7

753 102 12
                                    

Hace cosa de un mes que James regresó a su vida, se marchó y yo sigo aquí con la mía. Aún lo extraño y lo busco dormido en la cama, para despertarme y recordar que ya no está conmigo. Me cuesta dormir recordando su cuerpo, sus besos, nuestras conversaciones, como cuidaba de Sam.

Sam empieza a decir palabras que se le van entendiendo y cuando me ve un poco alicaído hace alguna monería para que no esté serio. Es demasiado perceptiva. De todas formas, seguimos en contacto y hablamos algunos días. Pero no le cuento nada de todo esto, no le digo que lo extraño ni nada de lo difícil que es mi vida sin él.


- ¿De veras estás bien? -John me sigue mirando preocupado. -Tienes ojeras y estás muy triste, no creas que no me he dado cuenta, solo quería ver si se te iba pasando.

-No es la gran cosa, no te preocupes.

- ¿Por qué no le dices lo que sientes por él?

- ¿A qué te refieres? -Le miro sorprendido.

-Que sepa hacerme el tonto, no quiere decir que lo sea. -Me sonríe con tristeza, mientras le hace cosquillas a Sam. -Vi como fue evolucionando vuestra relación. Me refiero a James. -Ahora sí que me sorprendo. -En mi boda bailaron muy acaramelados, también las miradas que se echaban quemaban.

-Vamos, no fue la gran cosa, solo sexo. -No voy a negar nada, no me arrepiento.

-Habla con él, dile que te enamoraste. Al menos cuéntale de tus sentimientos, que él decida lo que hacer.

-Yo nunca me he enamorado. -Lo miro horrorizado. -No va a cambiar su vida por algo que ni siquiera sabemos cuánto duraría, solo fue deseo.

-De acuerdo, lo dejamos así. Pero sabes que, si necesitas cualquier cosa, aquí me tienes. -Me palmea la espalda con cariño. -De todas formas, lo verás dentro de poco.

- ¿Por qué? -Le pregunto sin poder entender.

-Supongo venga para el cumpleaños de Sam, o para las fiestas navideñas incluso algo antes para Acción de Gracias.

-Nada de eso. No va a poder venir a nada, se tomó mucho tiempo de vacaciones, ahora está muy ocupado en un caso muy importante y sin tiempo para venir o hacer una pequeña escapada.

-Entonces ve tú a verlo. -Me sugiere sonriendo.

-Mierda John no insistas, los dos sabíamos que solo era durante lo que estaba aquí, una diversión sin más, deja de obligarme a llevarlo más allá.

-Pues entonces quita esa expresión de tu cara, parece como si fueras a echarte a llorar en cualquier momento.

-Joder, ¿recuerdas con quién estás hablando? Aún te puedo meter algún puñetazo.

-No hay nada más lindo que un matón, con una hermosa y cruel cara y con problemas amorosos.

-No tengo problemas amorosos. -Le gruño.

-Ok, no te daré más el coñazo, pero deja de estar tan triste, hasta Sam lo nota.


Estoy tan triste, es cierto, le echo tanto de menos, sé que no fue durante mucho tiempo, que los dos sabíamos que solo duraría hasta que se marchara, pero fui tan feliz con él todos esos días. Nunca en toda mi vida he sido tan feliz. Simplemente hablando, viendo una película, comiendo o bromeando.

Pero tuviste que irte, todo terminó y ahora qué hago yo sintiendo así, como voy a olvidar si sigo aquí y ahora qué hago yo con esta gran tristeza que me llena y se resbala de mi piel en grandes oleadas de amargura, por perderte, por saber que no es posible nada más de lo que hubo. Añoro sus besos, sus caricias y hasta el susurro de su voz.

Las semanas parecieron pasar muy rápido, estaba muy liado entre unas cosas y otras, pasó el cumpleaños de Sam, su primer cumpleaños, tras esto fueron las fiestas navideñas, cambio de año y otra vez a trabajar, debido al frío y la nieve parecía que se estropeaban más y más coches, sin embargo, daba igual el tiempo que pasara, no escapaba de mi mente el hermoso rubio. No sé la cantidad de pajas que me he hecho recordando su cuerpo, su boca, sus manos.


Hoy es un día en el que he tenido varios clientes, le pedí a mi madre que se quedara con Sam, para así poder descansar al menos una noche entera, agotado estoy terminando con el último vehículo, hace una hora o así que les dije a mis empleados que se fueran a descansar, han estado varias mañanas sustituyéndome, porque he estado mirando guarderías para matricular a Sam en septiembre, no estoy muy seguro aún de donde ponerla, ya que hay varias cerca de donde vivimos. Escucho ruido de pasos y me quedo en shock al levantar la vista.

- ¿Qué haces aquí? -Sorprendido, me sale el tono de voz agitado.

-De visita, supongo. -Sonríe mirando alrededor. - ¿Así me recibes?

- ¿Que esperabas?

-Dime Tom, ¿dónde está la niña?

- ¿Por qué te interesa?

-Me gustaría verla.

-Mierda Meg, no puedes aparecer cuando quieras para ver a la niña. Te marchaste. -La miro horrorizado, está drogada. -No puedes venir en este estado.

-Bueno, entonces vamos a hablar de lo que realmente me interesa.

-De acuerdo, entra a la salita.

Entra y se deja caer en uno de los sillones, parece no estar en muy buenas condiciones, ya no es la chica sexy y sensual, está muy delgada y usa demasiado maquillaje, el pelo no lo lleva bien limpio y su olor corporal es desagradable.

-Te veo muy guapo. La paternidad te sienta. -Sus ojos me recorren con lujuria. -Si antes follabas sin parar, no quiero pensar en lo que será ahora.

-No es algo de lo que piense hablar contigo. -Me desagrada que esté aquí, menos mal que Sam está con mis padres. - ¿A qué has venido?

-Me voy a llevar a la niña.

-No puedes llevarte a la niña, la abandonaste, el mes que viene hará un año de eso.

-Bien, si quieres que te deje a la niña y no te dé problemas, dame dinero.

-Me parece que no te entendí bien. -Me estoy enfadando.

-Me das cinco mil dólares y no vuelves a verme.

-No tengo ese dinero y aunque lo tuviera no voy a comprar a mi hija.

-Bien si no lo quieres a las buenas, será a las malas. Te voy a demandar, siempre nos dan la custodia a las madres. -Me mira como si me estuviera venciendo. -Entonces tendrás que darme diez mil, para recuperarla.


Llamé a John, estaba preocupado y quería contarle lo que me había pasado, sé que tengo la custodia de la niña y que eso me ayudará en el juzgado, pero estoy preocupado. Ian y John no tardaron en llegar a mi casa para que les contara todo con detalle.

-Joder, tu ex es de lo peor. -Ian me mira preocupado.

-Tom, debes llamar a James, necesitas a un abogado, él te ayudará. -John está preocupado y es lo único que se le ocurre.

-No puedo molestarle con estas cosas, te dije que está muy ocupado con un caso muy importante. -Me froto el pelo nervioso. -Además, él no se ocupa de estos temas.

- ¿Entonces qué harás?

-No creo que tenga que hacer nada, tengo la custodia, con eso será suficiente. Lo que me preocupa es que ella vea a la niña o se la lleve. -Los miro desesperado. -Os pido por favor, que se queden con Sam. Ella no sabe donde vivís y no pensará que esté con vosotros. Seguro estará rondando la casa de mis padres y la mía, necesito saber que está segura.

-Eso no es problema. Cuidaremos de ella y te dejamos llaves de casa para que entres cuando quieras.

Estuvimos hablando un poco más cuadrando y planeando que hacer. Estoy muy preocupado y espero que cuando llegue el día que tenga que presentarme ante el juez, sirva el que ella nos abandonara de esa manera. 

Continúa>>>

Mi familiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora