10. Alta

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"No hay motivos para decirnos adiós tan pronto, sigo vivo, créemelo mi amor no soy tan tonto, si tú quisieras ir esta noche ir a bailar un chachachá, yo te puedo enamorar..."

~ C A L L E ~

Rápidamente nos separamos antes de Laura cruce la puerta de el cuarto de hospital, ella nos ve con curiosidad, pues Poché se ponía la camisa sin pudor alguno, yo me sonrojé un poco y fulminé a la peliazul con la mirada, ella solo me sonrió inocentemente.

— ¿Cómo estás? — se acerca a Lau a mi.

— Oye Laura, voy a mi casa a darme un baño y a comer, ¿te la puedo encargar un rato? — dice Poché tomando su celular del sillón que se encontraba a mi lado.

— Claro — le sonrió amablemente.

— Vengo en una hora Dani, ¿si? — asiento con la cabeza y ella se acerca a darme un beso en la frente, se despide de Lau y sale de la habitación. Esperamos unos minutos en silencio para hablar cómodamente.

— Parece que me vas ganando — me guiña un ojo Lau.

— Así es, a comparación de ti, ella ya es mi amiga — le doy una mirada de superioridad.

— Bueno, pero cuando ella me conozca no va a querer ser solo mi amiga — me guiña un ojo y yo suelto una carcajada.

— Ajá, pero ¿con quién estaba ahora?¿quién se quedó con ella toda una noche? — le dije retadoramente.

— Cállate, ni estabas despierta — ambas reímos — por cierto, hoy en la mañana alguien apareció en mi puerta buscándote — abrí los ojos como platos.

— ¿Le dijiste lo del accidente? — pregunté preocupada, no quería que viniera, porque seguramente nos quedaríamos a solas, y yo con costillas, cadera y una pierna rota, no podría moverme e ignorarla.

— No, para nada, le dije que te fuiste a España — abrí los ojos aún más.

— ¿Y te creyó? — pregunté realmente sorprendida.

— No, pero solo me dijo que cuando volvieras le avisara, y le dije que si — se encogió de hombros.

Quedamos platicando de otras cosas, le conté de cómo iba mi amistad con Poché, lo extraño que había sido recordar todo lo que me pasaron en estos años justo cuando estaba inconsciente, cómo había sido el accidente y más cosas.

— Oye, por cierto, ¿por qué Poché no tenía la camisa puesta cuando entré? — pregunta con curiosidad y mirándome con picardía.

— No es lo que crees, le mostré mi tatuaje y ella se quitó la camisa para mostrarme que tenía el mismo tatuaje, exactamente en el mismo lugar — me encogí de hombros restándole importancia.

— Espera un minuto, ¿ella tiene exactamente el mismo tatuaje que tú? — me pregunta sorprendida.

— ¿Estás sorda o qué?si, ella tiene el mismo tatuaje que yo — giro los ojos divertida.

Le restamos y comenzó a hablarme de un intercambio que habría en la escuela, ambas decidimos que queríamos ir a México, ya que nunca hemos ido, y dice Lau que las chicas de ahí están muy buenas.

— Por cierto Lau, ¿podrías preguntar cuando me dan de alta? — ella asiente y sale de la habitación.

Segundos después,Poché aparece en la puerta con bonito arreglo de flores.

(...)

Poché empujaba mi silla de ruedas fuera de ese hospital, habían pasado tres días para que me dieran el alta, pero tenía que estar viniendo constantemente, para medicamentos, que me quiten varias cosas y la fisioterapia, a la que Poché se había ofrecido.

Ella me llevó a mi casa, donde me esperaban Lau y Lu, se despidió de las tres y me dijo que nos veríamos en la escuela mañana, ambas me dieron una mirada de complicidad, había tratado de convencer a Lau de que se retirara de la apuesta, pero no logré nada, solo que su instinto competitivo se activara, así que solo haría lo que sé hacer.



















° P O C H É °

Después de dejar a Dani en su casa, me dirigí a la mía, Cris había encontrado cosas bastantes interesantes de lo que le había pedido. Después de unos dos días, la mordida se había desinflamado y ahora solo se veían dos puntos cafés nada sospechosos.

— ¿Qué fue lo que encontraste? — dije automáticamente entrando a su habitación ponía el seguro, absolutamente nadie sabía de la mordida, sólo él sabía.

— Si, hola, yo estoy bien, gracias — me voltea a ver en su silla rotatoria.

— Si, si, yo también te amo — jalé una silla al lado de él y de su laptop. El gira sus ojos y voltea hacia la laptop.

Comenzó a explicarme unas cosas que no entendía muy bien.

— A ver, para el tren — le dije levantándome de la silla — No te estoy entiendo ni pío — le dije cruzandome de brazos, el rueda los ojos.

— Verás, si tendrás varias habilidades, como cualquier vampiro, no sé muy bien cuáles porque estas son solo leyendas, además, por lo que me contaste sa ya debió explicarte todo eso — asentía — hay algunos sitios en la web que dicen que tus habilidades de vampiro y demonio estarán por separado, pero hay otros lugar donde dicen que tendrás tus habilidades y aparte más y distintas a cualquier otro, ya que eres una híbrida. También dicen que tendrás complicaciones, ya que ahora eres dos especies muy diferentes, y puede que los ataques de ira que tengas sean mucho más intensos, así que tendrás que aprender a controlarte — procesé todo lo que me acaba de decir.

— ¿Hay algo más? — me volví a sentar, pero esta vez en su cama.

— Según esto — voltea hacia su laptop — los vampiros, demonios, lobos y hechiceros no se llevan nada bien hace cuatrocientos años, así que eso también te puede traer problemas — cuando creí que era todo, volvió a hablar — y hay algo que se llama "noche de luna roja" que es una guerra entre muchas especies, no solo de las cuatro que te dije, se ven involucrados elfos, trasgos, quimeras, centauros, gorgones, pegasos y dragones, esto pasa cada quinientos años, y digamos que esos quinientos años pasaron ya, y la próxima luna roja se estima en unos nueve meses. — me ve preocupado — Claro que tú no estarás en esa guerra porque tienes que hacerte cargo de tu puesto en el infierno — cierra su computadora, suspiro frustrada.

— ¿Sebas? — 

— No, ambos gritan muy fuerte — se encoje de hombros — que suerte que Alejo no escuchó — y sale de la habitación.

Genial, lo que me faltaba, una guerra.


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Hija del Infierno - TERMINADA - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora