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Acostado en la cama, sobre mí James, sonríe mientras su mano recorre mi cuerpo con suavidad, me guiña un ojo y desciende para llenarme de besos húmedos, sus ardientes caricias hacen que se me erice la piel y no puedo parar de estremecerme.

-Abre las piernas, deja que me acomode entre ellas. -Le obedezco sin pensar. -Empezaré a prepararte, si sientes molestias o dolor no dudes en avisarme.

-No te preocupes, sé que serás gentil. -Trato de calmarle. -Estoy preparado, lo deseo tanto como tú.

Se aproxima para besarme, su lengua se enreda con la mía y empiezo a sentir como uno de sus dedos entra en mí poco a poco. Jadeo, tratando de relajarme. Siento como me devora sin saciarse mientras sus dedos van entrando en mí, va proporcionándome un increíble placer con su ardiente y juguetona boca, me traga, succiona y chupa mientras sus dedos se follan mi culo, nunca pensé poder disfrutar de esa manera, el tiempo pasa mientras mi cuerpo necesita más y más de él.

-Hazlo ya. -Jadeo intentando acercarlo a mí. -Métela ya.

-Sé paciente, no quiero hacerte daño. -Su rostro está sudoroso por el esfuerzo. -Falta poco, ten paciencia.

-No quiero correrme aún, por favor, entra ya. -Me besa para calmarme.

Sus dedos siguen aflojando y estirando mi ardiente interior, mis dedos se hunden en su espalda tratando de pegar nuestros cuerpos, de sentirle sobre mí y más cerca. Sus labios acarician mi rostro y sus dientes rozan mi cuello, mis hombros, vuelve a vagar por mi cuerpo tratando de entretenerme, pero lo único que consigue es que crezca el deseo y el anhelo de sentirlo dentro de mí.

-Me voy a poner el condón. -Dice mientras se separa, observo como se lo coloca y vuelve a colocar mis piernas para acomodarse entre ellas. -Voy a comenzar, si duele dímelo, me detendré.

-No, no dejaré que pares. -Jadeo desesperado de deseo.

Me quedo sin aliento cuando siento su dureza presionando en mí, poco a poco va deslizándose en mi interior, cada poco se detiene, para dejar a mi cuerpo que se vaya abriendo acostumbrándose a su presencia, respiro y jadeo, cierro fuerte los ojos mientras su presencia en mi interior se va haciendo más intensa.

Le oigo jadear, esforzándose en ir lento, siendo cuidadoso. Respira fuerte y sus labios acarician mi oreja, me levanta un poco más las piernas mientras prosigue entrando, intentando llegar a lo más profundo de mí.

-Respira, relájate un poco. -Su lengua acaricia el lóbulo de mi oreja. - ¿Cómo te sientes? ya falta poco.

No puedo responderle, solo jadeo y gimo mientras me siento invadido por él. Su olor, su aliento, su cuerpo unido al mío, somos uno por fin. Está completamente quieto, sobre mí, en mí. Abro los ojos y me encuentro con su mirada preocupada, con su pulgar limpia unas pocas lágrimas que se deslizan por mi rostro.

-Ya estoy completamente dentro, cuando te sientas más cómodo empezaré a moverme.

Rodeo sus caderas con mis piernas, el movimiento hace que se presione más en mi interior y que los dos gimamos, mis dientes se clavan en su hombro mientras muevo mis caderas para instarle a que comience a moverse.

En un principio siento más dolor que placer, pero poco a poco me voy acostumbrando y consigo disfrutar algo más, le veo esforzarse, sus ojos me observan buscando mi placer y se mueve en mi interior como buscando. En uno de sus innumerables empujones toca algo en mi interior que hace que suelte un grito y que por fin sienta más placer que dolor. Su sonrisa ilumina su rostro mientras todos sus movimientos son ahora para golpear ese punto que hace que los dedos de mis pies se cierren.

- ¿Estás bien? -Me pregunta. - ¿Te gusta?

-Sí, me gusta, más. Sí, justo así.

Incrementa los movimientos, su mano acaricia y se aferra a mi erección, su mano se mueve al ritmo de sus caderas, el dormitorio se llena de nuestros gemidos y de repente todo se vuelve blanco, brillante mientras grito y me vacío sin dejar de estremecerme, no mucho después James también llega al clímax dejándose caer sobre mí. Nos besamos y poco después se separa de mí, mientras se quita el condón para abrazarme. Un cómodo silencio desciende sobre los dos mientras nos recuperamos.

Me acurruco entre sus brazos, lo he extrañado mucho durante todos estos meses, me gusta sentir el calor de su piel y su olor, mi lengua se desliza sobre su cuello, saboreando su piel algo salada después del esfuerzo realizado.

-Deberías detenerte, si sigues haciendo esto tendré que volver a usar tu maravilloso culito para mi placer.

-Yo también sentí placer. -Le beso el duro mentón mientras mis dedos juguetean con sus pezones. -Después de tantos meses de espera, tienes la responsabilidad de darme más placer.

-Tom, no quiero sobrepasarme. -Sus ojos me miran preocupados, aunque su mano se desliza por mi espalda, bajando hasta deslizar un dedo por la raja de mi culo. -Mierda, no deberías incitarme tanto. Mañana no estaré aquí.

-No me importa el mañana, estoy hablando de hoy, de esta noche. -Me pego a su costado, dejando que nuestros cuerpos se toquen por completo. -Quiero tener una larga noche de placer.

-¿Quién soy yo para oponerme a tus deseos? -Me besa con dulzura. -Eres demasiado cautivador.

Empieza a besarme con ardiente pasión. Ya no volvió a discutir ni a negarse a mí, fue delicado, suave, ardiente, haciéndome suyo una y otra vez durante toda la noche. La luz del amanecer nos encontró aún retozando en la cama, saciando nuestro deseo de tantos meses, no sabiendo cuando volveremos a poder estar en brazos del otro.

La alarma de su móvil sonó, justo en el momento en el que nos corríamos, saliendo de mi cuerpo y besándome odiando tener que levantarse. Me acomodé en la cama mientras le informaba donde estaban las toallas y que podía comer lo que quisiera antes de marcharse.

-No tengo tiempo. -Me besa la frente. -Me baño y corro a la estación de tren. Tengo que llegar al trabajo a la hora.

-Muchas gracias por venir a ayudarme.

-Estoy disponible siempre que me necesites. Voy a ducharme que se me hace tarde.

A pesar mío, me quedé dormido y no me enteré cuando se marchó ni pude despedirme de él.

Continúa>>>

Mi familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora