Cap 7: Gata y lobo

784 46 57
                                    

Pov Courtney:

Estúpido cavernícola lo voy a matar.

Gwen me trajo un vestido de gatita que me quedaba demasiado sexy, incluso para mi gusto.
A Duncan le gustará.

Subí a despedirme de Emma y bajé hasta la planta baja. Para mi sorpresa Duncan también estaba vestido, con un traje de lobo. Me repaso descaradamente de arriba a abajo.

-¿Nos vamos?-pregunté cortante.

-Eso es muy favorecedor.

-¿Nos VAMOS?-dije saliendo por la puerta de entrada.

Subimos al coche y nos fuimos a una gran casa al lado de la playa.

-El patrón no es como tu te esperas.-lo miré.

-¿Como es?

-Ahora lo verás.-me rodeó los hombros con su brazo. No me quejé. Entramos en la fiesta y la gente iba disfrazada, al menos no desentonábamos. Subimos por unas escaleras hasta una puerta donde habían dos guardias de seguridad. Duncan les dijo algo en la oreja y nos dejaron pasar.

Al entrar vi a un chico un poco regordito con gafas que estaba jugando a la consola.

-Ehem, ¿Sam?-dijo Duncan serio. El chico levantó la vista y saludó a Duncan, se me quedó mirando.

-Vaya, es del estilo de Dakota.-me miró.

-Eh, ¿que?-dijo Duncan desconcertado.

-Tu chica.

-No soy su chica.-dije cortante.-Soy Courtney.-le extendí la mano, él me la estrechó.

-¿Que querías?-dijo Duncan sentándose en el sillón.

-Se lo que le ha pasado a Trent. Se que la última vez que nos juntamos tu y yo la cagué, y quiero recompensaros.-sacó un saco grande de billetes-. Son 3.000.000 de dólares. Quiero que os los repartáis entre todos, pero un millón es para Trent.

Duncan se quedó embobado.

-Gracias Sam.-dijo mirando deseoso el saco.-¿Algo más?-negó con la cabeza.

-Disfruten de la fiesta, mañana el dinero llegará a tu casa Duncan.-nos levantamos y salimos de la habitación.

-¡TRES DE LOS GRANDES!-dijo mirándome con alegría. -¿Sabes lo que es eso, nena? Eso es... ¡DIOS MÍO!-me reí. -¿Te parece gracioso?-arqueó una ceja.

-Tu reacción es graciosa.-me levantó como un saco de patatas.-¡Bájame!-dije divertida.

-Vamos a bailar.-me bajó cuando llegamos a la pista y sonaba la canción de «I wanna go, Britney Spears».

Me movía al ritmo de la música mientras Duncan estaba detrás mío acariciando mi cintura mientras también se movía acorde a la canción. Opté por girarme y le miré a los ojos. Estaba feliz, el chico malo estaba feliz.

-Pareces mi amuleto de la suerte...-me susurró-... desde que has venido solo pasan cosas buenas.-me hizo girar.

-Dispararon a Trent.-dije algo divertida.

-Eso también es bueno.

-¡Oye!-dije pegándole en el pecho.

-Es broma.-seguimos bailando por un buen rato hasta que salimos a la terraza a tomarnos una copa.

-¿Que pasó con Sam?-pregunté.

-Intentamos hacer un atraco una vez, pero salió muy mal.-lo miré expectante. -Alguien murió.-entonces se me paró el corazón. -Por culpa de las malas acciones de Sam, estuve a punto de mandar a alguien a matarlo. Pero él tiene buenos matones. Supongo que esta es su manera de disculparse, lo arregla todo con dinero.-caló a su cigarró.

-Vaya, lo siento mucho...-estaba tiritando de frío.

-¿Tienes frío princesa?

-No.-pues si.

-Toma mi chaqueta.-era una chaqueta que me iba muy grande, parecía un minion. -Estás adorable.-dijo con su media sonrisa burlona.

-¿Y si mejor nos vamos?-dije con un puchero. Duncan asintió y lo seguí hasta el coche.

-¿Te lo has pasado bien?-asentí mientras sonreía. -Bien.-él también sonrió. El viaje hasta casa fue silencioso, aunque todo era malditamente perfecto al lado de ese hombre. ¿Porque mierda pense eso?

-No tengo sueño.-dije mientras cruzaba la puerta de entrada.

-¿Que quieres hacer, princesa?-había algo lascivo en su tono. Me quité el disfraz quedando en ropa interior y corrí hacia la piscina tirándome sin pensarmelo dos veces. Duncan se empezó a quitar la ropa igual y se tiró a la piscina.

-Vaya, me quedaría aquí toda la noche.-buceé hasta la parte más profunda de la piscina, Duncan me siguió. No llegaba ni de puntillas al suelo.

-¿No llegas?-dijo algo burlón. Él si llegaba, me cogió de las piernas y me obligó a enroscarme en su cintura. -¿Así mejor?-asentí algo embobada mirando sus ojos.

-Creo que tienes los ojos más bonitos que he visto en mi vida.-Duncan arqueó una ceja.

-Vale, confirmamos que eres adorable.-sin pensármelo dos veces lo abracé. Entonces noté como se tensó.

-No se que demonios has pasado con tu ex, con Sam, con Trent, con Gwen y con nadie... Solo se que llevas una coraza encima. Lo sé, yo noto estas cosas.

-Nena...-dijo, pero yo continué.

-Noto como a veces la mirada se te oscurece, siempre temes lo peor, y eso no está bien.-dije entonces mirándole a la cara. -Me quieres proteger encima de todo porque al fin y al cabo quieres cumplir tus promesas porque la gente no las cumplió contigo.-bajó la mirada.

-Creo que eres la única persona que tiene el valor de hablar sobre mí delante mío.-dijo con una media sonrisa, aunque ahora no era burlona como de costumbre.

-Solo somos niños rotos que buscamos ser queridos...-cogió un mechón de mi pelo y me lo puso detrás de la oreja. -...nadie debería nunca romperse.

Duncan me cogió la cara y me empezó a besar muy lentamente. Introdució su lengua en mi boca mientras me agarraba posesivamente de la cintura. Mordisqueaba mi labio inferior a su antojo haciendo que yo soltara algún jadeo.

-Creo que deberíamos irnos a dormir.-dijo él separándose. Nos levantamos y yo me fui a mi habitación mientras el se quedó abajo en la cocina, me puse el pijama y volví a bajar.

-¿Quieres dormir conmigo?-estaba demasiado sexy con el pelo mojado y con su cuerpo completamente empapado.

-Claro, ahora subo.-sonreí y me quedé por unos minutos en la cama hasta que Duncan subió y se colocó a un lado de la cama.

-Buenas noches, princesa.

-Buenas noches, ogro.

FugitivosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora