ALEXA
Tres meses han pasado desde que perdí lo más importante de mi vida o quizá y había perdido la vida misma, mi niña y el amor de mi vida se habían ido lejos de mí, no había novedad de ninguno de ellos.
Steve, el amigo de Jona hacía lo posible por mantenerme esperanzada pero estaba en un punto en el que me preguntaba si cuan bueno había sido recuperar mi memoria.
-¿Hija?-
-Sí mamá- susurré desde la cama.
-Sabes, hay un sol hermoso allá afuera esperando por ti- dijo sentándose a mi lado.
-Sabes, no pretendo salir de esta cama- mascullé tapando mi rostro.
-Eso no es muy maduro y ya eres una madre Alexa- me regañó.
-Una madre que ni siquiera sabe dónde puede estar su hija-
-Y tirada en esa cama tampoco es que hagas mucho- continuó visiblemente fastidiada.
La sentí levantarse y acto seguido comenzó a sacudir las sábanas dejándome destapada. Gruñí y me senté encarándola completamente molesta.
-¡Pero qué diablos Scarlet!- grité.
-¡Levántate!-
-¡No lo haré!-
-Oh sí lo harás niña malcriada- y ese tono lo conocía.
-No te atreverías Scarlet- la desafié.
-Sólo pruébame- añadió caminando hacia el baño.
-¡Mamá!- grité al verla con el cubo de agua en las manos.
-¡Ahora!- gritó arrojando el contenido frío sobre mí.
No la creía capaz y una vez más me equivoqué, definitivamente debía dejar de desafiar a mi madre.
-Te levantas, te duchas, te cambias y bajas a desayunar- sentenció azotando la puerta.
Luego de al menos treinta minutos bajé a la cocina y el aroma llegó hasta mí llevando mi mente nuevamente a esos días de adolescencia, dónde era feliz sólo teniéndolos a ella y a Jona a mi lado.
-Ahora sí, señora madre y esposa, se sienta y calladita va a escucharme- dijo dejando la taza de café frente a mí.
-Mamá, ¿No crees que...?-
-Creo y se me da que cierres la boca y me escuches Alexa Bronx- dijo golpeando la mesa con su mano.
No dije más, la veía realmente afectada con todo esto, había cruzado la línea y no caía en la cuenta de que no era la única que sufría con ello.
-Alexa, sé que has perdido a tu hija y a Mike pero de esta manera no los recuperaras, tu hermano y Steve diario dejan su vida de lado por ayudarte a recuperar la tuya, Michael debe de estar luchando con mil demonios a la vez, no eres la única que sufrió y perdió, no lo eres- masculló molesta.
-Mamá...- sólo levantó su mano haciéndome callar.
-No Alexa, basta de berrinches, de silencios, de dejarse estar, basta de todo esto por favor, ¿Cómo crees que está tu hija? ¿Acaso crees que ella no te extraña? ¡Levántate hija por el amor de Dios y haz algo!- dijo entre lágrimas.
-Mamá, yo... lo siento- susurré tomando sus manos.
-Un lo siento no soluciona nada hija, las palabras son nada si no las acompañas de hechos, no olvides eso- dijo acariciando mi mejilla.
-Tengo miedo mamá, estoy aterrada, no sé dónde buscar a mi hija, se me acabaron los lugares, el apartamento de Trovato en Chicago sigue desocupado, Steve aún está en Sicilia y Jona, no puedo pedirle más con lo sucedido con su familia- dije entre lágrimas.
-Por esas razones es por lo que tú misma debes de levantarte, ir, buscar, llamar, déjate ver por Trovato hija, ese hombre buscará vengarse de ti, no dejará esto así como así-
-¿Estás sugiriendo que me entregue a Trovato?- dije con los ojos desorbitados.
-No entregarte, sino dejarte ver, viaja a Sicilia, junto a Steve, que esos celos enfermizos lo hagan pisar en falso y se deje encontrar- sugirió seria.
La idea sonaba descabellada pero era mejor que seguir estando en un solo lugar sin hacer nada y esperando.
-Llamaré a Steve- dije sonriendo.
-Esa sí es mi hija- respondió mamá con un beso.
Y tenía razón como siempre, el sol acarició mi piel y la brisa refrescó mi rostro dándome nuevas ganas de luchar por mi hija y Michael. La llamada con Steve se extendió mientras explicaba el motivo de mi viaje y él sus motivos para rechazarlo pero al final terminó accediendo.
Levanté el rostro y dejé que el sol me cegara y llevara mi mente a un lugar donde pudiera pensar con claridad y hallar la solución a todo lo que me enfrentaba. Volví la vista hacia mi teléfono y la tentación de llamarlo era demasiada por lo que negando una y otra vez lo guardé en el bolsillo regresando a la casa.
-¿Y?- preguntó ansiosa.
-Que eres la mejor madre de todo el mundo- dije saltando y abrazándola.
Su risa llenó el lugar y fue el bálsamo que necesitaba para terminar de aliviarme. Preparamos la cena y tras compartirla entre risas y terminar de ordenar y limpiar fui a preparar mis maletas.
-Mañana será un día bastante largo- dije tirándome en la cama.
Y así como llegó la noche, también se marchó, silenciosa y en calma. Abrí los ojos y tras chequear la hora llamé al aeropuerto reservando un pasaje hacia Sicilia.
-El momento de la verdad se acerca Trovato y desearás jamás haberte cruzado en mi vida- dije con la maleta en las manos saliendo del cuarto.
-¿Lista?- preguntó con su sonrisa habitual.
-Lista- afirmé devolviéndole la sonrisa.
-Bien, entonces vamos, te acompañaré para traer el coche de regreso- dijo tomando las llaves de la mesa.
-Gracias por todo lo que haces mamá-
-Aun no me las des- dijo apenas en un susurro.
-¿Mamá?-
-Nada hija, nada, vamos que se hace tarde-
El camino al aeropuerto se me hizo especialmente corto, los nervios me calaban y tenía un presentimiento que hacía a mi pecho estremecer cada vez más.
-¿Estás bien hija?-
-Sí mamá, sólo un presentimiento, nada más-
-Oh, no...-
-¿Qué?-
-Nada hija, nada-
-Es la segunda vez en el día que repites eso, ¿Qué has hecho Scarlet?-
-Yo nada-
Consiguió estacionar y salió disparada del coche tomando mi maleta en sus manos.
-¡Scarlet! ¡No huyas!-
-No huyo hija, es que se hace tarde- decía caminando mucho más rápido.
-¡Madre!- grité.
Comencé a correr para retirar mi boleto sin perderla de vista, al ver mi estado el empleado de la aerolínea me lo dio rápidamente, apenas agradecí y salí disparada de allí.
-Mamá...- decía mirando alrededor sin verla aún.
Seguí recorriendo el lugar hasta que reconocí mi maleta y me dirigí hacia ella lo más rápido que pude, vi como mamá hablaba con alguien que se encontraba de espaldas a mí.
-¿Mamá?-
Sus ojos se abrieron sorprendidos y vi como el extraño se volvía hacia dónde yo me hallaba y una vez más no supe cómo reaccionar.
-Ey tú extraña- dijo sonriendo.
-¿Michael?- susurré sintiendo las lágrimas caer por mis mejillas.
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VOLVER A VIVIR (Saga Vida #3)
قصص عامةTras pasar años buscando y recordando a Alexa, Michael Brunet decide despegarse un tanto de sus recuerdos e ir de vacaciones a Argentina junto a Jona y su familia, lo que nunca sospechó era que en aquel aeropuerto encontraría lo que durante tanto ti...