5. Accidente

691 56 6
                                    

"quiero decirle que me hace falta, no solo un fin de sino toda la semana, es increíble como me mata, como me puede solo con su mirada..."

° P O C H É °

— Ah... — balbuceo — ¿de qué hablas? — dije con un tono falso de curiosidad. Sabía bien de lo que hablaba.

— No estoy para bromas María José, es en serio — comienza a alterarse.

— Es que no sé de qué me hablas—

— No, claro que sabes, Alejo está allá afuera sin saber que su padre lo está buscando, ¿Sabes cuánto sufre Alejo por no saber nada de su padre? — me regaña.

— Claro que lo sé Sebastián, y él no es su padre... —

— Es su maldito padre ¡lleva su sangre! —

— ¡No me interrumpas! Y tú más que nadie sabe que aunque hay personas con nuestra sangre no se les puede considerar familia, será su padre biológico, pero ambos somos huérfanos, ¡Lucifer no es nuestro maldito padre! — comenzamos a discutir.

— ¿Entonces por qué mierda lo está buscando? —

— Porque quería que yo fuera su sucesora, pero yo no quise y ahora va por Alejo ¡Alejo no está hecho para liderar el infierno! Y si lo estuviera, no lo dejaría, es demasiado peligroso y no sé si lo volvería a ver —

— ¡Entonces conviértete en la siguiente reina del infierno! — pegó un puño a la pared.

— ¡No es tan malditamente sencillo Sebastián! — era la verdad, y mucho menos con la mordida.

— ¿Por qué no? ¿Qué es lo que pasa que no puedes convertirte en la maldita reina del infierno? — muy bien, ahora estamos gritando. Que suerte que las paredes sean gruesas y no sé pueda escuchar tanto hacia afuera.

— Porque... — frené en seco. Estaba a punto de revelar lo que había prometido que nunca diría.

— ¿¡Por qué María José!? — alguien en ese momento entró a la habitación.

— ¿Por qué están gritando tanto? — Cris entra bastante molesto por los gritos, odia el alboroto.

— No importa — tomé un buzo de mi closet.

— ¿A dónde crees que vas? — pregunta Sebastián.

— No te importa —

— No hemos terminado María José — me tomó del brazo, lo vi.

— Yo si — y me solté bruscamente.

Bajé las escaleras con rapidez.

— ¡Poché! — alcanza a gritar Cris.

— No iré al bosque oscuro — digo antes de salir de la casa y dar un portazo.

No era verdad, tenía que ir a buscar a San y preguntarle cuál fue su intención al morderme. Necesitaba respuestas, y la discusión con Sebastián sólo me hizo querer las ya.
En menos de una hora ya estaba de vuelta en el mismo lugar donde me habían recogido, comencé a adentrarme más y más en el bosque, hasta que un dolor punzante provenía de mi cuello. La mordida comenzaba a doler y no estaba muy segura de por qué. Así que lo tomé como un radar y seguí caminando, hasta que el dolor era casi insoportable, me detuve jadeando de dolor mirando a los lados, dolía una mierda.

— Maldición — dije por lo bajo sosteniendome con la ayuda de un tronco, no sabía si tenía que seguir caminando hasta que el dolor me matara o esperar, no sabía qué hacer.

Hija del Infierno - TERMINADA - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora