MIKE
Hacía tanto tiempo que no sentía esta paz, fueron años los que pasaron desde que el sueño era algo tan relajante para mí o al menos lo era hasta que unos sacudones comenzaron a despertarme.
-Oiga, no puede estar aquí- dijo la persona que movía mi hombro insistentemente.
-¿Qué?- contesté fregando mis ojos.
-Qué aquí solo duermen una clase de personas y usted definitivamente no pertenece a ella- siguió diciendo.
Abrí los ojos y caí en la cuenta de que me había quedado dormido en el cementerio, sobre la tumba de mi madre.
-Diablos- susurré levantándome del suelo.
Sacudí las hojas secas y la tierra y vi como el cielo se iba tornando de ese característico color rojizo del amanecer, la brisa fresca y el sonido de los pájaros entonando su melodía era un paisaje digno de ver, a pesar del lugar en el que me encontraba.
-Sí, diablos debería de decirle yo a usted, fue usted quien me asustó por la madrugada y yo creyendo que la historia de mis hijos era real- refunfuñó caminando hacia la salida.
-Lo siento, me sentí ofuscado realmente y ella sigue siendo mi refugio en la tormenta- me excusé.
-Pues se libró de la tormenta por la noche y espero que haya sido de ayuda a su problema, por lo pronto debo devolverme a mi puesto para entregar mi guardia...-
-Gracias por despertarme- dije colocándome a la par.
-Sea lo que sea que haya sucedido, todo tiene solución, más aún con la mente fría, piense, reflexione, todo a su tiempo vuelve al lugar en el que debió estar desde un principio- comentó firme.
-¿Qué acaso es un mentalista?- dije sonriendo.
-No, pero la mayoría de las personas que vienen aquí lo hacen buscando consejo y es algo que realmente no logro comprender- dijo negando con una sonrisa.
-¿Qué cosa?- pregunté curioso.
-No se dan cuenta acaso de que al venir aquí solamente están hablando con ustedes mismos, ellos ya no los escuchan o ven o sienten, las respuestas no vienen de ellos, vienen de ustedes mismos y siempre estuvieron allí- dijo apuntando mi mente.
-Por lo tanto dice que es una pérdida de tiempo venir a verlos- afirmé levemente molesto.
-No, no he dicho tal cosa, solamente que no es necesario tener un problema para llegar hasta aquí, cuando algo feliz les suceda también pueden venir a compartir, cuando estén felices o ansiosos por algo también, no solamente cuando el problema los "ofusca"- dijo imitando las comillas con las manos.
No pude refutar nada de su discurso, ni una palabra, porque todas ellas eran verdad.
-Al igual que no deben esperar que esas personas lleguen a estar aquí para venir a verlas, es el otro pensamiento que gira en mi cabeza a diario, veo personas que vienen a diario y me pregunto si hacían lo mismo al estar vivas- hizo una pausa negando –en fin, espero que todo se solucione para ti, yo iré a ver a mi familia ahora- dijo llegando al final del sendero.
-¡Gracias!- grité al verlo perderse.
Solamente agitó su mano y yo giré hacia la salida del cementerio.
Abandoné el cementerio llegando hasta Silver, subí lentamente y me dejé caer sobre el asiento tapando mis ojos con el brazo. Tras soltar un largo suspiro y seguir confundido el cansancio comenzó a volver y opté por buscar un hotel donde descansar.
El sonido del motor de la camioneta distraía mi mente de los pensamientos que se agolpaban en mi mente, realmente me sentía fatal, decepcionado conmigo y con todo alrededor.
-¡No me merezco esto!- grité golpeando el volante con fuerza.
No nos merecíamos esto, nuestro hijo, nuestra boda, nuestra familia, todo truncado por personas llenas de venganza y odio en su interior, culpando a los demás por sus propias decisiones.
-¡Es una completa mierda!- repetí sintiendo caer las lágrimas por mi mejilla.
No era alguien sentimental ni mucho menos pero esto realmente me tenía al límite de todo mi sistema.
Llegué a uno de los hoteles más cercanos que indicaba el GPS, me acerqué con paso apurado a la recepción y una joven morena sonriendo tomó mis datos para después entregar la llave de mi habitación.
Volví hasta la camioneta y entregué la llave al botones para que la aparcara, seguí el camino hasta el ascensor y luego de entrar en él termine golpeando mi espalda contra una de las paredes espejadas del mismo.
-¡Que cansancio!- suspiré antes de cerrar los ojos.
La campanilla me alertó que habíamos llegado al sexto piso, sólo debía buscar la habitación doscientos quince y todo solucionado.
-Y bingo- dije abriendo la puerta de la habitación.
No tenía bolso ni ropa o algo de equipaje, solamente lo puesto por lo que luego de darme un baño llamé por servicio al cuarto para entregar mi ropa y que la lavaran.
-¿Y ahora qué harás Michael?- susurré cayendo en la cama.
El sonido de mi teléfono sobre la mesa de noche hizo que volviera a levantarme, parecía que todos se habían propuesto no dejarme descansar el día de hoy.
-¿Diga?- contesté confundido.
-Te pedí que esperaras por mí hermano, ¿Dónde estás?- Jona, lo había olvidado.
-Lo sé, sólo salí a tomar aire, estaba realmente ofuscado con todo y no quería hacer algo fuera de lugar-
-Te entiendo, es muy fuerte y complicado todo esto- añadió soltando un suspiro.
-No sé qué hacer- dije sincerándome.
-Yo tampoco lo sabría en tu lugar, lo mío con Miranda y Raymond fue similar pero ella no se había casado o tenido una hija con él-
-Ni te había olvidado o reemplazado por tanto tiempo- mascullé.
-Trovato lo hizo muy bien, se aprovechó de todo lo que tenía a su alcance-
-¿Es posible que en ningún momento haya venido a su mente?- susurré -¿Acaso el amor que me tenía no cabía en su mente en esos diez años?-
-Sé que estás molesto, mejor dicho, decepcionado pero debes pensar con claridad, analiza, investiga, piensa, no tomes decisiones aún hermano- dijo preocupado.
-Lo sé hermano, te enviaré la ubicación, me tomaré el día para descansar y pensar, cualquier cosa me buscas-
-Así lo haré, no te preocupes y no lo olvides, tranquilo y piensa antes de decidir algo- dijo cortando la llamada.
Dejé el teléfono sobre la mesa de noche y luego de solicitar a recepción que nadie me molestara volví a dejarme caer en la cama envuelto en la salida de baño, cerré los ojos dispuesto a dejar que el sueño me dé la respuesta a todo este problema.
-No lo merecemos pero no sé si podré soportarlo...- susurré antes de dejarme vencer por el sueño.
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VOLVER A VIVIR (Saga Vida #3)
פרוזהTras pasar años buscando y recordando a Alexa, Michael Brunet decide despegarse un tanto de sus recuerdos e ir de vacaciones a Argentina junto a Jona y su familia, lo que nunca sospechó era que en aquel aeropuerto encontraría lo que durante tanto ti...