La serie Inmigrante continúa con el libro 2, Ilegal.
"Los secretos nos unen pero a la vez nos destruyen."
Después de un año tumultuoso, las vidas de Val y Davis están separadas por trágicos secretos que han salido a la luz pública.
Valeria sabe lo q...
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Davis
La llamada de Val me dejó con la sangre hirviendo, mi corazón bombea a mil por cada segundo y mi erección es sumamente vergonzosa en estos momentos. El locker room está lleno de jugadores y Val ha hecho que me pierda nuevamente, olvidando lo que está a mi alrededor. Tiro mi celular en mí locker y me siento para pensar exactamente mis alternativas respecto a ella. A pesar de tener más de 30 personas hablando y moviéndose a mi alrededor, solo estoy concentrado en mi ángel.
Los minutos pasan a mi alrededor y todavía no encuentro la dirección que necesito para tomar una decisión. Escucho lejos alguien llamar mi apellido y antes de voltearme para contestar la mano fuerte de una persona que conozco bien agarra mi hombro izquierdo.
—Johnson... —el entrenador Smith me llama nuevamente y cuando volteo me encuentro con mi primo Roman junto a él, al igual que otros entrenadores. —¿Qué tal si llevas a tu primo a conocer el resto del parque? —su pregunta la verdad la encuentro patética y si tan siquiera contestarle, observo a Roman el cual tiene una sonrisa de oreja a oreja.
—Roman ya es bastante grande para llevarlo de la mano a recorrer el parque. —digo sarcásticamente dirigiéndome a Roman. Sé muy bien porque él está aquí, ya era hora que ambos nos dejáramos de pendejadas y retomáramos nuestras vidas.
Las carcajadas de Roman hacen eco en el locker room y los entrenadores observan nuestra interacción de manera preocupante, sabiendo exactamente nuestro historial violento cuando se trata de los juegos.
—Necesito que Roman me acompañe ahora. Si quieren le puedo dar el maldito recorrido de la organización entera mañana. —expreso tratando de llevar la fiesta en paz. Además ellos me conocen tan bien que saben que mi carácter no es el mejor.
❤️🖤❤️🖤
El ambiente al medio día en las afueras del parque hacen que mi corazón retumbe de ansiedad e inestabilidad. Hay miles de personas en las calles del centro de Seattle y algo me dice que Liam está entre ellos. Algo dentro de mí me mantiene en alerta día y noche, sin dormir, sin descansar. El ruido de la ciudad despierta mi ser durante el día y en la oscuridad de la noche velo las pesadillas de mi ángel como si fuera un caballero en armaduras.
Por primera vez Roman pisa mi apartamento por mi propio gusto y luego de ofrecerle una Awake Limbs ambos estamos sentados en la tranquilidad del balcón observando el vibrante día.
—Me imagino que aceptaste ser parte de los Marineros. —digo antes de echarme un buche a la boca de la fría cerveza.
—Sí, creo que es lo mejor para mi carrera. —mi primo responde tratando de ser sincero.
—Por Dios, deja a un lado el maldito orgullo y sé honesto contigo mismo. Te vas a quedar en Seattle por una mujer. —mis palabras salen entre risas sabiendo exactamente por cuál mujer Roman tomó la decisión.
