24. Sin corazón.

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"Un corazón es una carga pesada de llevar..."

Maratón 2/?

° P O C H É °

— ¿Qué es lo que te pasa? — pregunté al rubio mientras él se posicionaba delante de mi. Habíamos decidido salir al jardín para que no interrumpan nuestra plática.

— ¿Qué me pasa de qué? — dice encogiéndose de hombros, despreocupado.

— ¿Qué te pasó?¿qué te hice?¿por qué actúas así? — lo tomé de la cara, tratando de descifrar su fría mirada. 

— No me hiciste nada, Poché — sonríe, pero esa sonrisa no le llega a los ojos. Toma mis manos y las aparta.

— ¿Qué fue lo que cambió?.

—  Mi humanidad, eso fue lo que cambió — dijo distante.

— Sabía que transformarte no era buena idea — me llevé las manos a la cabeza, frustrada.

— Es una buena idea Poché, solo dame tiempo, no es fácil desprenderse de lo que fui toda mi vida — dice con una sonrisa torcida.

— Eso dímelo a mí — desvié la mirada y comencé a caminar dentro de la casa, no podía retroceder el tiempo para cambiar mis acciones, era poderosa, pero no era Dios.

— Poché — me llamó.

— No — levanté mi mano para que no dijera nada más — No — murmuré y terminé de entrar a la casa.

La puerta del jardín conectaba directamente con la sala de la casa, donde se encontraban todos, y cuando digo todos, era todos.

— ¿Qué diablos hacen ellos aquí? — pregunté a Johan.

— Vinieron solos — se encogió de hombros levantando ambas manos.

Volteé a verlos, Sebastián estaba transformado en su vampiro hablando con Lu, Santiago estaba platicando plácidamente con Juan y los dos se sonreían, y Alejo solo estaba sentado, mirando una planta que había en la mesa, que se situaba en el centro de la sala, sus ojos estaban rojos y tenía unas ojeras enormes, su cabello estaba desordenado y movía las manos nervioso. Sentí un dolor punzante en el pecho al verlo así, pero lo ignoré.

— ¿Qué hace aquí el trío de traidores? — pregunté a Sebastián con amargura, cruzándome de brazos.

Cris entró a la casa y vio a Santiago con Juan, torció la boca, caminó hasta ellos, tomó a Juan de la mano y se lo llevó a mi lado, le pasó un brazo por encima de los hombros y Juan solo se sonrojó sin decir nada.

— Solo los veníamos a ver a ellos, de haber sabido que estaban aquí ni siquiera hubiéramos venido — dice levantándose del sillón.

— Como sea, de todos modos tengo algo que hacer — metí mis manos a los bolsillos de mi pantalón deportivo.

— Pero, tú y yo tenemos que hablar — nos interrumpe Dani haciendo un puchero.

— Justamente por eso — le sonrío tiernamente. — Pro no lo haremos aquí, quiero llevarte a un lugar — me acerqué a ella y la ayudé a levantarse del sillón.

— Yo también tengo cosas que hacer — menciona Cris tomando la mano de Juan, mientras ambos intercambian miradas y sonrisas.

— Puede quedarse o irse, como sea, Alexia conoce el camino a casa — digo a Johan y a la mencionada. — Ahora si nos disculpan, la señorita Calle y yo tenemos una plática pendiente, y no prometo traerla esta noche — dije algo apenada.

Hija del Infierno - TERMINADA - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora