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Niall permanecía sentado en un banco de madera, a la sombra, sonriendo mientras Selena mecía a Gracie en uno de los columpios del parque. La pequeña gritaba encantada:–¡Más alto mamá, más alto!
Selena obedecía sonriendo y Niall las observaba disfrutando del sol de la mañana. Niall había prometido que se pasaría por el refugio ese sábado y se había llevado una agradable sorpresa al descubrir que Selena continuaba allí y no había vuelto con su marido.
En vez de pasar las pocas horas de las que disponía en la residencia, Niall había animado a Selena para que llevara a Gracie al parque con intención de invitarlas también a tomar un helado.
Después de haber pasado diez minutos columpiándose, Gracie decidió explorar una estructura de juego a basé de puentes, toboganes e incluso una fortaleza. Selena la bajó al suelo y Gracie corrió rápidamente por la arena para trepar por una cuerda a la compleja estructura. Allí encontró otra niña con la que compartir sus juegos. Selena regresó entonces al banco y se sentó al lado de Niall.
–Bueno, ¿Me vas a contar cómo terminó en realidad tu cita con Harry?– le preguntó Selena.
Niall le sonrió a aquella mujer que en los últimos meses había llegado a convertirse en una amiga. Soló deseaba que las circunstancias que los habían unido hubieran sido otras. Aunque Selena llevaba gafas de sol, todavía era visible el moratón de su mejilla.
–La cita terminó tal como expliqué en antena, con un beso.
Y los dos mejores orgasmos de su vida. El corazón se le aceleraba al recordar lo que había ocurrido en las escaleras de la emisora; había sido una rendición física más allá de todo lo que podía haberse imaginado. Harry no solo había demostrado ser tan sexy como el pecado, sino también increíblemente sensible y cariñoso, y aquella era una peligrosa combinación para el bienestar emocional de Niall.
Después de transformar su cuerpo y su mente en gelatina con aquellos dos orgasmos, Harry lo había acompañado al coche, le había dado un beso en los labios y le había deseado dulces sueños con un suave susurro. Los sueños de Niall habían sido cualquier cosa menos dulces. Habían sido tórridos, sensuales, salvajes. Harry había jugado un importante papel en sus fantasías nocturnas y Niall sé había despertado anhelando la clase de seductora libertad que Harry le había proporcionado.
Niall deseaba una nueva dosis de aquellos orgasmos tan deliciosos como adictivos. Deseaba a Harry y la idea de tener una aventura con él le resultaba cada vez más apetecible. Podrían disfrutar de su atracción en antena y participar de su mutuo placer sin que la amenaza de las demandas emocionales enturbiara su mente. Ya le había explicado a Harry que no deseaba ninguna relación seria o complicada y él parecía haberlo aceptado.
–¿Vas a volver a salir con Harry?–le preguntó Selena con curiosidad. Niall sonrió maliciosamente.
–Hum, esa parece la pregunta del millón de dólares– bromeó –Pero tendrás que esperar para saber lo que pasa, como todos los demás.
Incluido él mismo. Todavía no le había garantizado a Harry una segunda cita y él se había comportado como un caballero ejemplar, aunque podía haberlo coaccionado y haber obtenido un inequívoco «sí» cuando Niall estaba a punto de llegar al segundo orgasmo.
–Bueno, espero que haya una segunda cita– le dijo Selena, mirando a su hija, cuyas carcajadas de felicidad le hacían sonreír –Oíros a los dos en antena... bueno, es como si los dos tuvierais que estar juntos necesariamente... Eso me hace sentir la esperanza de que quizá al final yo también encuentre a un hombre como Harry.
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𝑣𝑜𝑐𝑒𝑠 𝑠𝑒𝑑𝑢𝑐𝑡𝑜𝑟𝑎𝑠 ;𝑛𝑠
Teen Fiction|| ɴ ᴀ ʀ ʀ ʏ || La sensación de vértigo, adrenalina y excitación que le recorre el cuerpo con tan solo escuchar aquella voz aterciopelada y masculina, todos los días a la misma hora y en el mismo lugar, es solo, su punto de quiebre. Siempre acompañá...