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–Os habla Niall Horan y estáis escuchando Calor en las Ondas, en la emisora WTLK– anunció en el micrófono, acompañado por una suave melodía de jazz –Hasta ahora hemos escuchado algunos comentarios fascinantes sobre lo que los hombres encuentran irresistible en una mujer o un doncel. He aprendido muchas cosas durante la conversación de esta noche, pero todavía queda mucho por aprender. Los que sois oyentes habituales de Calor en las Ondas ya conocéis al próximo oyente que va a intervenir, alguien que está empezando a convertirse en un invitado muy especial de nuestro programa. Hola, Harry. ¿Cómo estás esta noche?

–Acalorado– contestó él con voz ronca. Niall rio suavemente y él la imitó.

–¿Acaso no lo estamos todos? ¿Pero quién es el responsable de tu calor? ¿La ola de calor que asola Chicago, o alguna otra cosa?

–Estoy en una habitación con aire acondicionado, así que no puedo decir que mis elevadas temperaturas estén relacionadas con el clima.

A Niall no le pasó por alto su insinuación, ni tampoco el efecto que tuvo en él.

–Supongo que una ducha fría podría ayudarte.

–Hum. Eso ya lo he intentado– un deje de diversión teñía su maravillosa voz de barítono –Pero solo ha sido un alivio temporal.

–Me alegro de que el calor no te haya impedido llamarnos. Hay muchas mentes curiosas que están deseando saber... qué es lo primero en lo que te fijas cuando ves a un delicado doncel o una hermosa mujer, y qué es lo que consigue retener tu atención después de la primera mirada.

–La inteligencia y el sentido del humor son las primeras cosas que me llaman la atención– comentó él en tono pensativo –Últimamente he descubierto que la risa es una forma inmejorable de aliviar tensiones.

–También lo es el sexo.

En cuanto sus palabras comenzaron a volar por las ondas, Niall hundió la cabeza entre las manos y la sacudió con fuerza. Él no reconocería un buen encuentro sexual aunque lo tuviera delante de las narices, pero su audiencia no tenía por qué saberlo. Hacía tanto tiempo que no se acostaba con un hombre que casi podría volver a ser calificado como virgen. Era sorprendente que con solo un micrófono fuera capaz de disimular su absoluta inexperiencia.

–Me gusta tu forma de pensar– se adivinaba una perezosa sonrisa en la voz de Harry y Niall sintió una inconfundible vibración en el vientre –Eh, a lo mejor acabamos de descubrir una nueva técnica para aliviar tensiones. ¿Has pensado en el efecto que la risa y el sexo podrían tener sobre el estrés de cualquiera?

En lo único que Niall podía pensar en aquel momento era en disfrutar de una noche de sexo con él, en la manera de sofocar aquel deseo y en la larga y agitada noche que tenía por delante.

–¿Qué te parece si dejamos ese tema para otro programa?

–Perfecto. Veamos...– continuó. Su voz se había convertido en un suave ronroneo que vibraba hasta en los rincones más secretos de Niall –También me siento atraído por los labios de un doncel. Unos labios suaves y brillantes me hacen desear deleitarme con besos largos y profundos. También adoro las sonrisas cargadas de erotismo que me hacen sentirme como si fuera el único hombre al que un doncel desea.

Inconscientemente, Niall se mordisqueó el labio inferior y saboreó los restos del bálsamo rosado con sabor a algodón de azúcar que llevaba. Dulces, sedosos... Un calor liquido se extendió por su cuerpo mientras su mente conjuraba imágenes de Harry mordisqueando sus labios entreabiertos para hundirse después en las profundidades de su boca y devorarlo a besos. Para su más absoluta vergüenza, escapó de su garganta un pequeño gemido.

𝑣𝑜𝑐𝑒𝑠 𝑠𝑒𝑑𝑢𝑐𝑡𝑜𝑟𝑎𝑠 ;𝑛𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora