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-Tom, por favor, cariño. Antes de ir al parque a jugar, lleva esto a los vecinos. -Mi madre me da una pequeña fuente llena de galletas. -Las hice antes y quiero devolverles el favor por el queque* del otro día.

-De acuerdo mamá. Ya se lo llevo, adiós.

Salgo corriendo antes que me diga cualquier otro pedido. Mi madre y la señora Bing, la vecina, tienen cierto pique entre ellas y no paran de enviarse cualquier cosa que les dé por cocinar, tratando de ser mejor que la otra.

Me acerco a la casa y cuando voy a llamar a la puerta veo que está mal cerrada, la empujo levemente y se abre, no estoy seguro si llamar o simplemente entrar, llevo toda mi vida entrando y saliendo de esta casa sin ningún problema. Me conocen desde que nací, ya son nueve largos años.

Entonces oigo unos ruidos muy raros que provienen del salón, a un lado de la entrada, sin poder ir en contra de mi curiosidad me acerco a la puerta, también está entreabierta y cuando me acerco para echar un vistazo me encuentro a dos chicos desnudos, de espaldas a mí.

Uno de ellos inclinado sobre el sillón, mientras James Bing le aferra de las caderas empujando sobre el otro chico. Los dos gritan y gimen extasiados los fuertes sonidos de sus cuerpos entrechocando llenan el amplio salón. Me quedo de piedra mientras los miro, sin poder creer lo que veo, de repente sueltan fuertes gritos de éxtasis haciendo que me tambalee del susto y empuje la puerta mientras se me cae la fuente haciendo un fuerte ruido al romperse contra el suelo.

Ambos se giraron asustados, James desnudo con su polla dura y goteando su esperma se acerca a mí para ayudarme, pero yo suelto un grito mientras me levanto lo más rápido que puedo y salgo corriendo asustado, sin parar hasta llegar al parque.

Mi corazón retumba en el pecho, no puedo creer lo que acabo de ver. El chico al que siempre he admirado, al que siempre quise parecerme, estaba follando con otro chico. James se va a ir en unos meses a estudiar a la Universidad, es un gran estudiante y un brillante deportista y aunque yo soy un follonero, mal estudiante que se mete en problemas, siempre me contuve más o menos para poder imitar en cierta manera a mi ídolo.

Asustado aún, me sequé las lágrimas, enfadado conmigo mismo, cuando a lo lejos veo a mi "amigo" John Hollister. Un chico muy lindo y delicado al que permito que ande con mi gente, aunque nos metemos mucho con él.

-Hola John, ¿qué haces por aquí? -Me acerco y saludo mientras se sorprende.

-Hola Tom, resulta que el pesado de Ian viene en un rato a mi casa con su madre, como no quiero jugar con él, me escapé de casa. ¿Te apetece hacer algo?

-Cómprame un helado y vamos a tirar unas canastas.


No volví a ver a James después de esa vez, me mantuve alejado de su casa y finalmente me dejé llevar sin restringirme por mis malas decisiones. Estudié hasta los diecisiete años por exigencia de mis padres, pero estaba todo el día metido en peleas y problemas, bebía mucho, jugaba y probaba distintas drogas, comencé a llenar mi cuerpo de piercings y tatuajes que me daban aire de peligroso, me acostaba con cualquier chica que me sonriera, sin tener nunca ninguna relación real o seria y por fin John dejó de andar con nosotros y es el único de mi grupo de amigos que fue a estudiar a la Universidad. La verdad que me lleve una gran sorpresa ya que un año antes de terminar el instituto comenzó a salir con Ian, alguien a quien detestaba.


En cierto momento, mis padres se cansaron de mi forma de vivir y me exigieron que estudiara algo y me encontrara un trabajo, que no pensaban seguir pagando mis excesos. Yo tenía una moto y me gustaba arreglar y jugar con motores de coches, así que decidí hacer mecánica. No tardé en ser contratado en un taller en el que llevo desde entonces.

Mi familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora