltada se encamino a la salida de la estancia mientras calmaba a los niños y les indicaba que volvieran a sus juegos.

Una vez se aseguró de que la puerta se encontrara cerrada dirigió su mirada a donde se podía observar como su hijo salía del despacho. Al parecer había encontrado el citatorio para discutir la custodia del que ahora era su nieto... Lo mejor sería ir a calmarlo antes de cometiera alguna locura y sacara a relucir ese lado Gryffindor que tanto lo caracterizaba.

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Los Malfoy se habian retirado hace poco más de una hora y ahora se encontraban en el despacho Walburga, Sirius, Severus, Regulos y Tom, por alguna extraña razón, debían hablar sobre las medidas que tomarían tanto contra Albus Dumbledore como con el Ministerio por permitir si quiera que tal petición pasara. Walburga sabía que debia tomar la palabra para evitar qur aquellos hombres hicieran del problema algo más grande.

-No tienes porque armar un escándalo-. Dijo Walburga logrando que todos le prestaran atención y dejaran de discutir-. Lo importante es enfocarnos en una manera par que esto no vuelva a ocurrir. Estoy segura de que los duendes del banco nos podran ayudar, con alguna compensación claro, para tener en nuestro poder las últimas palabras de Potter... Quien por cierto, no me habías dicho que seguía vivo.