-No veo el motivo por el cual estés enojado, Remus-. Dijo Lucius en un ligero intento para que el hombre lobo le regresara la mirada.
Llevaban varias horas en el salón a la espera de la respuesta de Gringotts para una audiencia de pruebas de sangre, ya era hora de que Severus tomara cargo de su linaje. Abraxas miraba la interacción de su hijos con su pareja, trataba de ocultar la sonrisa en su rostro ante la felicidad que podía ver en los ojos de su primogénito. Todavía no entendía cuál había sido la razón para impedir aquella relación, bien era conocido en los circulos de la sociedad sangre pura que los lazos matrimoniales con criaturas mágicas fortalecían el núcleo mágico de la familia.
Sus recuerdos de los tiempos de guerra aún eran confusos, demasiados enfrentamientos, diversas causas por las cuales pelear, dos bandos con lideres desenfocados que al parecer solo buscaban su propio beneficio. Y eso era lo que lo hacía dudar. Recordaba perfectamente al hombre que los lideraba allá por sus años de escuela y posteriores, alguien centrado y que buscaba una lucha por un cambio de leyes beneficiosos para la magia. Pero todo termino por romperse, algo había sucedido en el ultimo viaje de su maestro que hizo que sus objetivos cambiaran.
Fueron tiempos oscuros y prefería dejarlos de lado para enfocarse en su familia, una familia que por fin estaba tomando su lugar y que muy probablemente tendría nuevos integrantes en los próximos días.
-Tu padre me dijo que Harry se encontraba aquí y ahora me dices que él no está-. Replicó Remus al rubio con claras señas de estar enojado-. Perdóname si me siento engañado-. Gruñó mientras le lanzaba una mirada llena de reproche al mayor. No sabía que pensar del viejo, por un lado estaba feliz de poder reunirse con su pareja y más que nada con su cachorro pero nuevamente había sido engañado, el pequeño hijo de James no estaba con ellos y él en verdad quería confirmar que se encontraba en buen estado. Lo ultimo que había sabido era que Dumbledore lo resguardó con una familia de confianza.
-Fue una pequeña estrategia para hacerte venir pero no debes preocuparte por eso, el pequeño Potter junto con Lord Black vendrán mañana para una tarde de juego con Draco-. Ahora si no pudo evitar la sonrisa en su rostro que rápidamente paso a una carcajada al ver las expresiones de las demás personas. Sin duda la cara de Snape era la más interesante, a ese hombre era imposible sacarle alguna expresión-. Lord Black respondió mi carta hace algunos momentos, mientras ustedes discutían sobre quién debía acostar a Draco, pero no importa, ahora debemos enfocarnos en prepararnos para su llegada.
-¿Lord Black?-. Preguntó Lupin con un ligero temblor en la voz. No sabía si estaba preparado para ver a su compañero de manada.
-¿Cita de juego?-. Lucius no era tonto y sabia que su padre estaba tramando algo.
-Nuestra inevitable reunión puede servir para que Draco empiece a relacionarse con niños de su edad, si no me equivoco el chico Potter sólo es 2 meses menor que mi nieto-. Las palabras de Abraxas parecieron calmar a los hombres pero sin duda no se habían esperado aquel movimiento por parte del patriarca Malfoy-. Ahora debemos enfocarnos en un tema más importante... Su boda.
-¿Boda?
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Narcisa había tomado muy en serio el buscarle un nuevo guardarropa a Harry por lo que temprano aquel día salió rumbo al callejón Diagon. Ella no podía permitir que su querido sobrino anduviera vestido con harapos o la ropa reducida de Sirius, ese niño se convertiría en un representante de la casa Black y como tal debía vestir, a la altura de su familia.
Paseo su vista por las personas que se encontraban recorriendo el callejón, todos parecían haber retomado sus vidas normales, como si los vestigios de la guerra ya no se encontraran entre ellos. las secuelas estaban, ella lo sabia, junto con las esperanzas que todos aquellos magos habían depositado en el pequeño mago que ahora vivía en Grimmauld Place.
Con un suspiro y con la mirada de diversas personas clavada en su espalda se adentro a la tienda de ropa para el mago joven. Compró un ¨poco¨ de todo, desde las túnicas más sencillas hasta aquellas que tendría que usar en reuniones oficiales a las cuales se vería obligado a ir. sin duda la aristocracia sangre pura era como un lobo en busca de comida... en busca de cualquier detalle que diera de qué hablar.
Una vez completas las compras, junto con un pequeño presente para su querido ahijado Draco, se apareció en la sala de su, ahora, hogar y en verdad no esperaba encontrarse a un Sirius al borde del colapso.
-¿Qué ha sucedido?-. La pregunta atrajo la atención de su primo y pudo ver el miedo en sus ojos.
-¡No encuentro a Harry!-. No se esperaba esa respuesta y por un momento la histeria quiso apoderarse de ella pero no por anda estuvo casada con un Malfoy-. Ya intentaste un hechizo localizador.
La manera en que Sirius abrió los ojos la hizo reír, para ser el ahora jefe de familia a veces su comportamiento se salía de las normas pero esperaba que con el tiempo aquello lo fuera controlando.
Narcisa realizó el hechizo, el cual rápidamente salió rumbo al sótano, al área donde se encontraba el laboratorio de pociones de Regulus. La luz se adentro a la habitación y sólo pudieron ver al joven Black preparando algunos ingredientes.
-¿Dónde está Harry?-.Preguntaron al mismo tiempo Narcisa y Sirius, el joven solo señaló un caldero que se encontraba en la esquina sin apartar la mirada de la actividad que se encontraba realizando.
Sirius se acercó rápidamente a donde su hermano había indicado y no pudo evitar soltar un suspiro de alivio al observar dentro de él. Harry se encontraba ahí dentro del enorme caldero, con la cara cubierta de chocolate y partes de galleta en su cabello. Era la viva imagen de un niño que se había salido con la suya, niño que logró completar su travesura.
Harry sólo pudo dedicarle una sonrisa a su padrino, no había podido evitar seguir a su tío ¨gulus¨, le encantaba pasar tiempo con él porque siempre le daba galletas antes de que lo hicieran comer esos asquerosos vegetales.
Sirius tomo en brazos al pequeño y lo apretó contra su cuerpo. Se había sentido morir cuando no lo encontró en su cuarto de juego y más cuando no respondió a su llamado. Merlín y Morgana, que difícil era cuidar a un niño.
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Las noticias que le llegaban de Inglaterra eran un poco preocupantes. El plan no había salido a la perfección pero el objetivo final se logró cumplir, junto con algunas perdidas. No podía dejarse caer, tenía que regresar e informarse sobre lo que estaba sucediendo en esos momentos, tenía que hacerlo de una manera discreta para poder reunirse con las personas indicadas y que le ayudaran a concretar su identidad.
Quién iba a pensar que todo el caos se desataría después de recibir una pequeña nota en la que se confirmaban sus sospechas...
Es ella
P.
Esas simples dos palabras lo sacudieron por completo. Ellos estaban en peligro y no había nada que pudiera hacer, sólo pedir a Merlín que todo saliera bien.
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Lucius observaba como Remus arropaba a un pequeño Draco. Ni en sus más locos sueños se imagino volver a estar en una situación así, rodeado de las dos personas más importantes para él.
El día que Draco llegó a la mansión casi pierde el corazón. Era la cosita más pequeña que alguna vez hubiera visto. En una vana esperanza esperaba ver a Remus ahí, sonriente, presentándole a su hijo, porque claro que era su hijo, las salas de la mansión sólo permitían la aparición a aquellos que tuvieran sangre de la rama principal. Pero el hombre lobo nunca se presentó y ahora sabía porqué. Era increíble todo lo que habían sufrido para poder volver a estar juntos pero estaba seguro de que ahora nada podría separarlos.
Tal vez debería hacer caso a su padre y empezar a renovar la relación que en algún momento tuvo con Remus Lupin.
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¿Quién es la persona que recibió la carta?
¿Con quién engendro James a Harry?
:O
Que dijeron, ésta se va a tardar otros meses sin actualizar... pues no, de ahora en adelante estaré actualizando ésta historia cada semana o semana y media, todo depende de como vayan las cosas.
Así que nos vemos, cuídense mucho. 🌟
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Serle
FanfictionLa vida de Sirius Black ha terminado y ahora sólo puede lamentar el dejar a su querido ahijado en manos de aquel brujo lider del bando de la "luz". Más no todo ha terminado, es hora de que el destino se ponga a trabajar y todo tome el lugar que le c...