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Volví a despertar enredado entre los brazos de James, duerme tranquilamente, su rostro sereno, como si no tuviera ninguna preocupación, tan lejos de la realidad. Vuelvo a escuchar el sonido que seguramente me despertó, es Sam, me mira mientras se mueve en la cuna, impaciente, el reloj me dice que son las siete, seguramente tiene hambre.

-Buenos días, amor. -Le susurro para no despertar a James. -Fuiste muy buena esta noche, me dejaste dormir de un tirón. -Estoy completamente desnudo, aun así, la cojo en brazos para llevarla a la cocina y preparar su desayuno.

-Te equivocas. -La ronca voz de James a mi espalda, me sorprende. -Despertó, pero dormías tan profundamente que yo le cambié los pañales y la volví a dormir.

-Muchas gracias, eso fue muy amable por tu parte. -Le sonrío, él también sigue desnudo parece tan cómodo como yo. -Voy a cambiar su pañal y darle el desayuno, después prepararé el nuestro. ¿De acuerdo?

-Si dejas que la coja unos minutos, podrás ponerte algo, si quieres.

-Buena idea, juega un poco con Sam, que siga de buen humor, cuando tiene hambre se pone a llorar muy fuerte.

Se la entrego y mientras me pongo un pijama veo como juegan y escucho las sonoras carcajadas de mi feliz hija, mi corazón golpea con fuerza mientras una agradable sensación recorre mi cuerpo.

Preparo el desayuno de Sam y mientras James se lo da, hago el café y unos mixtos para nosotros, tras desayunar James lava la loza, pongo a Sam en su parquecito jugando, recojo el dormitorio y me arreglo, poco después James también se prepara mientras visto a Sam y coloco todas las cosas que podría necesitar cuando estemos fuera de casa. Con todo listo y Sam cómodamente instalada en su cochecito nos encaminamos al mercado donde compraré verduras que usaré para preparar el puré de la semana que comerá Sam.

Voy mirando la lista que hice y adquiriendo distintas cosas, a mi lado James me va ayudando y recomendando, él es mejor que yo en todo esto, así que me dejo guiar. Tras esto paseamos hasta llegar a casa donde guardo toda la compra, para volver a salir y llevar a Sam al parque, haciendo que se deslice por el tobogán o jugando en los columpios disfrutando los tres de la agradable mañana.

James juega y entretiene a Sam, yo en la cocina voy preparando la comida de Sam, aparte de lo que terminaré congelando para la semana siguiente. Estoy sorprendido, pensé que me sentiría raro con James, después de lo de anoche, considerando que nunca he estado con un hombre y la extraña intimidad que se ha cernido sobre nosotros, me sorprende.

Mientras doy de comer a Sam y consigo que duerma un poco de siesta, James se hizo cargo de la cocina para preparar el almuerzo para los dos, nos lo comemos mientras vemos las noticias en la televisión. Poco después estamos recostados en el sillón viendo una película.

-Tom, ¿estás bien con lo que pasó anoche?

-Sí, me sorprendió, pero para ser sincero disfrute mucho, no me arrepiento ¿y tú?

-Yo tampoco, pero yo soy gay. -Me mira preocupado. -No quiero que te dejes llevar por nada que te complique la vida aún más.

-Es imposible que esto sea complicado, los dos sabemos que en unas semanas volverás a Nueva York, a tu vida. -Me deslizo hasta estar muy cerca de él. -Siempre he dicho que lo mejor es vivir el momento. Este es nuestro momento, disfrutemos ¿o quieres dejar las cosas quietas?

-No, te deseo, me gusta la manera en que ves las cosas. No puedo prometer nada más que diversión por unas semanas, si estás bien con eso, yo también.

-Pero verás ...yo...-Mierda ahora me siento tímido. -Yo no voy a poder tener sexo total, me refiero no me veo llegando a la parte de penetración. ¿Es un problema para ti?

Mi familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora