MARATÓN 2/3
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–Vamos Niall, cuéntamelo, ¿qué tal el fin de semana?
Niall dejó el bolso en la estantería del estudio y se volvió para encontrar a Troye apoyado contra la puerta del despacho de Shawn con los brazos cruzados y expresión expectante.
–Al igual que el resto de mis oyentes, tendrás que esperar a oír los detalles sobre nuestra cita en el programa... dentro de veinte minutos.
–¡Eh, no es justo!– se quejó su amigo con un puchero. Unos segundos después, una sonrisa reemplazaba su enfurruñamiento –Solo dime: ¿te vinieron bien los preservativos?
–Sí– admitió Niall. Todo su cuerpo ardió al recordarlo –Me vinieron muy bien, muchas gracias.
–Qué suerte tienes– suspiró Troye con envidia –Y como yo te suministré los preservativos, tengo derecho a información privilegiada.
Niall elevó los ojos al cielo mientras pasaba por delante de Troye para acercarse a la máquina expendedora. Naturalmente, Troye lo siguió, decidido a obtener información. Pero Niall comprendió en ese momento que no tenía ganas de compartir detalles de su relación, ni con él ni con su audiencia.
No había vuelto a ver a Harry desde la tarde del día anterior, cuando le había dejado en su apartamento después de haber pasado unas horas con Selena y Gracie. Y, para su sorpresa, ya lo echaba de menos.
En cualquier caso, ya le había contado a Troye lo suficiente como para despertar su interés. Miró a su amigo por encima del hombro y sonrió.
–Digamos que me ha convertido en un adicto al sexo.
–¡Guau! ¿Pasaste toda la noche con él?
–Sí, pasé toda la noche con él– se metió las manos en el bolsillo delantero de los pantalones, sacó dos billetes de dólar y los insertó en la máquina. Inmediatamente sacó un tema de conversación menos comprometido –Y ayer vino conmigo al Centro. Y, por supuesto, fue encantador con todas ellas.
Presionó un botón para sacar un paquete de galletas de queso.
–Hum, ¿no crees que es un amor– preguntó Troye con aire soñador.
Un amor. Aquella palabra, referida a Harry, hizo que Niall se sobresaltara. Especialmente porque estaba interrogándose a sí mismo sobre sus propios sentimientos hacia él y todavía no había encontrado una respuesta sólida y concreta.
Apreciaba a Harry, lo respetaba y disfrutaba hablando con él. Y no había duda alguna de que lo deseaba.
Pero también había compartido con él una parte muy íntima de sí mismo al invitarlo al Centro.
Como casi era de esperar, Harry había encajado perfectamente en aquel ambiente. Se había mostrado sensible, comprensivo y sincero cuando la situación lo requería y alegre y divertido en los momentos más relajados. Incluso había hablado con Selena acerca de su decisión de dejar a su marido y había intentado ayudarla a vencer sus miedos. Y aunque Niall todavía no iría tan lejos como para denominar «amor» a lo que sentía hacia él, sus sentimientos no se parecían a nada de lo que había sentido por otros hombres.
Mientras mascaba las galletas, Niall le contó a Troye que Harry había sugerido llevar a Selena y a su hija a un crucero por la bahía y le comentó lo mucho que se habían divertido visitando el acuario y el Museo de la Infancia. Allí había descubierto Niall que Harry era un hombre grande con el corazón de un niño. Había jugado con Gracie en los canales de agua y en la sección de laboratorio y había seguido a la niña por las diferentes atracciones mientras él y Selena los observaban disfrutar.
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𝑣𝑜𝑐𝑒𝑠 𝑠𝑒𝑑𝑢𝑐𝑡𝑜𝑟𝑎𝑠 ;𝑛𝑠
Teen Fiction|| ɴ ᴀ ʀ ʀ ʏ || La sensación de vértigo, adrenalina y excitación que le recorre el cuerpo con tan solo escuchar aquella voz aterciopelada y masculina, todos los días a la misma hora y en el mismo lugar, es solo, su punto de quiebre. Siempre acompañá...