9. Presentación

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"Yo pierdo la cabeza, pierdo el dueño, yo pierdo la razón, pierdo mi voz, pero no sé que ganas con robarme el corazón"

~ C A L L E ~

— ¡Pudiste decirme que ella se fue! — había comenzado a recordar.

— Sabía que te molestarías — María Fernanda rueda los ojos, ahora recuerdo una de las razones porque dejó de ser mi madre.

— Era mi maldita mejor amiga, y tú la enviaste lejos, era la única persona que sabía por lo que habíamos pasado, y la enviaste lejos — mis ojos se llenaron de lágrimas y mi pecho dolía, la herida seguía abierta, no había superado su partida.

— Déjalo ya Daniela, olvidala, será más fácil para las dos — Mafe de un portazo y todo se comienza a desvanecer, tenía que recordar la peor parte de ese día, claro. (Notese el sarcasmo)

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— No tienes que irte, quédate, por favor — un nuevo recuerdo aparece frente a mí, su partida.

— Debo irme Dani — no, no te vayas, no otra vez.

— ¿Te volveré a ver? — que ilusa fui.

— Claro que sí pequeña — ella limpia mis mejillas, y juré escuchar mi corazón romperse un poco más.

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— Lo mataron y todo fue tu culpa — otro recuerdo, y de los peores, ¿qué mierda pasa?¿por qué estoy recordando todo ahora?

— ¡No fue mi culpa!¡Fue la tuya, tú lo enviaste al matadero, fue tu culpa, no mía! — me tensé y lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas nuevamente.

Este fue uno de los peores días de mi vida, cuando vi con mis propios ojos cómo lo mataba un demonio. Por eso los odio.

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Y pasamos a uno de mis sueños más concurrentes desde que la rubia se fue, correr por un bosque, pero al final, siempre me atrapaba y me devoraba, aunque en esta y la última vez fue diferente, solo volteo a verla y esos ojos olivo me atraviesan por completo. 

— Oh no... — escucho que mi boca dice sin yo quererlo, frunzo el ceño confundida.

Y antes de que pudiera hacerme algo, abro los ojos.

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Al abrirlos, lo primero que noto es una luz blanca cegadora encima de mi, y que no estaba durmiendo en mi cama, ¿dónde estaba?

Me senté sobre donde sea que estaba dormida, noté que, efectivamente  no era mi habitación, mi respiración estaba muy agitada y que todo el cuerpo me dolía, sentía como si un camión me hubiera arrollado, miré a mi alrededor y pude notar que estaba en una habitación de hospital.

¿Por qué estaba en un hospital?¿Qué había pasado?¿Cómo llegué aquí?¿Y los chicos?¿Por qué justo ahora había recordado todo eso? Y lo más importante ¿Qué mierda hacía Poché en mi habitación?

Así es, Poché estaba al otro extremo de la habitación, noté que su respiración también estaba acelerada, la vi con extrañeza.

— Ah...¿Qué... — había pensado en preguntarle qué había sido eso, pero decidí no hacerlo, sería demasiado extraño — qué hago aquí? —me decidí.

— Tuviste un accidente — la escuché suspirar y se acercó a mi. Yo estaba en shock, ¿un accidente?

—¿Qué? — murmuré asustada.

Hija del Infierno - TERMINADA - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora