15. Noah

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"No quiero contar todas las cosas que a final de cuentas sé que nunca hicimos, no quiero contarlas porque sé muy bien que si las cuento tal vez no termino..."

- Morat

° P O C H É °

— La respuesta a los conflictos, no es la violencia pequeña, debes hablarlo y tomar las cosas con calma ¿si? — 

Que ironía, pero yo me parecía más a mi padre, no a mi madre, y resolvía las cosas a puños todo lo hago así desde que ella se fue, pero la diferencia es que yo peleaba por un cono de helado con Ale ese día, ahora peleo por provocaciones y por comprobar algo de lo que no sé si sea posible.

— Tranquila, todo va a estar bien, me tienes a mi — me dio un suave apretón en mi hombro Cris. Sonreí débilmente, esto o podía salir muy bien, o muy mal.

Llegamos en menos de 15 minutos a una de las entradas al bosque de robles, estaba preocupada, Sebas me podría traer demasiados problemas si el alfa de otro clan lo había mordido, ya que, como me explicó Sam, está en sus últimos días de vida, y decidió que yo sería su sucesora para la guerra de luna roja. Él no tenía ni idea de mi plan de juntar las cuatro especies más poderosas.

— ¿Por qué dejarás la escuela? — me pregunta Cris mientras caminamos al centro del bosque para no llamar la atención.

— Te lo cuento después, ahora no — le sonreí. 

En cuanto llegamos, me quité la chaqueta de mezclilla que llevaba puesta, tenía puesto unos jeans negros y una playera blanca, hasta sentía lástima porque los jeans pasarían de negro a blanco, y la camisa de blanca a negro.

— Johan, Alejo, adiós — les indiqué dejándole mi chaqueta a Cris.

— Pero... — antes de que Ale pudiera reprochar Johan se lo llevó.

Santi se llevó un poco lejos a hablar de algo que no nos importaba, hice lo mismo con Cris.

— ¿Estás segura de esto? — posó su mano izquierda en mi hombro.

— No — suspiré.

— ¿Qué harás si se convierte en vampiro? — 

—No lo sé, lo pensaré en el momento, pero lo más probable es que nos enfrentemos entre especies, y si se pone fea la cosa, combinaré mis especies. — No le puede ganar a un demonio beta híbrido.

— De acuerdo —

— Garzón — me llamó Sebas. Comencé a caminar hacia él hasta que Cris me detuvo.

— Tranquila, no te sobrepases — asentí ligeramente y me soltó.

— ¿Lista para la mejor paliza de tu vida? — me dice con un tono burlón, ruedo los ojos.

— Ya quisieras —dije cautelosa, aunque fuera más poderosa que él, cabía la posibilidad de que fuera muy fuerte.

Todo comenzó con un golpe de su parte hacia mi cara, el cuál pude predecir y esquivé. Pensé, cómo podría hacerlo enojar y que me dejara ver lo que era. Así que opté por la opción de provocarlo.

— ¿Eso es todo lo que puedes dar? — dábamos vueltas en círculos mientras el daba golpes que se quedaban en el aire. Yo no atacaba.

Él solo se quedó en silencio, pude ver como fruncía el ceño y apretaba sus puños con fuerza, lo estaba logrando.

— Estoy segura de que eso es todo, no sirves para pelear Sebastián — dije de manera burlona. Él siguió dando golpes que se quedaban cortos para alcanzarme. — De hecho, no sé cómo lograste aprender a tocar el piano y controlar un sintetizador, tocas medianamente bien, pero quién me convenció de meterte a la banda fue Santi —

Hija del Infierno - TERMINADA - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora